RÍO DE JANEIRO (EFECOM). "La rebaja refleja la combinación de deterioro fiscal, la posibilidad de que la política fiscal se mantenga débil en medio al crecimiento moderado en los próximos años, una capacidad limitada para ajustar esa política antes de las elecciones presidenciales de octubre y el debilitamiento de las cuentas externas de Brasil", justificó la agencia en un comunicado.
Además de reducir la nota de crédito para la deuda externa de Brasil de largo plazo hasta el "BBB-", la agencia rebajó la calificación de la deuda brasileña a largo plazo en moneda local (reales) desde "A-" hasta "BBB+".
Standard & Poor's (S&P) informó de que la perspectiva de esas nuevas notas es estable, por lo que no se prevé una nueva modificación a corto plazo.
S&P fue precisamente la primera agencia que calificó a Brasil como país con grado de inversión (BBB-), en abril de 2008, y llegó a elevar su calificación hasta "BBB" en noviembre de 2011, pero ya había colocado la nota en perspectiva negativa y advertido que estudiaba reducirla por las condiciones económicas desfavorables.
La reducción de la nota se produce una semana después de que un grupo de economistas de la agencia se reuniera en Brasilia con el ministro de Hacienda, Guido Mantega, en una visita que hicieron al país para evaluar el estado de la economía brasileña.
La agencia había manifestado su preocupación principalmente con el aumento de los gastos públicos y con la incapacidad del Gobierno de cumplir sus metas de superávit fiscal primario.
El Gobierno anunció en febrero un ajuste fiscal precisamente para garantizar el cumplimiento de sus metas de ahorro que al parecer no convenció a los analistas de la agencia de calificación de riesgo.
Con el ajuste, que incluyó un recorte de gastos de 44.000 millones de reales (unos 18.410 millones de dólares), el Gobierno se impuso como meta terminar este año con un superávit fiscal primario equivalente al 1,9 % de su Producto Interior Bruto (PIB), un ahorro en las cuentas públicas igual al alcanzado el año pasado.
El Ministerio de Hacienda, sin embargo, tuvo que recurrir a diferentes maniobras contables, como la exclusión de las inversiones de las estatales en los gastos públicos, para alcanzar la meta que se impuso el año pasado.
La preocupación también obedece a que, en un año en que los brasileños acudirán a las urnas para elegir presidente y parte del Congreso, el Gobierno tendrá dificultades para reducir sus gastos. Igualmente preocupa a S&P la perspectiva de bajo crecimiento de la economía brasileña en los próximos años.
Tras haber registrado una expansión del 7,5 % en 2010, el crecimiento de la economía brasileña fue del 2,7 % en 2011, de sólo el 1,0 % en 2012 y del 2,3 % el año pasado. Los economistas de los bancos consultados semanalmente por el Banco Central prevén para este año un crecimiento del 1,7 % y del 2,0 % para 2015.
En cuanto a las cuentas externas, el propio Banco Central anunció hoy su decisión de elevar su previsión para el déficit en cuenta corriente este año desde 78.000 millones de dólares hasta el récord de 80.000 millones de dólares.
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