Valencia, 11 abr (EFE).- El exgerente de Emarsa Esteban Cuesta ha implicado hoy a su hermana Luisa en el reparto de los fondos que supuestamente fueron malversados por los principales cabecillas de la trama corrupta que operó en la empresa pública que gestionó la depuradora de Pinedo.
Según consta en su declaración ante el juez (la cuarta), a la que ha tenido acceso EFE, Cuesta ha ratificado todas las afirmaciones efectuadas en una entrevista al diario Levante-EMV en las que implicó a su hermana en el reparto de fondos, obtenidos por los responsables de la trama, al parecer de forma ilícita, al elevar de forma ficticia el coste de tratamiento de lodos.
Cuesta ha explicado que fue su hermana quien operó con tarjetas de crédito a nombre del empresario Jorge Ignacio Roca (huido de la justicia) pero cedidas al expresidente de Emarsa y exalcalde de Manises (PP), Enrique Crespo; y los altos cargos de la EPSAR, Ignacio Bernácer y Juan José Morenilla.
El exgerente ha afirmado que fue su hermana quien sacó dinero de las cuentes de Roca en varios cajeros automáticos de forma sistemática durante meses para posteriormente repartir el efectivo entre él mismo, Crespo, Morenilla y Bernácer a cambio de 500 euros mensuales de cada uno de estos exdirectivos, hoy imputados en la trama corrupta que investiga el Juzgado de Instrucción 15 de Valencia.
Cuesta, que únicamente ha respondido a las preguntas del juez y del fiscal, ha explicado que este mecanismo se acordó por la incomodidad que suponía para los directivos tener que ir personalmente a sacar dinero, si bien no ha podido precisar cuándo, cómo o dónde se acordó esta forma de proceder.
Tampoco ha aportado documentos u otras pruebas que puedan dar solidez a esta nueva versión de los hechos, según consta en su declaración.
Preguntado por los motivos por los que ha decidido realizar estas aclaraciones y hacerlo en prensa, Cuesta ha respondido que lo hace por proteger a su mujer, ante la posibilidad de que sea considerada responsable de las citadas operaciones con las tarjetas de crédito.
"No tengo interés en perjudicar a mi hermana -ha indicado Cuesta- pero a la que no quiero perjudicar es a mi mujer, y no tengo más remedio que contar quién era la persona que se encargaba de la gestión con las tarjetas".
El juez le ha preguntado si pretende con esta nueva declaración ofrecer una imagen de colaboración para negociar una eventual pena, extremo que ha negado para afirmar que lo hace por motivos de conciencia.
L'Entitat Pública de Sanejament d'Aigües (Epsar) i Emarsa, les falses empreses públiques, els corruptes gestors, la millor mostra de la monumental estafa perpetrada amb el catecisme lliberal com a coartada -no ho són de lliberals- que van arribar a facturar 42 euros per tona, el doble del preu del mercat, gràcies a la martingala de transferir fons públics de l'Epsar a la xarxa de depuradores. En els dos extrems caricatures d'empreses i immorals i ineptes enxufats per la secta.
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