VALENCIA. La gran batalla societaria de la Valencia empresarial de las dos últimas décadas podría haber llegado a su fin. El laudo arbitral solicitado a la Cámara de Valencia por ambas partes, que es quien se encarga de resolver este tipo de conflictos accionariales, es claro y conciso dando la razón a la parte valenciana de Aguas de Valencia, representada por su presidente, Eugenio Calabuig, a su vez presidente de Fucsa (Fomento Urbano de Castellón, SA) y obligando a La Caixa a vender su parte en Aguas de Valencia (un 30% aproximadamente) a la empresa castellonense.
Las discrepancias habían surgido en torno a la interpretación de los estatutos de la sociedad Inversiones Financieras Agval, sociedad formada por la empresa de los Calabuig y el ya extinto Banco de Valencia (adquirido por La Caixa tras la intervención de la entidad por el Banco de España), una sociedad que controla el 60,68% de la compañía acuífera y en la que tiene una mayoría exigua Fucsa frente a Caixabank.
Según señala textualmente el laudo, "En cuanto al ejercicio del derecho de rescate sobre la totalidad de la participación de Agval en poder de Caixabank, el Tribunal Arbitral estima que Fucsa tiene derecho a ejercitar el rescate de la totalidad (49,999999%) de las participaciones de Agval en poder de Caixabank" y termina diciendo que "debiéndose entender que la notificación de este laudo constituye la comunicación a Caixabank para iniciar el procedimiento contemplado en dichos preceptos estatutarios".
200 FOLIOS DE LAUDO ARBITRAL
El laudo, por tanto, dicta la obligación de La Caixa a vender su parte a Fomento Urbano, con lo que ésta se hará, sumando los porcentajes que ya obran en su poder, con el 63% del total del capital de la empresa, garantizando el mantenimiento de sus acciones en manos de capital local.
El laudo, según ha podido saber ValenciaPlaza.com, tiene una extensión superior a los 200 folios y ya obra en poder de ambas sociedades a través de sus respectivas defensas jurídicas, César Albiñana por parte de Fucsa y Manuel Broseta por la de La Caixa.
Fuentes de la empresa valenciana han manifestado su intención de comprar las acciones a las que el laudo les ha abierto a la puerta, si bien faltarían por resolver "algunas discrepancias" sobre el valor de las mismas en torno al denominado ‘valor razonable' y otros coeficientes a aplicar en estos casos.
LA LETRA PEQUEÑA DE LOS ESTATUTOS
Para forzar la venta de la participación de Caixabank en Inversiones Financieras Agval, Calabuig echó mano de la letra pequeñas de los estatutos que en su día redactaron los socios que la constituyeron, con un papel protagonista para Banco de Valencia. En uno de los artículos se especifica que si uno de los socios cambia de dueños, el resto de los accionistas de Agval pueden reclamar que venda su participanción al resto.
La compra del Banco de Valencia por parte de Caixabank encaja en ese supuesto, según se desprende del laudo, ya que a pesar de que la entrada de la filial de La Caixa en el accionariado de la concesionaria fue sobrevenida por la compra del banco, el laudo comparte la lectura que hace Calabuig de esa salvaguarda.
LA INCÓMODA POSICIÓN DE SUEZ
De formalizarse esta operación tal y como la ordena el árbitro, el accioniariado de AVSA estaría compuesto en un 66% por Fucsa, de Eugenio Calabuig, y el resto por el gigante francés Suez. Desde que Suez compró su participación a Saur, el consejo de AVSA tiene vetada su participación en el consejo de administración al considerar que es una empresa de la competencia dado que controla Aguas de Barcelona.
El desembarco de Caixabank abrió un escenario nuevo, ya que La Caixa aspiraba a romper el pacto que llevó a crear Agval. Así con sus acciones y las de Suez hubieran tomado el control de la concesionaria.
Con el laudo conocido este miércoles, Suez se queda en una posición de nuevo incómoda, ya que actúa como un mero socio financiero, pese a su voluntad de participar en la gestión. Lo lógico sería buscar una salida, pero el alto precio que pagó a Saur por los títulos podría generarle fuertes minusvalías.
EL RECELO DE COMPETENCIA
Hay que recordar que cuando se aprobó por parte de la Comisión Nacional de la Competencia la compra de Banco de Valencia por Caixabank el organismo supervisor puso, entre otras, la condición de que La Caixa no podía participar en el consejo de Aguas de Valencia al ser incompatible con su presencia en Agbar. En realidad le instó a optar por una u otra. Finalmente el banco que preside Isidre Fainé dejó los puestos en el consejo de Aguas de Valencia.
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