A plena luz del día, pero sin luz ni taquígrafos, se celebra este fin de semana en Dinamarca el aquelarre del llamado grupo Bilderberg, ¿los amos del mundo?
VALENCIA. Más de 120 próceres de ambos lados del Atlántico, seleccionados entre la flor y la nata de la plutocracia y el poder, se dan cita este fin de semana en un hotel de máximo lujo de Copenhague (Dinamarca) y la noticia es que no es noticia. Hay excepciones -generalmente en los medios digitales- así que casi tan importante como este aquelarre antidemocrático es el silencio que lo rodea. ¿Se imagina alguien la cobertura que se daría a un encuentro entre 120 exmiembros de Gran Hermano? Noticias hasta en la sopa. Lo que pasará este fin de semana es un silencio, además de absurdo, cómplice.
Aunque parezca mentira, a un cónclave tan influyente (el llamado Club Bilderberg) también se invita a algunos españoles. La reina Sofía no se pierde una y este año contará con la compañía siempre grata del ministro de Exteriores José García Margallo y dos habituales: Juan María Nin (CEO de CaixaBank) y Juan Luís Cebrián, que ya no se sabe si va en nombre de Prisa o del hedge fund Liberty. Su presencia -un tipo que se embolsó 12 millones tras hundir el mayor grupo mediático español- es un buen indicador del 'nivel' de los asistentes.
El problema no es tanto que se reúnan como el silencio que les acompaña. Tras las elecciones europeas, está claro que la gente está cada vez más hasta las narices de que tomen decisiones por ella. Que no se extrañen luego del éxito de Podemos o Syriza. Un anacronismo como este no hace más que alimentar el mito sobre una entidad que ya está viejuna y que debería tomar nota de Davos.
En el cónclave suizo se pasan el día entre fiestas y ruedas de prensa, pero de lo que de verdad se habla entre bastidores no se entera ni el tato. Así si se domina el mundo. Además se llevan de palmeros al ínclito evasor fiscal Bono o al rey de pensamiento hueco que es Paulo Coelho y la gente se cree que van de buen rollo. Los Bilderbeg son más de secreto, pero a voces (aunque no se quieran dar cuenta).
UN POCO DE HISTORIA
Visto con perspectiva, Bilderberg no era tan mala idea. La primera reunión tuvo lugar en el Hotel de Bilderberg en Oosterbeek (Holanda) en 1954. Suena siniestro, pero su primer presidente fue el príncipe Bernardo, cuyo pasado filonazi encajaba perfectamente con la visión paneuropea de la institución.
La entidad nació como un foro en el que los líderes de los países democráticos pudieran discutir a puerta cerrada y sin miedo a filtraciones (es la llamada ley de la Casa Chatham). Por supuesto, el telón de fondo era la Guerra Fría y el miedo a que los problemas económicos de la vieja Europa (todavía en ruinas) sirviera de caldo de cultivo para el auge del comunismo.
Los conspiranoicos creen que Bilderberg cayó de un guindo. En realidad, no fue más que otra iniciativa en ese sentido, una especie de prolongación del Plan Marshall por otros medios. Igual que lo fueron las becas Fulbright o el ‘gran Wurlitzer', el plan secreto de la CIA para financiar a intelectuales de izquierdas (sin que ellos lo supieran).
¿SECRETO O DISCRETO?
Desde que Daniel Estulin publicó, en 2005, su primer libro sobre el tema (curiosamente, en la editorial Planeta) la existencia de Bilderberg es bastante conocida. De ahí que algunos piensen que hay mucha conspiranoia y pocas nueces, y que tan secreto no es. Es cierto que ahora ya no, pero la prueba de que sí lo ha sido durante décadas es que los artículos escritos antes de esa fecha se cuentan con los dedos de una mano.
Basta un dato. La primera noticia aparecida sobre las ‘reuniones secretas de la elite internacional' (aún no tenía nombre) se publicó en 1957 en un oscuro periódico ultraderechista americano. En 1975, el gobierno de EEUU seguía negando oficialmente su existencia y no cambió de postura hasta principios de los 90.
Es cierto que desde Sitges (2010), hay un web con cuatro datos, se publica la lista de asistentes (completa o no, eso es otra cosa), y las líneas maestras del debate. Sobre lo que se diga dentro, no se puede decir nada so pena de no volver a ser invitado. Pero si decidieron abrirse un poco al público no fue por gusto sino por la presión de miles de activistas en todo el mundo.
EL EJEMPLO DEL ATCI
Bilderberg no es una enfermedad, es un síntoma. En definitiva, una prueba evidente de lo que ocurre en el mundo: la gente no pinta nada. Buen ejemplo es el futuro acuerdo conocido como Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (ATCI). Desde hace más de un año, y en completo secreto, se está negociando este acuerdo que cambiará para siempre el comercio en esta parte del planeta.
Su contenido aún no se conoce y ni los parlamentarios de Reino Unido o Estados Unidos han conseguido una copia de su contenido, que no será público hasta que esté cerrado. Los datos hablan de 350 instituciones que han participado en las discusiones, pero no hay listado. Lo que sí está claro es que todos los grandes lobbies internacionales se han sentado en las mesas de discusión y no se conoce ninguna asociación cívica o ciudadana que haya sido llamada a participar. El ATCI será uno de los temas centrales de la presente reunión de Biderberg. De hecho, la idea nació aquí.
Por supuesto, lo poco que se ha dicho es que creará millones de empleos y será bueno para los negocios. Lo primero está por ver, lo segundo es verdad... aunque sólo para algunos. Entre otras maravillas, el documento incluye un concepto aparentemente inocuo como la coherencia reguladora, que no es más que ir igualando la legislación americana (mucho más permisiva) y la Europea en cualquier materia que afecte al comercio, pasando por encima del Parlamento Europeo y los de sus estados miembros.
A PLENA LUZ DEL DÍA
Para velar para que las nuevas condiciones impuestas por las multinacionales se impongan por encima de cualquier legislación se creará el Regulatory Cooperation Council (RCC). Tendrá la última palabra y, por tanto, capacidad para obligar a cambiar cualquier tipo de ley. Si alguien piensa que será imparcial que deje las drogas.
Otro concepto que da más miedo que un libro de Federico Moccia es el Investor State Dispute Settlement (un árbitro entre gobiernos y grupos de presión) cuyos dictámenes irán a misa. El objetivo es, por ejemplo, que si una empresa se beneficia de la escasa regulación medioambiental en su país y quiere irse a otro lugar, pueda exigir que se apliquen las mismas normas o exigir millonarias compensaciones al gobierno local por el dinero que dejará (en teoría) de ingresar. Con un poquito de tiempo el mecanismo está llamado a convertirse en un negocio en sí mismo.
Lo normal sería que un acuerdo así llenara horas de debates televisivos, aprovechando que los tertulianos saben todo de todo. Pues no, y no solo eso sino que cuando Izquierda Unida propuso que su aprobación fuera mediante referéndum europeo, PP, PSOE, CiU o UPyD votaron en contra. En otras palabras, que el atraco se perpetrará a plena luz de día y con la bendición de nuestros representantes. Para cuando vayamos a reclamar ya estarán sentados en algún consejo de admnistración.
DEL MITO AL HECHO
Es imposible saber hasta qué punto el papel de Bilderberg se ha exagerado, pero seguro que no tanto como se ha minimizado. La construcción europea se ha gestado en sus reuniones. Lo que ocurre es que en tiempos de Guerra Fría, cuando el pensamiento keynesiano era la norma entre economistas, el nuevo diseño del viejo continente se hacía pensando también en las personas.
Igual que Bismarck creó la Seguridad Social en 1883 para frenar el avance del movimiento obrero, Bilderberg creía en un sistema capitalista con rostro humano. Eso, con el auge del neocapitalismo, hace años que cambió. Ahora es la voz de los mercados.
Políticos, dueños de grupos de comunicación, banqueros, militares, economistas... El problema, como puntualiza Bilderberg People (el mejor libro sobre el tema) es que se ha pasado del debate de ideas al consenso. No sólo hay que estar de acuerdo, sino que ya sólo se invita al que se sabe que coincide con lo que se quiere concluir.
EL LOCO MUNDO DE BILDERBERG
Hasta hace bien poco, el 99% de lo que se publicaba sobre el tema salía del ultraderechista Liberty Lobby del norteamericano Willis Catro. El resto, generalmente una banda de lunáticos, se dedicaba al alegre cortaypega a y añadir algunas líneas de su propia cosecha.
Hacía nació el mito del ‘gobierno mundial en la sombra' y de que era el máximo cónclave de los Illuminati, una especie de orden masónica creada en 1776 en Baviera por Adam Weishaupt, un profesor universitario. Aunque esta banda de conspiradores de salón se disolvió en 1785, algunos creen que siguen moviendo los hilos desde un salón lleno de humo de puros.
La teoría es casi razonable comparada con otras que dice que los Illuminati son, en realidad, lagartos del espacio que quieren controlar el planeta. Su estrategia incluye trufar de mensajes en clave en las canciones de Michael Jackson, Miley Cirus o Lady Gaga. Otros, más modositos, los describen como una especie de secta satánica.
La periodista española Cristina Martin llegó incluso a publicar un documento titulado Armas silenciosas para guerras tranquilas, el plan para hacerse con el control del mundo mediante manipulación y engaño. Según ella era "la Biblia de cómo está establecido el mundo en este preciso momento de la historia" y había sido redactado por una cábala de genios que "dominan todas las ciencias naturales". En realidad, el paper fue obra de Lyle Hartford Van Dyke, era un chalado que acabó en la cárcel por su afición a las falsas denuncias y no que había oído hablar de Bilderberg en su vida.
Hay un centenar de entidades (conocidas o no) que se dedican a la mismo, la diferencia es que ir a la reunión de Bilderberg es como la fiesta de graduación. Al margen de su poder, lo que es innegable que cuando se trata de tomar decisiones, no todos jugamos en la misma liga.
Aunque piense que su colega De La Fuente se le va un poco la olla, este al menos contesta a los comentarios.No me ha respondido.Yo si conozco a una organizacion supranacional que conspira para colocar a algunos de sus miembros en los gobiernos legitimos de los paises y asi poder hacer leyes que les favorezcan.Lo hacen con total claridad , publicidad e impunidad. Es la iglesia catolica.Cuando no lo consiguen incluso toman la calle y montan manifestaciones y algaradas ,en definitiva, unos autenticos antisistema dentro del sistema, con medios de comunicacion , agitacion y propaganda , etc,..y luego hay quien se preocupa por cuatro desarrapados que twittean no se que y tal . En fin que creo que se me ha ido la olla.
Coño, ¿lo de Bono y Coelho va en serio?
El club Bilderberg es un gran lobby.Ni mas ni menos.¿Como van a hacer publicidad en los medios masivos y generalistas?¿Conoce alguno de estos grupos que alardee o presuma de como influye en los gobiernos o en los gobernantes para hacer o modificar leyes y normativas?Lo que pasa es que este grupo esta mas "pasao" que el charleston.Es fruto de la guerra fria y de la alianza europeo -americana, por eso no ve mas alla. En el siglo XXI y con las nuevas potencias asiaticas y demas, ha llegado al culmen , a todo lo que podia dar. Crear , o intentarlo, unos estados unidos de europa y fometar un acuedo de libre comercio con EEUU. Toda la demas conspiranoia es puro folclore y frikismo , incluido Esputin y los demas pseudo-escritores.
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