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VALENCIA. La compañía aseguradora Mutua Madrileña ha abandonado su antigua sede en el histórico edificio de la calle Pintor Sorolla, 23, propiedad de la familia Merita. La entidad pierde la proximidad a un punto clave y de paso como las inmediaciones del edificio de El Corte Inglés para retirarse a una peatonal alternativa como la calle Doctor Romagosa.

Su nuevo emplazamiento es en los bajos del Edificio Lucini, de Inmobiliaria Guadalmedina (IGSA), propiedad de Enrique Ballester tras la separación de su hermano Andrés Ballester. De hecho, este local estaba ocupado hasta hace unos meses por las oficinas de la cadena hotelera de Andrés, SH Singular Hotels.

Con el cambio, la entidad madrileña pierde metros cuadrados, pero gana en tránsito peatonal por sus puertas, ya que uno de los problemas del bajo que anteriormente ocupaba era la estrechez de la acera. Aunque se trata de un aspecto no tan relevante para una aseguradora como podría serlo para un comercio de retail, fuentes del negocio inmobiliario advierten que la visibilidad nunca viene mal, sin restar importancia a capacidad publicitaria del rótulo frente a las paradas de autobús del centro comercial y al ahorro de costes que representa su traslado a un inmueble de menor tamaño.

INMUEBLES ABANDONADOS 

Este abandono deja ya dos edificios seguidos vacíos en un buen punto de la ciudad, además de otras bajos en la zona inicial de la caller. Y es que pared con pared con la antigua mutua está la que fue sede de Caja Madrid, en Pintor Sorolla, 21, deshabitada tras la fusión de esta entidad con Bancaja para la constitución de Bankia en 2011. Tras un proceso de redimensionamiento, el personal directivo de la nueva entidad se concentró en la sede de la caja valenciana, a unos metros de distancia.

El siguiente bajo comercial está ocupado por la tienda del Valencia Club de Fútbol, en el número 25, que cerrará sus puertas en unos meses, cuando se traslade a su nueva ubicación en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia esquina con la avenida Marqués de Sotelo.

De este modo, la acera de los impares quedará prácticamente sin actividad, ya que hace años que cerró la inmobiliaria Soler Futura, contigua aunque sea el número 31 de la calle, y se cuenta por semanas el tiempo que hace que también quedó vacío el bajo que hace esquina con la plaza Alfons El Magnànim, ocupado por el Banco Gallego. Sólo una pequeña peluquería low cost sobrevive en estos cuantos centenares de metros. 

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