VALENCIA. Los vientos de cambio en la Iglesia que soplan desde el Vaticano con el mandato del Papa Francisco I, han comenzado a llegar en las últimas semanas, al menos en forma de brisa, a la Conferencia Episcopal Española.
Aunque la entrada de Ricardo Blázquez en la presidencia sustituyendo a Rouco Varela implica más bien un cambio de personas que una revolución en la línea seguida, la elección como vicepresidente del arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, sí ha despertado gran interés al considerarse un signo de aperturismo de la Iglesia Española. De hecho, los periodistas especializados aseguran que el propio Papa Francisco I sigue con interés los pasos de Osoro.
Estos movimientos son observados con atención por una parte importante del Partido Popular y del Gobierno de España, que cuenta en sus filas con varios altos cargos del ala democristiana y, en varios casos, cercanos al Opus Dei. Algunos de ellos son los ministros Pedro Morenés, Jorge Fernández Díaz, José Manuel García Margallo o Ana Mato.
Este sector tiene como referencia en la Comunitat Valenciana al presidente de Les Corts Valencianes, Juan Cotino. No obstante, en los últimos meses, el histórico dirigente ha sido señalado por testimonios judiciales como uno de los responsables de contrataciones de la visita del Papa, pieza separada del caso Gürtel. Asimismo, Cotino ya acudió a declarar como testigo por las supuestas donaciones al PP en el apartado de la causa que se investiga en Madrid y que tiene como epicentro al extesorero Luis Bárcenas.
Aunque Cotino no se encuentra imputado en ningún proceso, y de hecho pidió declarar voluntariamente por las alusiones hechas a su persona, la llegada al poder de Alberto Fabra supuso inició el declive político del otrora todopoderoso vicepresidente del Consell. Con Francisco Camps como pupilo y aliado, contó con amplio margen de maniobra y una cuota de poder reservada para impulsar a dirigentes del ala democristiana del PP.
La situación del presidente de Les Corts ahora es delicada. Fuentes ‘populares' consideran que es un político "ya de salida", y la principal duda es si agotará o no la legislatura. "Quiere terminar el mandato aunque si le imputan dejaría el cargo", comentan desde su entorno.
El problema para el sector democristiano del PP no es baladí. A día de hoy, no existe un referente claro que pueda ejercer de sucesor de Cotino, un dirigente que sigue contando con una estrecha relación con el ministro José Manuel García Margallo o con el eurodiputado Jaime Mayor Oreja. El adelgazamiento de poder que ha sufrido el presidente de Les Corts ha implicado la reducción de sus cargos afines en el Gobierno valenciano.
Miembros del segundo escalón del Consell como Mariano Vivancos, que fue destituido por unas polémicas declaraciones; Rafael Peset o Celia Ortega, han perdido su puesto en el Ejecutivo durante el mandato de Fabra. Otro dirigente próximo a Cotino como José Marí decidió abandonar, en este caso su escaño en Les Corts, para dedicarse a su bufete.
Entre los dirigentes más cercanos a Cotino, fuentes de su entorno señalan al concejal en el Ayuntamiento de Valencia Miguel Domínguez. No obstante, dudan de que el edil pueda alcanzar un grado de influencia como el logrado por el actual presidente de Les Corts, quien además no ha mostrado en los últimos tiempos un interés especial por la perdurabilidad de la potente red de poder interno que había tejido.
Fuentes populares del entorno de Cotino consideran que el resto de dirigentes con buen ‘feeling' con el exconseller como Rafael Ripoll, secretario autonómico de Cultura, Juan Giner, director general de Evaluación Ambiental, alcaldes como Enrique Ortí (Xirivella), Carmen Jávega (Aldaia) o el portavoz del PP en Alaquàs, Pepe Pons, que además es asesor del propio Cotino en Les Corts, no tienen el peso necesario como para articular o coordinar al sector democristiano dentro del PP.
CATALÁ, UNA VERSATILIDAD QUE NO CONVENCE A LOS ‘PATA NEGRA'
Sin duda una de las dirigentes con mayor proyección en el PP y en Gobierno valenciano es la consellera de Educación, María José Catalá. Aunque siempre se la ha situado en el ala democristiana del partido y, de hecho, fue Cotino uno de sus principales promotores para que fuera candidata en Torrent, no está considerada ‘pata negra' dentro de este sector de los ‘populares'.
La versatilidad y habilidad de la consellera para guardar distancias prudenciales en determinados asuntos difiere de los enunciados claramente posicionados que Cotino suele verter, sin ir más lejos, en su blog.
Así pues, el tejido que creció en el mandato de Camps y bajo el paraguas de Cotino, ha comenzado a deshilacharse sin que exista por el momento ningún costurero con los galones y habilidad suficientes para sostener el entramado.
¿Democracia cristiana Cotino? Yo creo que es una nacional católico y además del Opus Dei. Democracia Cristina es lo que hubo en Italia después del II Guerra Mundial y que con el apoyo económico de EEUU desbancaron electoralmente al PCI. Aprendan historia, señores/as redactores/as
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