MADRID (EP). El 25 de octubre de 2001, Bill Gates ejecutó el comando 'exit' en MS-DOS en una conferencia en la ciudad de Nueva York. Gates estaba cambiando la historia de los sistemas operativos y comenzó la presentación de Windows XP donde explicó todas las bondades del nuevo 'software' que estaba llamado a reemplazar a Windows 2000 y ME.
Windows XP -que hasta que fue presentado se conocía por su nombre en clave 'Whistler'- era el primer sistema operativo de Microsoft que diseñó utilizando la arquitectura Windows NT. Durante su primera etapa, la entonces nueva versión de Windows no fue tan aceptada como habían previsto en Redmond y les llovían las críticas por la apariencia de la interfaz gráfica, a la que llamaron Luna, por no tener una apariencia tan profesional como las anteriores interfaces.
Pero Luna sólo era el error más visible. Los usuarios más entendidos en lo que a 'software' se refiere también juzgaron duramente la seguridad del sistema, así como las innumerables incompatibilidades tanto para 'hardware' como para 'software'.
Para solucionar el descontento, Microsoft lanzó el primer 'Service Pack' en septiembre de 2002, el cual ponía fin a pequeños errores e incluía los parches de seguridad que se habían publicado hasta el momento. Pero una de las novedades más importantes no eran en sí los errores que solucionaba, sino la posibilidad de poder desinstalar programas que ya venían preinstalados en Windows como eran Internet Explorer o el reproductor multimedia Windows Media Player.
Un par de años más tarde, los de Redmond lanzaron un segundo 'Service Pack'. En esta ocasión, Microsoft puso un especial énfasis en reparar las vulnerabilidades de seguridad y, así, Windows Security Center llegó al sistema operativo. El último 'Service Pack' llegó en 2008.
Dos años antes, cuando Windows XP tenía cuotas de mercado del 80 por ciento, los de Microsoft, satisfechos con los resultados del sistema operativo, lanzaron Windows Vista. Este sistema operativo nunca llegó a tener la popularidad de XP y el propio Steve Ballmer lo calificó como uno de sus mayores errores durante su mandato.
Para empezar a desbancar a XP habría que esperar otros tres años cuando en 2009, Microsoft lanzó Windows 7, después de aprender de los fallos de su anterior sistema operativo.
EL FIN DEL SOPORTE
Hace ya bastante que Microsoft anunció que el 8 de abril (después de una prorroga) dejaría de prestar soporte para Windows XP, así como a Office 2003. A día de hoy que la penetración de XP sigue en el 27 por ciento de ordenadores a nivel mundial, muchos de los ordenadores corren el riesgo de ser atacados por 'malware' y usuarios mal intencionados debido a la importante brecha de seguridad que se abrirá a partir de la fecha del fin de soporte.
Muchos han sido los esfuerzos de comunicación de Microsoft y de sus socios para invitar a los usuarios particulares y profesionales a migrar a nuevos sistemas operativos más modernos, pero aún así el 32 por ciento de los usuarios españoles siguen utilizando Windows XP en su puesto de trabajo. Respecto a este dato, España encabeza la lista de países europeos que participaron en el estudio encargado por Microsoft a Ipsos MORI, de donde se extrae que en Francia el dato llega al 28 por ciento, al 23 por ciento en Austria y al 17 por ciento en Alemania.
Para minimizar los gastos de migración, empresas como Dell, Lenovo, HP y Toshiba ofrecieron planes renove para que los usuarios y las empresas pudieran cambiar sus ordenadores viejos y recibir una pequeña cantidad a cambio para invertirlo en un nuevo ordenador con un sistema operativo más moderno.
"Toda la industria y el sector tecnológico está volcado en concienciar a las empresas de la importancia de abandonar Windows XP una vez acabe el soporte y, por ello, han puesto en marcha innumerables iniciativas que favorecen la migración hacia tecnología innovadora" recalcaba el responsable de la división de Windows en España, Fernando Calvo.
Los esfuerzos por parte de Microsoft se vieron plasmados con su plan 'Impulso PYMES', en el que ofrecían descuentos en muchos de sus productos de 'software', incluidas las licencias de nuevos sistemas operativos como Windows 8 y 8.1 o las última versión del paquete ofimático, Office 365.
Entre las razones que se ofrecían desde Microsoft para fomentar la migración se incluían la mejora en la productividad y en la seguridad, características que el anciano sistema operativo de 13 años no puede desempeñar con la misma soltura que los jóvenes Windows 7, 8 y 8.1.
La productividad también es importante para los usuarios ya que un 61 por ciento de ellos la destacó como uno de los principales beneficios de la migración. Microsoft desveló en un estudio que las pequeñas y medianas empresas que apostaban por la tecnología aumentaban sus ingresos anuales un 15 por ciento antes y creaban empleos dos veces más rápido.
LA BRECHA DE SEGURIDAD
Quizá, uno de las preguntas más importantes sea la de qué pasará con los ordenadores que sigan utilizando Windows XP después del 8 de abril. Pues en el informe 'Smart Protection Network' elaborado por Trend Micro aseguran que los PC que sigan utilizando XP se convertirán en un blanco fácil para el 'malware' y demás amenazas que puedan comprometer la seguridad de los archivos almacenados en el ordenador.
Para poner en contexto la gravedad del asunto, hay que pensar que el 95 por ciento de los cajeros automáticos siguen basándose en Windows XP, aunque no es tan fácil atacarlos ya que la mayoría no están conectados directamente a Internet y habría que introducir el 'software' maligno de forma manual. Aunque parezca algo remoto, este tipo de ataques ya tienen un precedente en Europa.
"No podemos asegurar que los cibercriminales situarán a los cajeros automáticos en su punto de mira", aseguraba el senior manager de los laboratorios FortiGuard de Fortinet, Guillaume Lovet, quien también comentaba que el cibercrimen sigue unas modas que muchas veces son "impredecibles".
Según los datos del informe de Trend Micro, seguir utilizando Windows XP después del 8 de abril será un "riesgo para la salud pública" porque un sólo ordenador podría infectar cientos, además de que incrementará el riesgo de pérdida de datos personales y bancarios o la posibilidad de convertirse en una parte de una cadena de ataque denominada 'bootnet'.
Para evitar riesgos innecesarios, sólo hay una solución: actualizar a nuevas versiones de sistemas operativos. Seamos honestos. Windows XP lleva 13 años entre los usuarios y, aunque le hayamos cogido cariño y nos resistamos a su desaparición, es mejor actualizar y recordar el sistema operativo como uno de los que más han calado entre los usuarios, que sufrir la pérdida de cualquier dato provocado por la brecha de seguridad.
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