VALENCIA (EUGENIO VIÑAS). Viene de la noticia: Los placeres de la música en primera persona: 26 testimonios para celebrar el ritmo y la armonía
La segunda cuestión del 'panel de opinión' con motivo del Día Europeo de la Música es:
-¿Qué autocrítica haces del sector desde un punto de vista profesional?
PERIODISTAS
CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA (Colaborador de El País, EfeEme.com, CulturPlaza...)
No soy el más indicado para atisbar soluciones, pero creo que es evidente que el sector no ha empezado a desembarazarse de su rigidez hasta que no ha llegado a una situación límite. Las fórmulas alternativas de negocio están ahí, y deben ser aprovechadas, porque mientras haya alguien que componga música y alguien que quiera escuchar, debe haber una forma humana de poder vivir de ello. Hablo de las disqueras, claro. Si la pregunta va por el sector periodístico, creo que ni las causas ni las soluciones se alejan mucho de lo anterior, aunque sería muy largo de matizar.
JUAN PUCHADES (Director de EfeEme.com)
Nadie tiene respuesta para lo sucedido y quizá todos tenemos nuestra parte de culpa: los periodistas musicales por escorarse en exceso hacia la "tendencia" y lo minoritario, lo que ha provocado una desconexión brutal entre realidad y prensa musical; no se ha buscado el equilibrio, que es donde realmente habríamos sido útiles. Los sectores discográficos (ya no se puede hablar en términos de industria) por tardar muchísimo en comprender y adaptarse a los cambios en los hábitos de consumo musical y dejar que todo se desmoronara.
Los artistas por mirarse en exceso el ombligo y en los años de vacas gordas no pensar que llegaría el día de las flacas y no estar preparados para ello, y no haber defendido lo suyo como haría cualquier sector profesional o económico. Y todos tenemos la culpa de no haber logrado transmitirle a la sociedad que más allá de las luces de neón y del espectáculo, la música popular es cultura y la canción un arte tan importante como la literatura o el cine, que una canción en sus pocos minutos puede conmovernos, puede ayudarnos a pensar, puede hacernos bailar y también puede hacernos mejores personas o cambiar nuestras vidas. Hacer canciones y disfrutar de ellas no es ninguna broma.
RAFA RODRÍGUEZ (Verlanga)
Creo que a ese consumidor al que ahora se le echan todas las culpas, la industria no lo ha cuidado como merecía. Y a los grupos, ya no sólo la industria, sino, también, otras partes de la cadena del negocio musical no lo han respetado lo suficiente. Otra cosa es que ambos lo hayan permitido. El primero utilizó ese agravio para lanzarse de cabeza a la piratería, en nombre de una campaña manipuladora que defendía que la cultura debía ser gratuita. El segundo sigue cavando hacia abajo y llega a pagar en un sala para que le dejen tocar. Ha olvidado que sin ellos no hay canciones, ni hay nada. La autoedición no debe ser considerada como una consecuencia, sino como una oportunidad. Nadie va a cuidar tu música mejor que tú. Está claro que lo ideal sería que el músico sólo se dedicara a grabar y tocar en directo, pero todas las profesiones han tenido que ampliar sus funciones. No es lo ideal, pero es lo que hay. Y si aceptan pagar 200 ó 300 euros por subirse a un escenario, no veo donde está el problema de gestionar su carrera. Y además obliga al músico, a cierto compromiso profesional, de tener que estar dispuesto a hacer de todo (trabajar duro, salir fuera de su ciudad para darse a conocer, preocuparse de redes sociales,...) para que sea sostenible. Me refiero a los que quieren vivir de esto y no para los que esto es un hobby necesario, siendo ambos igual de respetables.
EDUARDO GUILLOT
Bueno, la situación actual del sector depende de muchos factores, y todo el mundo ha puesto su granito de arena. Las grandes compañías, maltratando a los artistas y al público, cegadas por la ambición. Las compañías independientes, queriendo ser como las grandes. Los grupos, recurriendo a la queja de manera sistemática y echando la culpa de todo a los demás. El público (que también forma parte del asunto), dejando que otros decidieran por él. Y los medios, cayendo en una complacencia y un compadreo indignos.
DAVID BLUTASKI (Blooger y Dj)
Hay una cosa que está clara: es el momento de ser creativo y las antiguas fórmulas ya no sirven. Nadie puede estar al amparo de nada. Y es que ni lo público ni lo privado están por invertir o apostar, por lo que las soluciones han de partir de uno mismo. Y basta de quejas. Las quejas en muchos casos restan energías. Lo primero es la pasión y el trabajo. Luego vendría el resultado, que sintiéndolo mucho, puede quedarse solamente en satisfacción personal, que no es poca cosa.
MÚSICOS
RICARDO CURTO (Pianista y alumno de la Berklee College of Music de Valencia)
Siempre hay muchas criticas que podemos hacer al sector. Sin embargo, creo que el éxito estriba en aceptar que esta atravesando un periodo de cambio radical. Quizá siempre ha estado cambiando. La industria discográfica ha cambiado de forma y es absurdo seguir empenandose en poner música dentro de discos redondos que se insertan en ranuras, estamos en otra era y hay que aceptarla. El circuito de clubs y festivales también ha cambiado las normas, y las escuelas las políticas de contratación de profesado. Significa eso que debemos echarnos atrás? quejarnos?, que tal reinventarnos, adelantarnos a los cambios y hacer de ellos una ventaja en vez de un inconveniente? yo creo que es posible.
CLARA ANDRÉS
Más allá del tiempo, recursos y dinero que los músicos/artistas dedicamos al realizar un trabajo, pienso que la función social de lo artístico, en general, es muy importante y su valor debería de cuidarse y protegerse primero institucionalmente y luego empresarialmente. Actualmente la crisis económica parece que cuestiona todavía más ese papel poco "útil" o de "entretenimiento" que siempre han tenido las artes cuando considero que lo que se bede poner en cuestión de manera urgente es el sistema capitalista, la crisis ética y moral...El mundo artístico representa y forma parte de esa crítica social y fomenta el compromiso.
MANOLO TARANCÓN
Que piensen más en los artistas y músicos, que somos la materia prima y el motivo de todo. Sin embargo, el sistema está montado para que, pese a todo, a veces seamos el último mono. Hay que frenar en seco, recapacitar y plantear alternativas a un sistema que ya no funciona. Siempre he pensado que serían positivas las campañas de concienciación. Desconozco el resultado, pero mucha gente no sabe lo que cuesta (a nivel económico y de esfuerzo)grabar un disco, editarlo, distribuirlo, mantenimiento de instrumentos, alquiler de locales de ensayo....Los músicos somos de una profesión tan digna como cualquier otra, y eso hay que hacerlo ver porque muchos no lo saben. Y que los que mandan respeten y apuesten por la cultura. Eso es fundamental.
LEY DJ
Lo cierto es que está complicado sacarse las castañas del fuego, y tienes que tener muy clara una ruta a seguir para empezar a editar tu propia música. Es relativamente fácil usar el "do it yourself" y colgar tus trabajos en la red, lo realmente complicado es hacer que tus trabajos no se pierdan por el ciber espacio. Hacerlos llegar a quien debes y como debes. Yo echo en falta apoyo en la promoción de los artistas, agencias especializadas, incluso empresas que presten sus servicios ofreciendo servicion para los artistas de tipo 360 grados, sin necesidad de ser una major y sin necesidad de que el artista sea Robbie Wiliams. Creo que hay un nicho de mercado muy grande para las pequeñas empresas que se quieran especializar. Ahí lo dejo.
MARÍA GEA (Carmonas)
Bueno, meterme en esta autocrítica es un poco ‘pantano', pero sin extenderme mucho es evidente que a todos los artistas nos gustaría recibir más ayudas, y vivir de esto (bla, bla), pero también me parece que así tiene su encanto... es todo más familiar. Yo lo valoro mucho y tengo mucha ilusión por las cosas que nos pasan a Carmonas, porque cuestan más trabajo de conseguir. ¡Hay que ver el lado positivo de las cosas también!
JOSÉ MARÍA NAVAS (Kaspar and Hauser Dj's)
Como autocrítica, diría que el artista medio debe ver la autoedición casi ya como una norma, y no como la última y peor opción posible. Porque las viejas formas de conseguir viabilidad económica para un artista (los grandes sellos) ya no sirven para hacerse rico, y para los que aún sirve, el margen de beneficio no será tan grande. Por eso debemos estar abiertos a otras formas de hacer dinero con nuestra música, como la colaboración con marcas, el estar continuamente en carretera, o hacerse a la idea de que la comunicación de tu trabajo conlleva casi un 50% del esfuerzo que hay que hacer para que sea relevante.
JAVIER CARRASCO COBO (Betacam)
Falta que la gente "se lo crea". Se puede vivir de esto (no dejamos de ser Pymes), pero sobra chapucerismo y falta profesionalidad. Sobra tener que pelear por cada céntimo acordado, que te llamen "artistilla" con desdén y condescendencia... Y los amiguismos. Pero, ay, ¿qué sería de este país sin los amiguismos y las camarillas?
ÒSCAR BRIZ
Creo que aquí siempre nos miramos en un espejo irreal, afanándonos en copiar las formas de la cultura musical de la metrópolis -el mundo anglosajón, que todavía hoy tiene el predominio- sin entender que era en el fondo donde se asentaba su éxito y que eso no era importable ni transferible. De alguna manera, así seguimos todavía. La gran era de la industria ya pasó pero la creatividad sigue tan viva o más que nunca. Sin embargo la atención de las personas está atomizada. La tecnología ha cambiado nuestras vidas radicalmente y en muy poco tiempo. Como consecuencia tal vez la música y los músicos han perdido parte del espacio que hasta no hace mucho ocupaban. Ser músico es elegir una manera de vivir, de sobrevivir incluso. Pienso que la mayoría de jóvenes que quieran dedicarse a esto primero tendrán que aceptar como intrínsecas al sector condiciones laborales como la precariedad, la irregularidad y la inseguridad de conseguir un "salario", pero si se lucha por vivir aquello que a uno le apasiona se acaba reconociendo que eso no tiene precio.
JUAN LUIS SALMERÓN (Fundador de La Muñeca de Sal y miembro de Mañana, Tampoco y Portero Regateador)
El sector musical llevaba tiempo abusando en cierto modo del bolsillo del aficionado a la música. Cuando se introdujo en el mercado el CD, mucho más barato de fabricar que el vinilo, los precios aumentaron en vez de bajar. La tecnología ha dado a la gente la oportunidad de compartir música i escucharla online, y es lógico que las ventas hayan disminuido considerablemente. Ahora los CDs cuestan lo que siempre debían haber costado. Nosotros estamos muy contentos controlando todo el proceso creativo, desde la grabación hasta la edición, aunque seguimos apoyándonos en alguna discográfica para poder llegar a más gente. Bandcamp es una herramienta sumamente útil para todo esto y estamos vendiendo bastantes copias de manera directa gracias a nuestra página.
JONI ANTEQUERA (Amatria)
Mi crítica profesional en este aspecto es precisamente esa, la profesionalidad, el cuidado de tu producto, de lo que estás enseñando al mundo, la búsqueda de referencias no es lo más importante y llega a ser incómoda, pero ayuda a mejorar. A la gente no le gusta compararse con algo mejor porque lógicamente le hace sentir peor, pero de eso se trata, si no te atreves a mirar al siguiente escalón muy difícilmente podrás dar el paso correcto para llegar a él. En este sector no hay industria porque pasamos de ella, porque no cuidamos al público. En España nos excusamos diciendo que la gente quiere mierda y que por eso triunfa la mierda, pero sólo con mirar a los países de al lado nos damos cuenta de que no es así, lo que ocurre es que no sabemos hacerlo mejor. Si se me permite generalizar, los indies hacen discos que suenan a maqueta y no llegan al gran público por ello, y por otro lado la propuesta compositiva de los que sí llegan suele ser hortera, manida e insustancial... pues bien, busquemos convergencia, eduquemos al público. Pero claro, esto requiere esfuerzo, estudio y método, algo que para muchos deja de ser atractivo.
BORJA MOMPÓ (Modelo de Respuesta Polar)
Autocrítica moral, cada vez menos, pero durante mucho tiempo ha habido un discurso muy pesimista que ha hecho casi tanto daño como la piratería o la subida del IVA. Al margen de ello, sigo un poco mi propia rutina y no reparo en exceso en lo que sucede a mi alrededor. No hay fuerzas, ni ganas para todo.
RAÚL TAMARIT (Los Radiadores y Galavera)
En primer lugar creo que somos nosotros mismos los que estamos poniéndole vallas al campo, no sabemos, y no podemos llegar al público de base, que muchas veces no está muy receptivo, cierto. Limitamos el enfoque a un determinado grupo de gente, cada vez más minoritaria, que son los que leen cierta prensa, que buscan una información muy concreta, los que les interesa un determinado estilo o tendencia, y estos cada vez son menos. No se llega a la gente que tiene otras inquietudes, entre ellas la música, y no es precisamente su principal inquietud. Quizá porque el discurso es cada vez más elitista, incluso más impreciso, y no se identifican con lo que les cuentan, tanto por parte de los músicos como de cierta prensa especializada, es obvio que en muchos casos no se trasmite lo que la gente quiere. A cierta generación es imposible epatar, o por las formas, o porque ya no se identifican con ciertas cosas que antes si lo hacían.
CISCO FRAN (La Gran Esperanza Blanca)
Más que una crítica global al sector, pondría el acento en la falta de coordinación real entre los distintos niveles de la música, sobre todo entre los artistas, independientemente de la división a la que pertenezcan. Por ejemplo, negociar con las salas cachés mínimos por músico, en función de su experiencia y trayectoria, creación de un sindicato de músicos, y cosas así. En otro orden de cosas, no ha cambiado casi nada, hay más salas, más conciertos que nunca y por tanto, los grupos cobran cada vez menos; exceso de oferta, carencia de demanda, salvo en casos muy contados... quizá sobremos muchos grupos (sé que algo de eso pueden pensar algunos).
JORDI SEMPERE
Sinceramente, no sé cuál es la llave de la profesionalidad musical. No creo que exista una industria como tal en España. No una industria del disco, desde luego. Sólo puedo decir que cuando yo me planteé seriamente vivir de la música opté por intentarlo por la vía de la producción y composición audiovisual porque vi que ahí había un camino por explotar: (casi) todo vídeo necesita una música.
En cuanto a vivir de mis canciones, ni me lo planteo. Seguirá siendo una espacio de libertad total para mi. Quizá el más artístico e íntimo. Tampoco sé si mi música encajaría en alguna "escena". No he buscado sello, me he autoeditado directamente.
KIKE VILAR (Dj)
En el sector durante mucho tiempo se ha abusado de la posición privilegiada que tenían las discográficas. Es decir, siempre han tenido un precio elevado y la única forma que había de oír música era comprándola si o si. Cuando empezaron a ver que l gente la compartía por la red y disminuya de forma paulatina las ventas, no han hecho nada hasta que se ha llegado a la situación actual, a la que "nadie" compra música.
Esto ha hecho que la industria apueste muy poco por nuevos talentos, que produzcan a los que les dan pasta con los bolos y poco más.
LUIS PARDO (Sr. Mostaza)
Ha influido en todo: llevo tocando desde que tenía uso de razón y por tanto, no recuerdo un momento en el que decidiera dedicarme a ello profesionalmente... simplemente llegó un momento en el que se convirtió en mi trabajo, tanto por dar clases como por hacer giras y grabaciones... al mismo tiempo, es en lo que me gasto el dinero, y lo que invade mi cerebro, mi agenda y la de mi familia, casi todas mis amistades tienen que ver con la música...
DISCOGRÁFICAS
JESÚS DE SANTOS
Poco a poco el sector se está adaptando a los nuevos tiempos. La tozudez inicial a no asumir los cambios que se avecinaban por ignorancia o por encontrarse en una situación de privilegio y resistirse a abandonarla han hecho que la industria haya tardado en comprender que no había vuelta atrás. Ahora el negocio es evidente que no está en vender discos. Las bandas que consiguen vivir de esto es gracias a los conciertos. Han surgido cientos de festivales aunque también es cierto que esto ha ido en detrimento de la asistencia de público a los conciertos de sala. También internet se está convirtiendo cada vez más en buena parte del negocio ya no solo a nivel de promoción de los artistas sino también a nivel de monetización con plataformas de streaming tanto de audio como de video. Creo que es importante la imaginación para seguir adelante. Hay que estar continuamente inventándose cosas y ser muy constante.
PROMOTORES/MANAGERS/EMPRESARIOS
JOSÉ CASAS JAEN (Propietario y gerente de la Sala Wah Wah)
Vivimos momentos muy duros. No tengo nada que reprochar a nadie, solo un deseo: que sigamos haciendo piña entre todas las partes para intentar que no se extinga la llama. Intentar dentro de lo posible apoyarnos para que tanto la música como el resto de artes escénicas no pasen a mejor vida. Sé que no depende de nosotros en exclusiva y que los agentes externos, como la manida crisis, los excesivos impuestos y demás no ayudan. Tendremos que reinventarnos cada día hasta que amaine el temporal y lograr conseguir adeptos a la causa, desde la enseñanza y el amor por la cultura.
ADRIÁN MARTÍNEZ (Promotor en Alicante y manager de Perro)
Cualquier cosa en España es muy complicada y muy cara. Editar un disco por los cauces legales y tocar con regularidad pagando todos los impuestos que hay que pagar es una odisea y creo que no es más fácil porque a la industria le conviene y porque a quien ha tenido que regular estas cosas desde las instituciones ni conocen el ámbito de la música independiente ni les interesa. Por otro lado desde hace unos diez años parece como que las estructuras de la industria han ido alejándose cada vez más del pulso artístico que está en el underground y en paralelo surgimos alguna gente que venimos del mundo del ‘hazlo tu mismo' y de hacer cosas por necesidad porque si no nadie iba a editar este disco o a traer a aquel grupo hasta tu ciudad.
MIGUEL ÁNGEL PASTOR (Músico, periodista y promotor)
Creo que la música ha perdido la magia y el misterio que la situaba en un plano superior, admirable e inalcanzable. Hoy hacer música está al alcance de todos y eso es bueno porque deja de ser un arte exclusiva y elitista, para virtuosos, pero a cambio se vulgariza y convierte en un objeto de consumo incluso de ‘todo a 100'.
VICENTE MAÑÓ (Promotor)
Muchas cosas. Yo destacaría la falta de unión del colectivo para paliar la piratería. Las nuevas tecnologías han alterado el hábito y nada se ha hecho para al menos mermar el daño. Otro punto en el que somos culpables todos es el haber sido tan permisivos ante los ayuntamientos y demás estamentos ante la gratuidad de los conciertos. En este país sacar un disco de moderado éxito te permitía hacer una gira más que decente, con dinero público, y ante público que no pagaba un ticket. Ambas cosas han hecho que la música se haya percibido como algo gratuito en términos generales y lo que es gratis no tiene valor.
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