MADRID (EFECOM / Marina Estévez). Su perfil profesional resulta más que adecuado para dirigir procesos de obtención y análisis de información tanto pública como privada -"siempre dentro de la legalidad, cuando trabajas para el gobierno es otra cosa"- explica Goslin en una entrevista con Efe.
Pero para ser un "detective" de información económica y corporativa en principio puede bastar con un título universitario, conocer varios idiomas, haber viajado mucho y, sobre todo, tener curiosidad. Presentes en Madrid desde 2012, K2 Intelligence tiene su sede en Nueva York, y sus otras oficinas están en Londres y, recientemente, en Tel Aviv.
Aunque no desvela el nombre de ninguno de sus clientes en España -aparte de los grandes bufetes, como Gómez-Acebo, Cuatrecasas, Garrigues...- el estadounidense explica casos como el de un fondo de inversión que quería elevar su participación en una empresa tecnológica y "entender la trayectoria" de un alto ejecutivo de ésta última que había tenido problemas en otros trabajos.
Para ello, además de obtener datos públicos, se investigó a través de antiguos colaboradores de las anteriores empresas, de las que esta persona había salido de manera abrupta, a través de "entrevistas indirectas", en las que obtenía información sin que el interpelado supiera qué es exactamente lo que se buscaba.
De este modo se pudo determinar que las diferencias que había tenido el investigado eran de índole más bien técnica o de estrategia, por lo que se llegó a la conclusión de que era alguien que peleaba por sus ideas y se podía confiar en él. Además de estos trabajos puntuales, K2 trabaja de manera permanente para algunas empresas del IBEX 35.
A una de ellas, que tiene "muchísimas operaciones fuera de España", le ayuda a conocer la personalidad de determinados gobernantes o responsables, desentrañar las claves de la regulación o saber cómo son sus competidores "por ejemplo para construir un tren de alta velocidad".
Según Goslin, alrededor de un 60 % del negocio de la oficina en España se hace con empresas que salen al exterior y a las que se aconseja en temas tan vitales como elegir un representante o distribuidor.
De este modo se evitan situaciones relativamente comunes, como que tu socio en otro mercado desaparezca, no te pague o copie tu producto. "Para escoger a la persona indicada necesitas hacer inteligencia. Yo veo muchos currículum y muchos dicen que han pintado la Capilla Sixtina", ironiza Goslin, que fue oficial de la CIA en Latinoamérica durante catorce años.
Del 40 % restante, la mitad del negocio se reparte entre asesorar a empresas españolas que operan en el país y a multinacionales, fondos de inversión y fondos de capital riesgo extranjeros interesados en tomar posiciones en España.
Gosling confiesa que pensaba que este último segmento iba a significar un mayor porcentaje de negocio, aunque espera que crezca cuando se despejen incógnitas en España como la reforma fiscal o la situación del mercado energético y las renovables.
Otra de las facetas de esta consultora es la recuperación de bienes en un litigio, y para ello han colaborado con víctimas del timo piramidal de Bernard Madoff y con Nokia y Motorola cuando fueron estafados por la familia turca Uzan. En cada uno de estos casos su trabajo ha permitido el hallazgo de bienes y la posterior devolución de unos mil millones de dólares, según relata Goslin.
El objetivo de K2 en España -Madrid es su oficina más pequeña- es crecer en la región cerca de un 50 % de aquí a un año, tanto en facturación como en personal. Aunque no detalla datos pormenorizados por sedes, Goslin explica que la facturación de K2 a nivel global ha sido de unos 40 millones de dólares en los últimos tres años.
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