VALENCIA. El aparente cambio de ciclo político en la Comunitat Valenciana se perfila como uno de los episodios más interesantes de los que depara el panorama electoral en España. Tras cerca de 20 años -se cumplirán el año que viene- en los que el Partido Popular ha mantenido su hegemonía en las instituciones valencianas y le dio la vuelta al granero de votos para el PSOE convirtiéndolo en su propio caladero, todos los sondeos apuntan a que una inflexión.
Esta situación en una de las comunidades autónomas más pobladas de España -y por tanto decisivas para los resultados electorales- no se le escapa ni a los grandes partidos ni a las formaciones que aspiran a ocupar los huecos que dejen por la desafección de sus votantes de siempre.
Este fin de semana ha sido especialmente significativo en lo que se antoja como el inicio de la caza del voto de Vicente Sanchis y Amparo Revert, nombre figurados que podrían representar a un valenciano y una valenciana medios. El PSOE desembarcó con Rubalcaba a la cabeza en Valencia para apoyar a Ximo Puig. Fue un acto peculiar, porque aunque formalmente era un comité nacional, se tradujo prácticamente en un acto preelectoral. Pero... ¿de qué elecciones?
En la trasera del acto -el decorado- había referencias a Europa, pero en el mismo se procalmaba oficialmente la candidatura de Puig a la presidencia de la Generalitat. La elecciones europeas son dentro de dos meses y las autonómicas dentro de poco más un año. Y a finales de 2015 llegarán los comicios generales. Es este escenario complejo en el que se mueven todos los partidos. Y es en ese escenario en el que la Comunitat Valenciana ha cobrado una especial relevancia.
Para el PP o el PSOE, los dos partidos mayoritarios que, en las encuestas, pierden apoyo de forma permanetne entre los valencianos, el objetivo es parar esa sangría. En el caso de los socialistas, incluso, la intención es empezar a remontar desde el suelo electoral. No en vano aspiran a liderar un Consell en 2015 seguramente pactando con Compromís y EU. Los populares, por su parte, quieren frenar la sangría de votos que les llevará a perder la mayoría absoluta en la Comunitat Valenciana.
Para las dos grandes formaciones, la Comunitat Valenciana parece haber cobrado un interés repentino. "El cambio en España empezará aquí", dijo Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE, el pasado sábado en Valencia. Mariano Rajoy seguramente hubiera dicho algo parecido el pasado martes, cuando tenía previsto volver a Valencia 14 meses después de su última visita. Tuvo que aplazar ese retorno por motivos personales pero lo protagonizará este fin de semana en un acto nacional que se celebrará en la capital valenciana.
El PP no puede permitir dejar caer la Comunitat Valenciana. Hace un par de año se daba por hecho que a la dirección nacional del partido no le importaba mucho qué ocurría en este territorio, demasiado afectado por los casos de corrupción. Pero ante el regreso de las grandes citas electorales, los votos de los valencianos son necesarios.
EL PP, CALADERO DE OTRO PARTIDOS
Hasta ahora los votos perdidos por el PP se quedaban en territorio de nadie. El ascenso de UPyD, que entrará con fuerza en Les Corts según todos los sondeos, podía llegar tanto del PP como del PSOE. Pero en la última encuesta, la que pubicó la Cadena Ser, el voto fugado de los populares emergió con fuerza en el partido que lidera Rosa Díez.
Resulta evidente, por tanto, que hay un mercado electoral aprovechando el desgaste del PP. Con UPyD consolidada en la Comunitat Valenciana, hay al menos otras dos formaciones que quieren aprovechar el escenario. Uno es Ciutadans, que presentó el proyecto Movimiento Ciudadano hace unos meses en Valencia. Otro el recién creado Vox, que este sábado congregó a varios centenares de personas en un hotel en la capital convocados por Alejo Vidal Cuadras. Los dos partidos se han fijado en la Comunitat Valenciana en los primeros momentos de su lanzamiento.
COMPROMÍS Y ESQUERRA UNIDA SIGUEN CRECIENDO
En el otro extremo el panorama es más homogéneo, con Compromís creciendo en los sondeos de forma notable y Esquerra Unida también. Los resultados que obtengan estas dos formaciones en unas elecciones autonómicas serán, junto con los del PSOE, claves para un cambio de gobierno en la Generalitat.
Pero antes hay que pasar la prueba de las europeas. Al ser una circunscripción única, es decir, todos los votos de España se juntan para elegir los eurodiputados de una sola lista, los resultados de esos comicios pueden ofrecer resultados que no se correspondan con lo que ocurriría en las autonómicas. Pero el efecto balsámico, eufórico o deprimente de esas elecciones pueden ser fundamentales para los meses que seguirán y que desembocarán en mayo de 2015. Y de ahí a final de ese año, cuando Rajoy se enfrentará a la reelección no hay nada.
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