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LA ESCOPETA VALENCIANA

Tal vez el 'coach' era necesario 

J. CLEMENTE . 13/06/2014 "El presidente tenía que hacer una explicación de los motivos por los que prescindía de Castellano sin decir que lo van a nombrar delegado del Gobierno (...) Y le salió un empastre"

VALENCIA. Uno se cree que cuando una persona llega a ser presidente de la Generalitat es porque está más que preparado para el puesto. Las habilidades de un político de primera línea van más allá de su capacidad para gobernar. Hay destrezas de liderazgo o de comunicación que son imprescindibles para alcanzar puestos relevantes en una estructura social. Por esa razón, cuando hace un tiempo se supo que Presidencia había contratado a un coach con dinero público para adiestrar en esas habilidades a Alberto Fabra fuimos muchos los que pusimos el grito en el cielo. 

Sin embargo el cielo nos ha devuelto el grito como si fuera eco y, vistos los acontecimientos de las dos últimas semanas, uno empieza a preguntarse si hicimos mal no dedicando unos eurillos del dinero público a fomentar el liderazgo y las dotes comunicativas de nuestro presidente. Quizá los retornos -fuera en especies o en vergüenza ajena- nos saldrían a cuenta.

Vayamos por partes. La hemorragia de votos sufrida por el PP valenciano en las elecciones europeas obligó a Alberto Fabra a mover pieza en el partido y, como consecuencia, en el Consell. El problema es que en esas decisiones Fabra se ha mostrado extraordinariamente errático: un miércoles anunciaba cambios en el Consell en la sede del partido, donde reforzaba al secretario general, para al día siguiente anunciar cambios en el partido en el Palau de la Generalitat.

Las crónicas políticas de aquellos días hablaban de la debilidad de Fabra respecto a Génova y a los barones provinciales. Los pasos en falso que Fabra dio (y que finalmente deberían culminar ahora con la salida de Serafín Castellano del Consell) no son un buen síntoma sobre la firmeza del presidente.

Pero lo que ocurrió este jueves en el patio gótico del Palau de la Generalitat fue casi lisérgico. No tanto por el fondo -Fabra anunciaba la salida de Castellano del Consell para que sea nombrado delegado del Gobierno- como por la forma.

Fabra hizo un discurso deslavazado, lleno de reiteraciones y dejando una sensación extraña. Vaya por delante que el presidente improvisó y que transcribir lo dicho sin leer es siempre traicionero, pero una comparecencia preparada no es una improvisación. Así, cuando habló de Castellano dijo:

"Una persona que conoce perfectamente lo que es la administración autonómica y que se ha dedicado con intensidad a defender los intereses de todos los ciudadanos de la Comunidad Valenciana. Y estoy convencido que esa vocación de servicio y esa predisposición que tiene será también puesta a disposición de los valencianos con responsabilidades futuras para poder demostrar ese trabajo y esa intensidad con la que ha llevado siempre cualquier responsabilidad al frente de cualquier puesto de responsabilidad dentro de la política valenciana"

Por si no ha quedado claro, Castellano quiere un puesto de responsabilidad como los que ha tenido en los últimos 15 años, que ser conseller raso no mola nada. Y Fabra le apoya. Porque claro, este conseller ha hecho cosas muy importantes. A saber:

"Es por tanto Serafín una persona que ha trabajado especialmente estos últimos años desde la conselleria de Gobernación y Justicia en temas tan delicados como la extinción y prevención de incendios, especialmente en un año muy complicado y en donde todos somos conscientes de la importancia que tiene el mantenimiento de equipos y sobre todo el seguir dedicando con intensidad para que en un año de una sequía importante los incendios no sean una noticia perjudicial o que genera alarma social entre los ciudadanos"

Porque somos buenos (quizá en La escopeta valenciana no tanto), pero uno podría pensar que el trabajo de Castellano no era evitar que se quemasen los montes, si no evitar que los incendios sean una noticia perjudicial.

Ojo: estos dos párrafos fueron el grueso de la declaración inicial de Fabra, es decir, la que llevaba preparada antes de bajar de su despacho al patio. La cuestión es que el presidente tenía que hacer una explicación de los motivos por los que prescindía de Castellano sin decir que lo van a nombrar delegado del Gobierno y sin contradecirse con su afirmación de hace 15 días de que no habría más cambios en el Consell. Y le salió un empastre. 

 

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2 comentarios

Ya esta bien escribió
14/06/2014 01:13

Vaya tela. Somos el hazmerreir ¿de donde los sacan...?

Fart escribió
13/06/2014 20:38

¿Y si estrenáramos en nuestras Administraciones la novedosa política de personal de contratar/nombrar a gente competente? Igual funcionaba....

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