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VALENCIA. Antes que nada, me gustaría decir que os escribe alguien desde el otro lado de la barrera, desde donde es más sencillo hablar y observar con detenimiento las peripecias de emprendedores para llevar a cabo sus propósitos al tiempo que salvan todos los obstáculos que se les ponen por delante. Trabajo en la efervescente Universitat Politècnica de València, en el Instituto Ideas, ayudando a emprendedores y demás valientes a llevar a cabo sus proyectos, y donde la palabra emprendedor resuena cada vez con más fuerza.
Antes de contaros cómo se está trabajando desde la UPV para fomentar el emprendimiento, me gustaría analizar el concepto "politécnica", empezando por deconstruir la palabra en sus dos principales elementos: poli + técnica.
"Poli": término griego que indica pluralidad o abundancia.
"Técnica": término empleado para describir acciones regidas por un cierto protocolo o normas que tienen el propósito de obtener un resultado específico, tanto a nivel científico como tecnológico, artístico o de cualquier otro campo.
Con lo que deducimos que tenemos en el "poli" un montón de estudiantes conocedores de procedimientos estudiados, validados, formulados y normalizados para resolver problemas que se plantean. Herramientas predeterminadas, calidad de las cuales no pongo en duda, pero que sí siento que se no se han adaptado al momento actual, limitando la creatividad e inventiva de los estudiantes de la universidad.
Los tiempos han cambiado y es tiempo de cambiar. Es hora de hablar de habilidades, de capacidades y de aptitudes, de virtudes e invenciones, a los que sumarles toda esta técnica y conocimientos aprendidos.
Y es aquí donde nos preguntamos ¿qué estamos haciendo en la Universitat Politècnica de València con todo esto? En mi respuesta quiero mencionar a una persona que, inspirada en su mentalidad innovadora, colectiva, internacional y, como no, en sus antecesores, ha cogido las riendas de la universidad en un momento delicado y arriesgado, casi crítico. Hablo de Francisco José Mora, Rector de la UPV, el cual alineado y comprometido con un cambio de paradigma, incluye en su programa una serie de iniciativas para plantar, regar y hacer crecer el emprendimiento en la UPV. Esta semilla se llama poliEMPRENDE y pretende llegar a los estudiantes desde el inicio de su trayectoria universitaria. PoliEMPRENDE se constituye fundamentalmente por tres pilares:
En primer lugar, dar formación para el desarrollo de competencias transversales a los alumnos. Me refiero a ese conjunto de habilidades, capacidades y aptitudes que mencionaba antes: liderazgo, trabajo en equipo, proactividad, creatividad,... PoliEMPRENDE pretende llegar hasta las aulas para complementar la formación reglada con cursos sobre creación de empresas, nuevos modelos de negocio, organización de charlas, talleres de makers, jornadas geeks sobre nuevas tecnologías,... y siempre con las puertas de las aulas abiertas para fomentar la multidisciplinariedad.
En segundo lugar, poliEMPRENDE está creando un enorme ecosistema emprendedor en la universidad que acoge a decenas de valientes que han sabido superar obstáculos trabajando muy duro y que hoy en día se dedican enteramente a sus proyectos. Este ecosistema tiene nombre propio y me enorgullece decir que estuve en su bautismo. Se llama STARTUPV y se constituye como el pilar de incubación de poliEMPRENDE. A día de hoy, son más de 50 las empresas que han pasado por él, disfrutando de espacios de trabajo -despachos, zonas de coworking, salas de reuniones-, asesoramiento, apoyo y recursos técnicos. Por todo ello podemos decir que STARTUPV funciona como un inmejorable lugar para el romanticismo emprendedor, donde el intercambio de ideas y experiencias ha dado lugar al nacimiento de nuevos proyectos entre las empresas incubadas.
El tercer y último pilar lo constituye la aceleración de las empresas, un concepto que se encuentra aún en fase de definición, de hecho, ni siquiera la RAE recoge esta nueva acepción. Desde la Universidad lo entendemos como el aprovechamiento de todos los recursos que ofrece esta institución para impulsar a las empresas constituidas. Hablo de conectar a emprendedores de éxito egresados de la UPV con los que todavía siguen en ella a modo de "advisors"; de facilitar el acceso a la financiación de sus proyectos empresariales; de poner a su disposición los recursos técnicos que tiene la universidad... En definitiva, de hacerles el camino más fácil.
PoliEMPRENDE no ha cumplido un año de vida y ya se aprecian sus resultados. En la UPV se respira otro ambiente, mucho más emprendedor y motivador, más dinámico a pesar de la rigidez que puede conllevar el plan "Bolonia". Y lo más satisfactorio de todo es ver como tanto los alumnos como esos valientes emprendedores ejercen de profetas de lo que está pasando aquí dentro.
Y no podría terminar este artículo sin mencionar a quien hace esto posible. Aunque no seamos "emprendedores" al uso, considero que quienes nos dedicamos al emprendimiento desde este lado de la barrera tenemos ese mismo espíritu, tenemos instalado ese mismo sistema operativo que estamos constantemente actualizando para ofrecer el mejor servicio a nuestros estudiantes. Tener este carácter implica muchas veces avanzar al más puro estilo "Pollito inglés", aprovechando oportunidades cuando nadie se mueve. Y que conste que no estoy hablando de "saltarse las normas", que lo pongo entre comillas para que no suene muy alto, sino de moverse al ritmo de los emprendedores, remando al mismo tiempo y vibrando con la pasión que implica hacer realidad los sueños de muchos.
En la Universidad Politècnica de Valencia tenemos un plan, pero lo más importante, tenemos personas capaces y con ganas de cambiar el mundo de la educación con pasión y creatividad, profesores con vocación emprendedora, técnicos que se reinventan cada día, investigadores con visión de negocio y directores de escuelas que apuestan por la multidisciplinariedad para darle a la palabra "poli" su verdadero significado.
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Pablo Penadés
The times they are a changing
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