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VALENCIA. Al margen del polémico y estratégicamente preocupante paseíllo de altos cargos por la sede del TSJCV que espera al Partido Popular de la Comunitat Valenciana en los próximos meses, el afamado caso Gürtel sigue ofreciendo auténticos monólogos en la agenda política valenciana de efectos devastadores para la formación que lidera Alberto Fabra. Pese a que los problemas son heredados para el presidente, la imagen se resiente y las consecuencias amenazan gravemente al actual Consell. 

Los informes de la UDEF, la policía que investiga delitos fiscales,  ha desvelado nuevas y polémicas vinculaciones de exaltos cargos de la Generalitat con la trama corrupta que lideraba Francisco Correa. Una de ellas, que el ex director general de Radiotelevisió Valenciana (RTVV), Pedro García, poseía un 20% de Orange Market según las anotaciones manuscritasde Pablo Crespo, uno de los cabecillas de la trama. Otra, la atribución de un papel relevante en el control del negocio de la visita del Papa al actual presidente de Les Corts, Juan Cotino.

El exvicepresidente del Consell saltó públicamente para negar que se hubiera reunido "nunca" con Crespo, como afirma la UDEF, y para anunciar que comparecería voluntariamente para explicar su papel en la citada visita. En cuanto a Pedro García, el que levantó la mano fue el comité de empresa de RTVV para señalar que las nuevas informaciones aparecidas eran motivo suficiente para  "paralizar el ERE y replantearse el cierre". RTVV pagó a una empresa vinculada a la trama 7,5 millones por las pantallas y la sonorización de la visita del Papa, un precio exagerado por un contrato que se realizó de forma irregular, según la instrucción judicial.  

Mientras tanto, una de las dirigentes procesadas y en una situación más delicada, la exconsellera Milagrosa Martínez, manifestaba encontrarse "encantada" con el "cariño" que ha recibido del grupo parlamentario popular. Lo dijo poco antes de entrar precisamente en una reunión con sus compañeros de bancada en Les Corts. Curiosas palabras cuando la dirección del PP, presidente Alberto Fabra incluido, ha dejado entrever que prefiere su salida de la disciplina parlamentaria de la formación 'popular'.

Este último caso es, precisamente, el más problemático y urgente para el jefe del Consell. Su intención de mostrarse implacable con los casos de corrupción y, concretamente, apartar a los diputados procesados del grupo, ha generado un debate interno dentro del partido entre los que entienden y respaldan la decisión del presidente y los que la discuten.

Una circunstancia que, ya sea por las novedades que vaya aportando la policía judicial en el caso, por el calendario marcado en los tribunales o por los propios aspavientos que se produzcan internamente en el PP, va a seguir agitando la agenda política valenciana.