VALENCIA (EFE). La economía sumergida en la Comunitat Valenciana, que alcanza los 25.870 millones de euros, aumentó de tamaño durante la crisis hasta situarse en el 26,5 % de su PIB al cierre de 2012, según un informe elaborado por los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).
Dirigido por el profesor Jordi Sardà, de la Universidad Rovira i Virgili, el informe "La economía sumergida. El avance del fraude durante la crisis" revela que el peso de la Comunitat Valenciana en el fraude nacional (10,2 %) es mayor que el de su economía, que acapara el 9,5 % del PIB español.
Ello se debe, según el estudio, a que la tasa de economía sumergida valenciana -la quinta más elevada de España- excede en casi dos puntos a la nacional, que se sitúa en el 24,6 % y supera los 253.000 millones de euros.
Por provincias, Alicante es la que concentra más fraude, con el 27,6 % de su PIB, pero es en Castellón donde más aumentó el dinero negro desde el inicio de la crisis en 2008, al avanzar 7,4 puntos porcentuales y situarse en el 26,9 % de su PIB. El Valencia la tasa de economía sumergida sobre el PIB se sitúa en el 25,7 %.
En un análisis de los datos nacionales, el informe revela que la actividad económica en negro aumentó de media unos 10.000 millones de euros anuales desde el inicio de la crisis en 2008, cuando la tasa de economía sumergida se situó en el 17, 8 % del PIB.
Sin embargo, según el documento, el año siguiente, considerado el momento más duro de la recesión, el dinero oculto se disparó en más de 27.000 millones de euros, tanto como los dos ejercicios siguientes juntos.
Este importante incremento se debió en gran medida al efecto "arrastre" del 'boom' inmobiliario, ya que en los años previos logró crear una gran dependencia de la economía española y valenciana, muy ligada a este sector y fue imposible de atajarlo en los primeros momentos de la crisis económica y financiera.
Otras causas en el aumento del fraude fueron el repunte del paro -la tasa de desempleo se triplicó hasta el 26 % de la población activa a finales de 2012-, las subidas de impuestos que no fueron acompañadas por un eficiente control tributario y la multiplicación de casos de corrupción política y empresarial.
A ello se unió también, según los expertos, el masivo uso de billetes de 500 en el país, que representa el 73,7 % del efectivo en circulación y el 14 % del valor de todos los billetes de 500 que se manejan en la zona euro y que son el instrumento preferido de los defraudadores para saldar operaciones al margen del fisco.
Siempre ha sido este país de muchos defraudadores, tanto en crisis como no crisis. Y, encima, algunos les hacen las gracias.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.