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GRUPO PLAZA
CASO COOPERACIÓN

Rafael Blasco, a menos de 24 horas de saber si los jueces creen que es El Conill

VALENCIAPLAZA.COM. 27/05/2014

VALENCIA (EP). El exconseller de Solidaridad y Ciudadanía y actual diputado No Adscrito en las Corts Rafael Blasco afronta uno de los momentos más difíciles de su carrera política ya que está a menos de 24 horas de saber si va a prisión en caso de que los jueces consideren probado que es 'El Conill', 'El Conejo' o 'Roger Rabbit', como según la Udef le identificaban los acusados en la primera pieza del 'caso Cooperación' en el que se han juzgado presuntas irregularidades en ayudas concedidas a la Fundación Cyes para proyectos en Nicaragua.

Blasco y otros ocho acusados conocerán mañana, a partir de las 9 horas, si el tribunal considera que son culpables de delitos tales como malversación de caudales públicos, prevaricación, tráfico de influencias o falsificación documental, y si se ordena su correspondiente ingreso en prisión, en la que ya se encuentra provisionalmente el considerado presunto cabecilla de la trama, Augusto César Tauroni.

El proceso judicial de Blasco se remonta a hace casi cuatro años, cuando salieron a la luz pública una serie de presuntas irregularidades en la concesión de ayudas por parte de la conselleria que este dirigía a la Fundación Cyes, presidida por Marcial López y en la que estaba detrás Tauroni.

"Soy inocente" y "se me ha sometido durante tres años y medio a un juicio paralelo en el que la presunción de inocencia ha brillado por su ausencia", han sido algunas de las frases más pronunciadas por el exconseller desde que se conociera el caso, se comenzó a investigar en un juzgado ordinario y se acabó juzgando en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

Blasco, que tan solo en el último momento reconoció que podía haber cometido algún error, llegó a decir que haber llegado al juicio había representado para él un "alivio" por la posibilidad de conocer "de primera mano" y "sin intoxicaciones" los hechos. Ahora será el tribunal el que determine si ha habido estas intoxicaciones.

El exconseller, que dejó su acta de diputado 'popular' para irse al grupo de los No Adscritos tras hacerse público su procesamiento y la fecha de juicio, pasó las sesiones del juicio en solitario, sin compañía de familiares ni de representantes políticos.

Su compañero en este viaje judicial ha sido su abogado Javier Boix, quien le ha representado a lo largo del procedimiento y ha pedido para él la libre absolución, al considerar, tal y como expuso en sus conclusiones, que dictar una sentencia condenatoria sería "insostenible".

A lo largo de las sesiones, unas 35 en total repartidas en algo más de dos meses, se ha podido ver una evolución tanto en el comportamiento como en la actitud y la apariencia del exconseller, quien comentaba las declaraciones y testificales con sus compañeros de banquillo e, incluso, asentía o negaba ante las manifestaciones.

SEMBLANTE CAMBIANTE

En las primeras sesiones del juicio, dedicadas a cuestiones previas y a los interrogatorios de los acusados, se pudo ver a un Blasco más optimista y muy concentrado. Sin embargo, con la llegada de las testificales, sobre todo la de los técnicos de su extinto departamento y de la becaria que supervisó los proyectos en Nicaragua, su semblante fue cambiando, incluso se le pudo ver más nervioso.

En la mayoría de las sesiones del juicio, a Blasco se le pudo ver sentado junto al exsubsecratario de la extinta Conselleria Alexandre Catalá y su exjefe de gabinete Xavier Llopis. La mayoría de los acusados solía tomar nota en sus cuadernos durante las sesiones para que no se les escapase ningún detalle.

En algunos descansos, se le podía ver hablando con algunos de estos acusados, pero sin embargo no solía dirigirse a Tauroni, con quien negó cualquier relación de "confianza o amistad", aunque sí reconoció que lo conocía desde hacía 12, 13 o 14 años.

Pese a ello, tanto la Udef como el ministerio fiscal han mantenido que Blasco y Tauroni eran "amigos" y que utilizaron su relación para "delinquir" en las ayudas concedidas para proyectos de cooperación. De hecho, según la Policía, el empresario llamaba a Blasco 'El Conill', 'El Conejo' o 'Roger Rabbit', tal y como se desprendía de sus correos electrónicos, extremo que ambos negaron.

De hecho, sobre este aspecto, Tauroni fue un paso más allá y durante el juicio llegó a pedir "dejar de lado la paranoia de Walt Disney" porque esto parecía "una trama con nombres de animales". 'Conejo', dijo Tauroni, era la palabra que utilizaba "en muchos ámbitos", "en muchos contextos", y aclaró que también solía utilizar otras expresiones como el Pato Lucas o Mickey Mouse, aunque reconoció que podrían haber sido expresiones "poco afortunadas".

Ahora será el tribunal valenciano el que finalmente determine con su sentencia, que ya está escrita y se dará a conocer mañana, si estos extremos se corresponden y si hubo fraude en las ayudas que tenían que haber sido destinadas para proyectos de cooperación en Nicaragua y, sin embargo, se utilizaron para la compra de pisos en Valencia.

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