VALENCIA. A muchos vecinos de Valencia -y, especialmente, a los del barrio de Ruzafa- les puede sonar raro que Dulce de Leche abriera hace menos de dos años. En este corto periodo de tiempo su repostería (diaria), sus brunch (que han pasado de ser un atractivo del fin de semana a una reunión diaria) y su terraza (abierta definitivamente los siete días de la semana) se han convertido en eso que los bloggers de moda o gastronomía llamarían un must (lo que hay que hacer).
Pero a sus propietarios, Ana Lanfranco y Javier Ferrer, les sigue pesando el ir paso a paso con la ampliación del negocio. Ahora con cinco empleados fijos en el establecimiento de Ruzafa, Dulce de Leche se amplía quedándose con el chaflán en el que confluyen las calles Pintor Gisbert y Cuba, aprovechando la nueva zona para ampliar la cocina, desahogar el concurrido salón de mesas y realizar cursos de repostería.
"El espacio físico estaba muy limitado, especialmente los fines de semana. Lo que queremos con la ampliación es mejorar el servicio pero también iniciar un espacio para impartir talleres de repostería monográficos", apunta Ferrer a ValenciaPlaza.com. Para ello, además, la obra también afectará al obrador, que se ampliará y a un enfoque más decidido por el ‘café gourmet': "siempre hemos servido un café ecológico, pero ahora vamos a comunicarlo mejor y además incluimos una nueva cafetera de alta calidad". Aun así, Ferrer asegura que los precios se mantendrán en el establecimiento.
DESECHADA POR EL MOMENTO LA IDEA DE ABRIR EN EL CARMEN
El origen del Dulce de Leche se encuentra con la llegada de la familia de Lanfranco a España, anticipándose al corralito que sucedió en Argentina. Primero abrieron en Xirivella, para poco más tarde llegar a la calle Jesús en la que se reconocen muchas delicatessen de las que están presentes en el establecimiento de Ruzafa. Su buena marcha hizo que durante los últimos meses se plantearan una apertura alternativa en el barrio del Carmen, aunque por el momento esperan establecer el nuevo Dulce de Leche, su espacio y su nuevo enfoque de formación, talleres y ‘café gourmet'.
Entre tanto, ambos si que han iniciado su aventura con otro establecimiento en este barrio, Simple. Esta tienda recoge souvenirs españoles y valencianos "honestos, con los que uno se sienta cómodo". Algo que, sorprendentemente, ha tenido una mayor acogida desde finales de 2013 cuando abrió entre el público local. En esta tienda dan rienda suelta a otro tipo de inquietudes empresariales, sobre las que el propio Ferrer habló recientemente en el siguiente vídeo para València Vibrant.
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