LOLI BENLLOCH (EFE). 28/05/2014

imprimir

Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• Economía incumple con Unión Gremial el criterio que aplicó para excluir a Anged del Observatorio
• El 'problema valenciano' se cuela en Madrid
• A quién le sube y a quién le baja los impuestos Joan Ribó

VALENCIA (EFE). Rafael Blasco, el exconseller de Solidaridad, exportavoz del PP en Les Corts Valencianes, actual diputado no adscrito y otrora todopoderoso personaje de la política valenciana, ha visto interrumpida su trayectoria por el fraude en la gestión de las ayudas a la cooperación internacional.

Veintitrés años después de ser absuelto de los presuntos delitos de cohecho y maquinación para alterar el precio de las cosas por la recalificación de unos terrenos por la Conselleria Obras Públicas, donde era conseller en el gobierno del socialista de Joan Lerma, Blasco ha sido condenado por malversación, tráfico de influencias, prevaricación y falsedad en el caso Cooperación.

Rafael Blasco, quien cumplió 69 años durante la celebración del juicio sobre la primera pieza del caso Cooperación, es el político valenciano que más veces ha sido conseller, y lo ha hecho con cuatro presidents de la Generalitat (Joan Lerma, Eduardo Zaplana, Jose Luis Olivas y Francisco Camps), de dos partidos políticos diferentes (PSPV-PSOE y PP), y en siete carteras a lo largo de diecisiete años.

Las carteras que Blasco ocupó fueron la de Presidencia y la de Obras Públicas y Urbanismo con el gobierno socialista, y las de Empleo, Bienestar Social, Territorio y Vivienda, Sanidad, e Inmigración y Ciudadanía (luego denominada Solidaridad) con los gobiernos del PP.

Precisamente, desde la práctica totalidad de las Consellerias en las que fue el máximo responsable con el PP, Blasco adjudicó contratos al empresario Augusto César Tauroni, considerado como el máximo responsable de la trama organizada en torno a las ayudas a la cooperación internacional malversadas entre 2008 y 2011.

Aunque la oposición venía denunciando desde octubre de 2010 supuestas irregularidades en la gestión de los fondos públicos para la lucha contra el hambre y la miseria en el tercer mundo, Blasco se mantuvo impertérrito en sus cargos, primero como conseller y luego como portavoz del PP en Les Corts, mientras arremetía contra esa críticas.

El PP le mantuvo como diputado autonómico tras su imputación en este caso, y solo decidió suspenderle de militancia e inhabilitarle para representar al partido después de que en un programa de televisión denunciara presiones a la Abogacía de la Generalitat para que pidiera contra él once años de prisión en este caso.

En ese punto, en junio de 2013, y ante su inminente expulsión del grupo popular, Blasco optó por convertirse en el primer diputado no adscrito de Les Corts de esta legislatura, y desde entonces permanece ubicado en la última fila del hemiciclo valenciano.

Este controvertido personaje de la política valenciana, que no deja indiferente a nadie y del que siempre se ha dicho que vale más por lo que calla que por lo que habla, ha resultado finalmente condenado en la primera de las piezas del caso Cooperación, en el que queda por acabar de instruir dos más.

Su condena llega días después del cese de su mujer, Consuelo Císcar, como directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), cargo que ha desempeñado durante diez años.

El que cuando era portavoz del grupo popular en Les Corts mostró a sus diputados la película "Invictus" para levantarles la moral en plena crisis por el caso Gürtel, no ha logrado salir victorioso del último trance de su trayectoria política, en la que otras veces ha afrontado reveses judiciales pero se ha sabido reinventar.

Dice la oposición que esta vez no volverá nunca, ni repescado por nadie, ni bajo el amparo de otra sigla política de su creación. El tiempo lo dirá.