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VALENCIA. En el último año, el Grupo Aguas de Valencia ha logrado evitar la emisión a la atmósfera de más de 4.200 toneladas de CO2 y otros gases causantes del efecto invernadero y, por ende, del cambio climático -SO2 y Nox-, como resultado de su estrategia de eficiencia orientada a lograr la plena satisfacción de las necesidades reales de sus clientes, de acuerdo a criterios de sostenibilidad.

Este notable resultado ha sido logrado por la optimización del Grupo Aguas de Valencia tanto en la producción y abastecimiento de agua potable, como en su posterior depuración y tratamiento, así como en el resto de actividades desarrolladas por esta centenaria compañía.

Respecto al agua potable, Aguas de Valencia ha producido casi 200 hectómetros cúbicos de agua necesarios para garantizar el abastecimiento a casi tres millones de personas. Fruto de la estrategia de eficiencia implementada en el Grupo, ha logrado, en 2013, un ahorro de 5,4 hectómetros de agua, equivalentes a la capacidad de almacenamiento de 2.160 piscinas olímpicas, -5.400 millones de litros-, evitando el consumo de 3.2 millones de kwh y, por ende, reduciendo la emisión de 1.200 toneladas de CO2.

Complementariamente, la optimización de los recursos siempre ha estado muy presente en el tratamiento y depuración de las aguas residuales, tal y como demuestra que, en el último año, evitaron la emisión de casi 3.000 toneladas de CO2 a la atmósfera gracias al incremento de la cogeneración de energía -16,3 millones de kw- necesaria para realizar el tratamiento de los 263 hectómetros cúbicos de agua residual efectuados, en el último año -263.000 millones de litros, equivalentes a la capacidad de almacenamiento de 105.200 piscinas olímpicas-. La eficaz gestión de Aguas de Valencia también ha permitido evitar la emisión de 6,3 toneladas de SO2 (Óxidos de azufre) y 4,42 de Nox (Óxidos de nitrógeno), igualmente nocivos para la atmósfera.

Los importantes logros conseguidos en ambas líneas de trabajo se deben a procesos internos de innovación que, además de posicionar a la compañía en la vanguardia tecnológica del sector, le ha permitido ser mucho más eficiente en la prestación del servicio. En este sentido, en el ámbito de la gestión del abastecimiento de agua potable, cabe destacar el ingente esfuerzo llevado a cabo por Aguas de Valencia en la búsqueda y reparación proactiva de fugas, en sus casi 19.000 kilómetros de red gestionados, así como en la vigilancia permanente de las mismas y en el proyecto de telelectura de contadores inteligentes.

En este último caso, Aguas de Valencia lidera la telegestión en España, con 480.000 contadores inteligentes operativos que permiten su seguimiento desde un mismo centro de control, con las ventajas de servicio y energéticas que ello conlleva.

Por otra parte, en el ámbito de la depuración, gracias a su implicación en el desarrollo de la cogeneración como alternativa limpia para la producción energética de sus depuradoras, recientemente, el Grupo Aguas de Valencia ha sido seleccionado para liderar el proyecto europeo LIFE ECODIGESTION. Éste tiene por objetivo, aumentar la producción de biogás como energía renovable, a partir del reciclado de los residuos de la industria agroalimentaria; contribuyendo así a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Esta iniciativa aprobada en la edición LIFE+ 2013, titulada "Automatic control system to add organic waste in anaerobic digesters of WWTP to maximize the biogas os renewable energy", está cofinanciada por la Unión Europea y se prolongará durante 36 meses. Un aspecto a destacar de este proyecto es la contribución a la consecución del objetivo de generación de electricidad a partir del biogás proveniente de los lodos de depuradoras en 2020 (Plan de Energías Renovables de España 2011-2020) y del objetivo europeo de cuota de energía procedente de fuentes renovables (Directiva 2009/28/CE).

Este proyecto liderado por el Grupo Aguas de Valencia lucha contra un problema ambiental doble: en primer lugar, la escasez de combustibles fósiles y su estrecha relación con la producción de gases de efecto invernadero y, por otro lado, la creciente producción de residuos orgánicos de elevado poder contaminante y su desaprovechamiento como recursos.