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Alicia y Samuel Fuentes han creado una plataforma que permite mejorar una idea con consejos de creadores y consumidores y luego fabricarlo

VALENCIA. El crowdsourcing sigue extendiéndose en España, y esta vez ha llegado de la mano de una empresa valenciana que se adentra en el desarrollo de productos de forma colaborativa. Inventure Cloud es una comunidad online, creada por Alicia y Samuel Fuentes, en la que los creadores suben una idea para un producto y a partir de ahí los futuros consumidores pueden ir realizando sugerencias para mejorar el prototipo.

Una vez diseñado el producto, los consumidores votarán la idea y si pasa las fases de evaluación realizadas por Inventure Cloud y consigue financiación en el mismo crowdfunding de la plataforma, entonces se convertirá en un producto real. "Yo vengo del mundo del diseño, tenía la intención de hacer un producto y me di cuenta de lo difícil que es, por mucho que sea bueno, hacerlo llegar al mercado" explica Alicia Fuentes. "Llegué a la conclusión de que había buenas ideas que se quedaban por el camino".

Por eso crearon esta comunidad abierta en la que cualquiera, tanto profesionales como no profesionales, puede subir un proyecto. "Si es viable lo fabricamos para ellos", apunta. En estos momentos tienen varias categorías abiertas para englobar estas propuestas que son juegos de mesa, juegos físicos y accesorios. "Ahora queremos ampliar a muebles y decoración", destaca. 

Su enfoque pretende fomentar la producción local, ya que la intención es realizar ediciones locales dependiendo del éxito que tengan los productos entre sus usuarios. "Queremos contribuir al desarrollo de lo local y no realizar grandes tiradas que acaben llevando la producción a Asia", explica. De momento, se dirigen a un público joven, sobre todo al de estudiantes, y por este motivo empezaron con categorías como juegos, un producto muy apto para crear. 

Una vez escogidos estos productos para producirlos, adquieren los derechos de explotación a cambio de royalties por cada unidad vendida, mientras que los creadores mantienen la propiedad intelectual. "La acogida, a nivel de creadores, está siendo muy buena, ahora tenemos que darnos más a conocer entre los consumidores", explica Alicia. Actualmente, se encuentran hablando con distribuidoras para comercializar algunos de los productos que ya han seleccionado. 

Su primera elección para fabricar es un gadget para el escritorio que sirve para ordenar los cables en la mesa y que no se enreden. El prototipo, que fue realizado con una impresora 3D, fue subido a la plataforma y, con las aportaciones de los usuarios, consiguieron adaptar el diseño. "La persona que lo había creado lo había adaptado a su mesa, sin embargo con el resto de modificaciones de otros usuarios, ahora sirve para todas", explica Alicia.

La orientación del proyecto empezó, sobre todo, enfocada al crowdfunding. Sin embargo, ahora lo que más les interesa es la creación colectiva y el desarrollo del producto entre los creadores y los consumidores. "Se hace pensando en el consumidor, esto potencia que el resultado coincida mejor con sus expectativas", destaca. Este proyecto fue uno de los seleccionados en la primera edición del Proyecto Lanzadera.  "Empezamos con una idea, pero fuimos hablando con los clientes y cambiamos aspectos como las categorías".

También decidieron cambiar los materiales con los que realizan sus piezas. Al principio, pensaban realizar las creaciones con impresoras 3D, pero decidieron pasarse a la madera, un producto típico de la Comunidad Valenciana. En cuanto a si tienen competencia, existe una empresa que hace algo similar en Nueva York, Quirky, según explica Alicia. "Lo hacen con temas de oficina y de cocina y se han convertido en referencia, aunque ellos no hacen crowdfunding aunque sí trabajan con empresas tradicionales", destaca.