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VALENCIA (EFE). El director de la central nuclear de Cofrentes, Felipe Galán, instalación propiedad de Iberdrola, ha asegurado hoy que ésta podría funcionar otros 30 años más, hasta alcanzar un total de 60, de modo que considera que se encuentra a mitad de su vida útil.

Galán ha realizado estas declaraciones durante su comparecencia en la comisión de Medio Ambiente, Agua y Ordenación del Territorio de Les Corts, donde ha respondido a las preguntas de los diferentes grupos con representación parlamentaria.

Según ha explicado "una central no tiene por qué durar ni 30 ni 40 años", ya que la referencia de 40 años se utiliza en la fase de diseño y a efectos de amortización en el plan contable, sino que su duración depende de "que cumpla ciertas condiciones de seguridad, que sea fiable y rentable".

"Lo que sucede con centrales como la de Cofrentes en países como Estados Unidos, que es de donde procede su tecnología, es que se cuentan 40 años, y a partir del año 21 se pueden pedir otros 20, con lo que en total se alcanzarían los 60", ha añadido.

"Si utilizamos esa referencia, la central de Cofrentes puede perfectamente alcanzar los 60 años de vida", según Galán.

"En el caso español, cada diez años hay que hacer una revisión periódica de la seguridad, y si el Consejo de Seguridad Nuclear lo aprueba y el ministerio de Industria lo autoriza, se conceden otros 10 años más", ha añadido.

Aunque en la legislación española no se contempla un tope máximo "realmente cada 10 años se pide un nuevo permiso con la supervisión del consejo".

La autorización actual expira en marzo de 2021, de modo que la solicitud de ampliación del mismo se deberá presentar un año antes, ha explicado Felipe Galán.

En su intervención ante la comisión parlamentaria, Galán ha defendido la seguridad de las instalaciones y el hecho de que no se hayan producido paradas automáticas en los últimos cinco años.

Los grupos de la oposición han preguntado sobre las mejoras de la instalación en materia de resistencia sísmica, materia sobre la cual Galán ha explicado que la central soportaría un coeficiente de aceleración del suelo de 0,3 G, superior a "los que se han producido nunca en toda la Península Ibérica".

Asimismo, ha afirmado que la instalación soportaría la rotura de las dos presas que se encuentran aguas arriba, "sin que el agua llegase a la cota cero de la planta".