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A pesar de caricaturizar parte del mundo de la 'startup', no cabe duda de que la serie saca a relucir gran parte de las actitudes y problemas de los jóvenes emprendedores

VALENCIA. "¿Qué estás comiendo? Camarones líquidos. A 200 dólares el cuarto". Así es Silicon Valley a ojos de Mike Judge, el creador de esta serie de HBO que ha conseguido plasmar la vida en Palo Alto en una comedia en la que los emprendedores pueden observar situaciones que viven constantemente. Cercana a San Francisco, con buen clima, riqueza, fiesta, extravagancia y mucha gente lista. Allí están las empresas tecnológicas como Google, Apple o Yahoo, las grandes de Internet, mientras que los más pequeños intentan hacerse un hueco, como Richard Hendriks y su creación, Pied Piper. 

Pied Piper es una plataforma online que podría decirte si la música que escuchas es o no legal. Sin embargo, esto no llama la atención ni al dueño de la 'aceleradora' en la que vive, ni a los inversores, ni a sus compañeros. Pero lo que ha desarrollado esconde algo mucho mejor y es que ha conseguido crear una herramienta que mejora en gran medida la compresión de archivos. Una característica que pone en alerta a los inversores, que tantean a Richard para comprarle su startup. En ese momento empiezan las situaciones con las que muchos emprendedores se pueden identificar, aunque no vivan en Palo Alto, y que provocan el gran atractivo de la serie para aquellos que conocen el mundo de las empresas tecnológicas. ¿Con qué pueden quedarse los emprendedores al ver ésta serie?

#1. Es necesario saber escoger al equipo y no contratar sólo al primer amigo que te encuentras: Como a muchos emprendedores les ocurre, Richard tira de lo que tiene más a mano, sus compañeros de casa: su amigo 'Big Head', Bertram Gilfoyle y el inevitable hindú de la startup Disnesh Chugtai, además del dueño de la aceleradora Erlich Bachmann. Cada miembro debería tener un rol en la startup. Sin embargo, cuando el CEO de Pied Piper les pide que trabajen para la empresa no hay nada establecido ni saben cuál es su función. Finalmente, deben plantearse el prescindir de 'Big Head', ya que no le encuentran función. Aunque a Richard le podrá más la amistad acaba sin cuajar. 

#2. No hay inversión posible sin un buen plan de negocio. Como todos los miembros iniciales del equipo eran programadores no tenían a nadie que echara cuentas. En su primera visita al inversor, éste les pide el plan de negocio de la empresa, sin embargo ellos no están preparados para hacerlo. Para resolver este problema aparece Jared, un vicepresidente de Hooli, la gran empresa de Internet de Palo Alto que compra startups, que decide trabajar con ellos. Éste será el encargado de organizar toda la parte contable y de presentar las cuentas, además de organizar al equipo para que trabajen de una forma ordenada. 

#3. ¿Vender o no vender? Esa es la cuestión. Durante toda la primera temporada Richard se debate internamente. ¿Debería haber vendido su startup por varios millones al dueño de Hooli o por el contrario mejor que le compraran sólo una parte y mantener la propiedad de la empresa? Los emprendedores suelen necesitar notar que la empresa que crearon sigue siendo suya para seguir avanzando. Finalmente Richard toma una decisión que considera desafortunada en muchas ocasiones, pero que le permite crecer con el proyecto y continuar avanzando en su desarrollo. No obstante, ¿quién sabe cuál es la opción correcta?

#4. No te hipoteques si no sabes si tu startup va a funcionar. La serie está llena de escenas anecdóticas que sirven para dar lecciones. Entre las curiosas, una en la que un cajero de supermercado reconoce a Richard y le explica cuál es su 'revolucionaria' creación para el smartphone. Se trata de una app que permite anotar la zona de parking en la que has dejado el coche. Simplemente anotarla, algo similar a un bloc de notas, como le recuerda el CEO de Pied Piper. Sin embargo, el cajero cree que éste le ha dado su apoyo a la idea y, cuando Richard vuelve a la tienda, le comenta que su madre ha hipotecado su casa para que él pueda desarrollar la aplicación, algo que evidentemente no tiene ningún sentido.

#5. Hay que saber vender la idea, no vale solo con desarrollarla. Aunque Richard ha sido capaz de crear algo increíble a la vista de todos los que revisan su plataforma Pied Piper, no sabe realmente explicar para qué sirve su sistema de compresión. Sin, embargo, Erlich, el pesado 'director' de la aceleradora, entra con el frente al inversor y es capaz de vender el producto de una forma que no ha sabido hacer lo su CEO, por lo que acaba identificándose a Richard con Steve Wozniak y a Erlich con Steve Jobs.

#6. Cuidado con la persona a quien vendes tu empresa. Durante todos los capítulos salen situaciones en las que le piden a los trabajadores que le paguen determinados servicios con acciones de la empresa, como la creación de su nuevo logo. De hecho, uno de los problemas iniciales de Richard es que Erlich, la 'aceleradora' que le acoge, tenga un 10% de la empresa ya que, solo por acogerle en Palo Alto, le corresponde ese porcentaje. Aunque luego no todo es tan malo como parece, sí que es una buena reflexión que su creador, Mike Judge, va dejando en el desarrolllo.

#7. El nombre es importante. ¿Qué pasa cuando escoges un nombre con el que identificas tu producto y de repente te das cuenta de que no lo puedes registrar porque ya lo está? Pues eso, que tienes un problema. Y es que claro, te has encaprichado con ese nombre y además, ya demasiada gente lo conoce como para cambiarlo. Y no solo eso. Elegir un nuevo nombre no es algo fácil y menos que guste a todos los miembros de la startup. Por lo que mejor prevenir y registrarlo en cuanto uno sepa que ese es el definitivo. 

#8. Tener presente la acción de pivotar es necesario. El modelo de negocio de la startup de Richard ya empieza pivotando. En el mismo momento en el que a nadie le interesa su plataforma musical tiene que empezar su apuesta por el sistema de compresión que sube las canciones a la plataforma. En determinados momentos de la serie también sale a relucir la necesidad de pivotar y esta acción como una solución a sus problemas. Por lo que demuestra que se ha de tener presente estas opciones por lo que pueda ocurrir. 

#9. Que el inversor no tenga la actitud que esperabas es probable si no acuerdas condiciones. Unos esperan que el business angel o inversor sea un compañero de camino que ayuda a hacer crecer la empresa, otros que simplemente ponga la inversión. La cuestión es que, si no se habla desde el principio, nunca se va a saber. Por este motivo, es necesario dejar claras las condiciones antes de empezar el trato, y esto es lo que le ocurre a Richard, quien siente como, para quién invierte en él y su adjunta, es una más de las decenas de compañías en las que tiene invertidas y por lo tanto no le presta toda la atención que debería. 

#10. Las grandes empresas pueden absorber a las pequeñas startups, que prácticamente se reducen a la nada. En la serie se refleja como Hooli, una especie de Google, compra startups que en muchas ocasiones no acaban en nada y simplemente son engullidas por el gigante de Internet. Tecnologías que aunque son pioneras no están del todo desarrolladas y son compradas por millones de dólares para luego quedar en un rincón. ¿Qué es mejor, deshacerte de tu empresa por millones de dólares o hacerla crecer? Richard se lo pregunta de forma constante.