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El ascenso de la tensión entre Fabra y Rus, los movimientos de Mercedes Alonso y Serafín Castellano en Alicante frente a José Císcar, y la revitalización de la figura de Rita Barberá, son algunas de las chispas que están elevando la temperatura

VALENCIA. La visita el pasado sábado del presidente del Gobierno y líder del PP nacional, Mariano Rajoy, que debía actuar como un bálsamo, ha dejado a la rama valenciana de la formación 'popular' más inquieta si cabe de lo que ya estaba en las últimas semanas. El jefe del Gobierno midió sus palabras y, más allá de su cariño hacia la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, no dejó ver sus cartas con claridad respecto a las grandes incógnitas que se vienen planteando respecto a la Comunitat Valenciana y al PPCV.

Aunque desde el entorno del jefe del Consell, Alberto Fabra, consideraron muy positiva la visita en cuanto a grado de compromiso en reivindicaciones como la financiación o el respaldo mostrado hacia el líder valenciano, distintos sectores del partido vieron alimentadas sus dudas o, directamente, estimaron que la Intermunicipal no había arrojado casi nada destacado para los intereses del PP de la Comunitat.

Es más, diferentes fuentes del partido consideraron que las palabras de Rajoy dirigidas a Fabra evidenciaron un respaldo calculado que no garantiza al 100% que el líder valenciano deba ser candidato en el 2015. Así, pese a que la opinión generalizada es de que Fabra será el cabeza de cartel para la Generalitat, Rajoy no sé 'mojó' en este sentido de forma clara e inequívoca. 

Por su parte, desde el grupo más afín al presidente de la Generalitat estimaron que el apoyo había sido "claro" dado que Mariano Rajoy. según subrayan, no se caracteriza por grandes aspavientos verbales a la hora de evidenciar un respaldo nítido a ningún dirigente en particular.

CRECE LA TENSIÓN FABRA-RUS POR EL VALENCIA CF

La resaca de la jornada dejó una marejada en la formación 'popular' que este lunes se transformó en un dardo de Alberto Fabra al presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus. El también líder provincial del PP se erigió en uno de los protagonistas de la Intermunicipal de la formación 'popular'. Tras diversas informaciones en las que se cuestionaba su continuidad por quejas de la dirección regional a Génova, Rus pareció buscar mayor protagonismo incluso del habitual.

Enmendar la plana al ministro Cristóbal Montoro o autoproclamarse futuro presidente del Valencia CF (manteniendo sus otros cargos) fueron algunas de las machadas de su discurso, que arrancó una ovación cerrada por parte de los asistentes. Por si esta actuación había resultado insuficiente, el domingo se permitió ofrecer más titulares a la prensa, poco antes además de que Fabra subiera al escenario, al anunciar su alianza con la oferta rusa para la compra del Valencia CF y desdeñando la árabe: "Desde Jaume I no ha habido ningún moro aquí gobernando", señaló. Fuentes 'populares' atribuyen las palabras de Rus a que el Consell se había inclinado por esta oferta en vez de por la que él apoya. Este mismo lunes, los inversores árabes se apartaban de la carrera por la compra del club.

Poco antes de que se hiciera pública esta noticia, el presidente Fabra fue preguntado por las aspiraciones de Rus para ponerse al frente del club de Mestalla. La respuesta del jefe del Consell no fue complaciente con los deseos del líder provincial del partido: "Tenemos que centrarnos en nuestras responsabilidades", recalcó, para comentar después el "poco tiempo" del que disponía fuera de sus labores como presidente de la Generalitat. Una manera de indicar públicamente a Rus que no le convence su intención de acumular cargos y presidir el club de Mestalla.

Las declaraciones del jefe del Consell no gustaron a Rus, según señalaron a este diario fuentes de su entorno. La relación entre ambos dirigentes ha atravesado mejores y peores momentos a lo largo de estos casi tres años: ahora bien, la venta del Valencia CF puede resolverse con la paz o con un enfrentamiento que marque la recta final de la legislatura. Si el barón provincial del PP no logra cumplir con su deseo de alcanzar la presidencia del club por la falta de apoyo de la Generalitat, habrá tormenta, vaticinan fuentes 'populares'.

MERCEDES ALONSO SUBE CON EL APOYO DE CASTELLANO Y LA DESCONFIANZA DE CÍSCAR

En la Intermunicipal del PP también destacaron otros nombres. La alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso, diputada nacional en su día, fue incluida en el programa de la jornada. Siempre ha mantenido una buena relación con Mariano Rajoy, quien visitó su municipio para respaldarla en la campaña electoral de 2011.

Fuentes 'populares' señalan que la primera edil ilicitana no cierra la puerta a mayores aspiraciones fuera de las fronteras de su municipio. De hecho, Alonso amagó hace un par de años con disputarle la presidencia provincial de Alicante al portavoz del Consell, José Císcar, aunque finalmente desistió en su empeño. Ahora, sectores del partido señalan que el secretario general del PPCV, Serafín Castellano, que ha tenido ciertos roces con Císcar por el control del partido en Alicante, se ha estrechado lazos con Alonso para impulsar un contrapoder al vicepresidente en la provincia. Desde el entorno de Císcar, observan los movimientos con desconfianza. 

RITA BARBERÁ SALE REFORZADA Y PRESUME DE ENCUENTRO CON MONTORO

Posiblemente, la responsable política del PP valenciano que salió más reforzada fue la alcaldesa Rita Barberá. Los elogios a la primera edil por parte de Rajoy fueron los más profundos y extensos de la jornada. Desde Génova, el encuentro 'popular' parecía dirigido a revitalizar a la dirigente y ponerla al 100% de cara a los inminentes compromisos electorales.

Barberá, este mismo lunes, anunció que próximamente se encontrará con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para hablar del aprovechamiento de la dársena y de un contrato de transporte público. Además, aseguró que su posible marcha había sido un "invento trampa" mediático. Unas manifestaciones que apuntan a una cierta recuperación del espíritu vehemente y batallador de Barberá: una noticia que puede resultar positiva para Fabra a la hora de sumar votos pero, al mismo tiempo, mayores complicaciones en el momento de imponer su liderazgo.