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VALENCIA. No corren buenos tiempos para uno de los nombres históricos de la restauración de la ciudad de Valencia. El Ayuntamiento de Valencia inició este viernes los trámites para retirar la concesión del complejo Alameda al grupo de Jesús Barrachina. El impago de tres años del canon que tiene que abonar la empresa Hosva por la explotación de este edificio -que incluye la piscina municipal, un salón de banquetes y el restaurante Les Graelles- ha llevado al consistorio que preside Rita Barberá a preparar los papeles para anular la concesión que se prolongaría hasta 2020.
Según el Ayuntamiento, ante la demora del concesionario en el pago del canon de varios ejercicios y la falta de actualización de fianzas, se le requirió que regularizara su situación pero tras varios requerimientos se ha decidido iniciar la resolución del contrato con la empresa. La deuda ascendería a más de 300.000 euros.
Barrachina es un nombre mítico en el mundo de los caterings y la restauración en Valencia, al margen de en la sociedad local. La actividad de la empresa se remonta hasta a tres generaciones -cuatro contando la actual que tomó el relevo hace pco tiempo- si bien el verdadero iniciador de la saga fue Jesús Barrachina Fajardo, fallecido hace cuatro años.
Fue él quien puso en marcha varias cafeterías en Valencia, con algunas de las barras más populares en la Valencia del tardofranquismo. En la plaza del Ayuntamiento, un chaflán que ahora ocupa una bocadillería de comida rápida, se congregaban los valencianos tanto los que vivían en la capital como los que venía desde fuera.
De aquella barra no queda rastro. Sin embargo, Jesús Barrachina Luna, su hijo, mantuvo la actividad de forma notable, con cafeterías que siguen activas, como el Bimbi, y un negocio de catering muy presente en la sociedad local. Por ejemplo estuvo sirviendo los palcos de Mestalla durante años. Pero recientemente perdió ese contrato en benefico del Grupo Rex.
La crisis en el Alameda Palace es un síntoma de lo difícil de los tiempos para un grupo de restauración que lo ha sido todo en la ciudad de Valencia.
¡ay! ¿cómo pagará ahora la coqueta?
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