El consejero delegado y responsable de la idea de trasladar la aviación regional a España, lidera un grupo inversor con José Remohí y Antonio Pellicer
VALENCIA. Carlos Bertomeu tiene una memoria prodigiosa. En su cabeza flotan todos los datos no solo de la compañía que dirige desde su fundación, la aerolínea de vuelos regionales Air Nostrum, sino también los de todo el sector. Sabe el precio del combustible, la rentabilidad por asiento de cada línea, y hasta cuántos pasajeros deben ir en el avión para que cada vuelo sea rentable. Su conocimiento del sector es tan vasto que, cuando tiene que explicar algún detalle del negocio no puede evitar hacer largas digresiones para facilitar a su interlocutor todos los datos que necesitaría (posiblemente muchos más) para comprender el asunto abordado.
A nadie debería extrañarle, puesto que Air Nostrum es en buena medida obra suya. Cuando la familia de Emilio Serratosa le encargó en Nefinsa que buscara oportunidades de negocio para invertir, Bertomeu sondeó muchos mercados y sectores hasta que tropezó con la aviación regional, un modelo que pequeñas compañías con pequeños aviones explotaban con éxito en otros países europeos y que en España no había aterrizado aún. Lo propuso y desde entonces fue el encargado de desarrollar el proyecto y conducir la compañía.
Sin embargo, cuando Nefinsa puso en venta Air Nostrum -en realidad abrió el capital para que entrasen nuevos socios mayoritarios que aportasen la liquidez que necesitaba- nadie pensó que este hombre unido a los Serratosa desde hace décadas, acabaría convirtiéndose en el nuevo socio mayoritario.
Bertomeu, junto a dos empresarios valencianos, los fundadores del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), José Remohí y Antonio Pelliicer, han presentado una oferta que el consejo de administración de Nefinsa ha aceptado al considerarla la mejor de las cuatro que habían llegado a la recta final del proceso que de búsqueda de nuevos socios iniciado el año pasado y que dirigió la consultora especializada Seabury. Han batido a dos fondos británicos y a otra oferta de empresarios españoles cuya identidad no se ha desvelado.
Hace un par de semanas, Javier Serratosa, consejero delegado de Nefinsa, en una conversación informal tras el acto de celebración del cuatro aniversario de ValenciaPlaza.com se mostraba convencido de que el proceso de recapitalización de Air Nostrum tendría éxito. "¿No le da un poco de pena desligarse de este proyecto?", se le inquirió. "Lo importante es que Air Nostrum siga siendo una empresa potente", dijo.
Aunque la decisión no estaba tomada, Serratosa seguro conocía las intenciones del hombre en el que ha confiado para dirigir la aerolínea durante todos estos años. En los buenos y en los malos momentos. Y lo cierto es que difícilmente podría caer en manos de alguien mas empapado de las tendencias de una industria como Bertomeu. Y así ha sucedido.
DOS SOCIOS QUE ENTRAN EN LA ESCENA INVERSORA
Pero los hasta 40 millones de euros en que se valoró la toma del 100% de la compañía eran una cifra límite. Se podían ofrecer menos y un mejor proyecto industrial. Y esa segunda parte es la que Bertomeu conoce al dedillo. La cuestión era cómo reunir una cantidad tan relevante de dinero. Para eso el directivo recurrió a unos viejos conocidos.
Antonio Pellicer y José Remohí son médicos. Posiblemente no saben nada de aviones. De lo que saben es de levantar un auténtico imperio en un sector tan específico como el de la reprodufción asistida. El Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) comenzó siendo una pequeñas clínica y ahora es un impero que factura más de 170 millones de euros y gana cerca de 30 cada año. Clínicas por toda España y en varios países del mundo...
Qué une a Bertomeu con Pellicer y Remohí es fácil de explicar. El consejero delegado de Air Nostrum lo es también de IVI, una sociedad que, según algunas fuentes, tiene su éxito en buen parte gracias a Bertomeu. "Es el responsable de la expansión y del crecimiento de la red", explica una fuente del sector a ValenciaPlaza.com
Aunque la compañía no quiso desvelarlo, la sociedad con la que los tres tomarán el 90% de Air Nostrum (el resto quedará un 7% aún en Nefinsa y el resto en Caja Duero), tendrá como socio mayoritario a Bertomeu. Los dos médicos, a los que le une una estrecha amistad, le acompañan como inversores y a título individual.
Será la primera aventura empresarial ajena a la medicina que estos dos visionarios de la importancia de la reproducción humana asistida fuera de este territorio. Pero la confianza que depositaron en Bertomeu para que lanzara su IVI se recompensa ahora con apoyo financiero para comprar Air Nostrum. Y esa misma confianza será la que permitirá que Bertomeu siga al frente de la empresa que el mismo diseñó.
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