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VALENCIA. Ser Sherlock Holmes en el centro de Valencia es posible, aunque muchos aún no lo saben. Estrés, acción y puzzles es lo que han conseguido aunar Andreu Soriano, Celia Alba Broseta y Victor Mena en la calle Cocinas, donde han recreado un escenario de crimen que recuerda al Cluedo y que obliga a alejarse de interrupciones de dispositivos móviles y centrarse en resolver el misterio si se quiere salir de la habitación. Clue Hunter es un concepto de juego muy novedoso y poco habitual en la ciudad, llamado escape room, y en el que se deben resolver misterios a contrarreloj en grupos de tres a cinco personas durante 60 minutos. 

"Un amigo vio una actividad parecida que hacían en Londres y decidimos hacer lo mismo en Valencia", explica Andreu. "Fuimos a probarlo a Barcelona y nunca habíamos jugado antes, pero decidimos inventarnos una historia y ponerla en marcha". Siguiendo el modelo de aventura gráfica, Clue Hunter ofrece este modelo en vivo haciendo que los usuarios se conviertan en los protagonistas de la historia, a lo que ayudan gorros, bigotes y pipas de detective. El equipo debe coordinarse para poder resolver los rompecabezas que esconde la habitación y tendrán que averiguar como salir a través de pistas y objetos. 

Tan solo llevan unos meses en marcha y ya han creado dos historias. La primera, de dificultad media, permite adentrarse en el despacho del profesor Alexey Waichosky, un reconocido científico que ha desaparecido sin dejar rastro. Esto implica investigar y averiguar algo sobre sus futuros planes en menos de 60 minutos, y todo ello utilizando el ingenio y trabajando en equipo. En ningún momento se permite realizar fotos ni entrar móviles ya que el misterio no debe salir de la habitación.

La segunda es de dificultad alta y con una estética y temática totalmente diferente a la anterior. "Si te gustan las emociones fuertes con un pequeño toque de miedo y misterio tienes que hacer esta habitación" apunta. En esta historia, el grupo ha sido encerrado en el sótano de una casa en medio de la montaña y nadie puede acudir a salvarlo. La única forma de escapar es utilizar el ingenio y la percepción. De la misma forma que la anterior, hay que averiguar como salir en 60 minutos o el captor regresará y no se sabe lo que puede pasar. "No es de mucho miedo, pero sí se da algún susto", explica.

"A la gente le está gustando bastante", asegura Andreu, desarrollador de profesión. Apunta a que tienen todo tipo de público, desde parejas, a padres con sus hijos, amigos antes de cenar, grupos de fiestas o de despedidas. Para adecuar la ambientación de las habitaciones y ponerlo en marcha invirtieron alrededor de 30.000 euros. Decidieron ubicarse en la calle Cocinas porque el alquiler era bajo, además de la zona turística en la que se encuentra ubicado, lo que permite tener mucho grupo turista. Las redes sociales y Tripadvisor están siendo su mejor canal para que la gente acuda a vivir esta misteriosa aventura de la que se pueden contar pocas cosas, y que la mejor opción es vivirla. Esta empresa está ubicada en las instalaciones de StartupUPV, de la Universitat Politècnica de València.