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VALENCIA. El club de playa proyectado entre Las Arenas y la Marina Real, el 'Marina Beach Club', confía en que un 70% de sus ingresos lleguen a través de su resturante y de la realización de eventos en el mismo. Aunque el concepto de club de playa incite a pensar en la explotación del espacio en el ocio nocturno, la oferta de Recaba Inversiones Turísticas S.L. pretende enfocarse, sobre todo, al ocio diurno y a la oferta gastronómica. "Por eso ha entrado con nosotros el Grupo Gourmet, muy dedicado a la realización de eventos", explica Antonio Calero, promotor del proyecto y propietario del 50% de Recaba.
"Esta es la parte que el resto de propuestas no han visto y se han dirigido al ocio nocturno, han pensado en un pub, mientras que el ocio diurno no está explotado", destaca. "Nuestro proyecto es mucho más global". El grupo Gourmet gestiona la resturación de espacios como el Palacio de Congresos, el Hotel las Arenas o el Palau de les Arts, y se encargará de la oferta gastronómica del club. El otro 30% llegará desde la zona de lunch de la piscina, donde se servirán productos como hamburguesas, y de las hamacas.
A pesar de que la inversión que tendrá que realizar la empresa para la construcción del club son dos millones de euros, Calero asegura que la empresa funciona con fondos propios. Recaba Inversiones está compuesta por cuatro socios y Calero es el mayoritario. Con más de 25 años en el sector de las agencias de viajes y 15 años en el sector hotelero, es propietario de un hotel en Andorra aunque gestiona cuatro, además de tener un franquicia de agencia de viajes.
Sus otros tres socios, Rafael Recuenco, Roberto Recuenco e Israel Baquero, cuentan con experiencia en el ocio nocturno. "Es la primera vez que trabajamos juntos aunque nos conocíamos, ellos sí que han sido socios, el que se incorpora a ellos soy yo", apunta Calero. Asegura que el ámbito nocturno es más difícil de rentabilizar, ya que el horario máximo permitido de apertura en el espacio de la Marina Real son las 03:30 de la madrugada.
"Nosotros hicimos un proyecto a medida de los pliegos, no pedimos ningún cambio", asegura. "Hicimos un espacio abierto, vallas móviles, un espacio público al 100%". Según explica Calero, se trata de un restaurante con piscina, hamacas y con terraza. "No es un club privado como se ha querido transmitir en algunos sitios", insiste. "En la temporada de invierno, en la que la piscina estará cerrada, quitaremos las vallas móviles de la parte trasera y se convertirá en un parque público con una fuente y abierto a la playa".
Respecto al pago de un canon fijo mensual de 25.000 euros frente a los 7.000 euros que exigía el pliego, asegura que su oferta no le parece excesiva, a pesar de que las otras dos empresas que presentaron propuestas ofrecían un alquiler de 11.000 y 8.000 euros y una inversión de 1,5 millones. "Se trata de una apuesta por un producto que no existe en Valencia", explica. Asegura que tiene una diferencia respecto a otros sitios que ya hacen esto y es que no tiene un carácter elitista, sino que está más enfocado a los valencianos. "No se ha dejado nada al azar, está todo estudiado".
Aunque algunos piensan que se trata de una privatización del espacio público, Calero asegura que el espacio no deja de serlo. "Además, la inversión se queda hecha y después de 20 años el Consorcio decidirá si lo saca a concurso o lo quieren explotar ellos", destaca. También resalta los 100 empleos directos que crearán el proyecto, que los ingresos anuales del Consorcio Valencia 2007 serán de 300.000 euros más el 6% de la facturación neta e insiste en que no es algo que le quite el carácter a la Marina Real.
"Ahora solo hay cuatro bancos", apunta Calero. "Es un servicio más, se está creando y no lo está pagando el consorcio, la inversión pública es de cero euros, la obra se queda en la ciudad y es un dinero que se queda en las arcas públicas". Insiste en que la gente que va podrá seguir paseando, bañándose en la playa y que lo que se está haciendo en un bien para la ciudad.
El porqué sobre la elección de Juan Ranchal como arquitecto del proyecto es su facilidad para entender el concepto de lo que buscaban. "No tienes que explicarle lo que quiere, él ya lo sabe", apunta. El diseño lo realizó con edificios y construcciones de planta circular y trazado curvo, lo que permite que no haya partes delantes y traseras del espacio", apunta. Las obras tendrán una duración aproximada de 6 meses por lo que, conforme al calendario previsto, el local podría comenzar a funcionar en la primavera de 2015.
intereado en trabajar para la empresa recaba inversiones turisticas
1.000 €/ día al Ayuntamiento por la concesión. Una oferta desproporcionada, en comparación a los otros proyectos. Huele a pufo, a la legua. Eso más los salarios....totalmente inviable. Pero bueno, tampoco nos podemos extrañar.
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