VALENCIA. La compañía cárnica Martínez Loriente, constituida en 2002 con la unión de Incarlosa, Embutidos Martínez y Mercadona, ha decidido poner orden más allá de sus propias puertas. Tras años de reinversiones en sus centros de producción, la firma ha iniciado un proceso de colaboración con sus granjas proveedoras para mejorar su eficiencia.
Como ha señalado el consejero delegado de la firma, Francisco Garrigues, en el caso del vacuno la compañía trabaja actualmente con nueve granjas de engorde en las que los animales ganan peso durante un año, antes de llevarlas al matadero. Se trata de grandes explotaciones que aplican criterios productivos, pero no ocurre así en las llamadas granjas nodrizas.
Es en estas últimas donde se van a centrar los esfuerzos de mejora, ya que se trata de un gran número de pequeñas explotaciones poco tecnificadas con una media de una docena de vacas, que son las que tienen que parir (a un ritmo de uno por año y madre) los decenas miles de terneros que requiere Martínez Loriente para satisfacer la demanda.
El animal pasa unos dos años en estos establecimientos, repartidos por Asturias, León, Navarra, Valencia, Toledo o Ciudad Real y que mantienen unas formas trabajo que han cambiado poco en los últimos siglos, por lo que las posibilidades de optimización incluidas en el proyecto denominado Cadena Agroalimentaria Sostenible Martínez Loriente (Casmal) son muchas.
GRANJAS EN RED
La iniciativa, con la que se prevé empezar a tener resultados en 2014, pasa por generar una red de granjas por toda España que se conviertan en socios de negocio. Estas granjas trabajarán como proveedores, con modelos "eficientes, coordinados, a precios sostenibles y equilibrados en beneficio del consumidor", según la empresa.
Esta implicación en beneficio de la organización de sus proveedores ha sido una acción habitual por parte de Mercadona, que no sólo ha generado una red de empresas de envergadura en las zonas en las que trabaja, como la propia Martinez Loriente, sino que también se ha garantizado así un suministro constante y bajos sus estándares de calidad y servicios.
Para el desarrollo experimental de esta iniciativa, entre otros procesos de innovación, Martínez Loriente ha adquirido por 4,4 millones de euros la totalidad de los activos de la granja experiencial Bovinos de Valencia, situada en Villamarchante (Valencia), donde ya venía trabajando en nuevos desarrollos junto a otro socio.
HACER ESPAÑA
La granja cuenta con 74 cuadras y tiene capacidad para albergar hasta 5.000 reses anuales. Allí el equipo de la empresa analiza los comportamientos y desarrollos de las distintas razas. Con la experiencia obtenida se puede conocer el comportamiento sensorial y la calidad de las carnes, además de los principales elementos que garanticen la sostenibilidad del negocio.
La razón de esta iniciativa se debe al compromiso asumido por Martínez Loriente por fomentar la cabaña nacional, para lo que debe trabajar con unos precios competitivos frente a los de terceros países, como los que hasta ahora suministraban en parte a firma.
La intención es que más del 90% de la carne que requiere la empresa sea de origen español, limitando la importación de Irlanda, Holanda o Polonia a las necesidades puntuales de determinados cortos o a incrementos imprevistos de demanda.
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