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VALENCIA. La batalla de la distribución valenciana tiene tres primeros espadas. Aunque el tamaño de Mercadona y Consum los convierten en actores inexcusables a la hora de acercarse este negocio, en ocasiones eclipsan a la tercera pieza clave en el tablero: Masymas, marca explotada en la Comunitat Valenciana y Murcia por la empresa familiar Juan Fornés Fornés.

Mientras que otros competidores foráneos, como Caprabo o Sabeco, han sido apartados del mercado o algunos de los grandes grupo, como Eroski, se enfrentan a una delicada situación; Masymas comparte la buena marcha de sus paisanos valencianos y ha puesto en marcha su propio plan de expansión, en número de centros y también en nuevos modelos de centro.

"En distribución, si no creces, decreces", asegura José Juan Fornés, director general de la firma. Esta necesidad explica, según el directivo, la puesta en marcha de la marca Fornés by Masymas, al margen del plan de expansión de su red de supermercados clásicos, sin salir de su territorio natural.

MADURACIÓN DE NUEVOS FORMATOS

El primero de los nuevos establecimientos ha abierto sus puertas en el centro de Valencia y la intención captar a un nuevo perfil de compradores esencialmente "urbanitas". A diferencia del formato habitual de Masymas, Consum o Mercadona, se trata de un local de unos 200 metros cuadrados con la oferta propia de una tienda de conveniencia (alimentación y productos de uso domésticos, además de amplio horario), pero con marcas y oferta de producto fresco.

Fornés explica esta ampliación de su cartera de formatos en la línea de otros de sus oponentes, que disponen de otras marcas, aunque no tengan un tipo de público tan definido. Este es el caso de El Corte Ingles con Hipercor, Supercor, Supercor Expres u Opencor o el de Consum con Consum Basic o Charter, aunque esta última sea bajo la modalidad de franquicia.

"El proyecto de Fornés by Masymas está en fase de maduración, pero prevemos ampliarlo a otras capitales en vías de mucho tránsito peatonal con presencia de oficinas", señala Fornés. Se trata de un tipo de comercio habitual en la City londinense, para el que los propietarios han optado por ponerle como marca la apellido familiar. "Qué mejor", asegura el director general.

ABSORCIONES Y COMPRAS

No en vano, la marca Masymas no es propiedad exclusiva de los responsables valencianos. En toda España es explotada por hasta cuatro mercantiles distintas, que se reparten por diferentes zonas del país, manteniendo servicios comunes para optimizar su trabajo a escala.

Aunque Fornés descarta cambios en la actual estructura de la cadena, sí prevé que en el negocio de los supermercados se desate un proceso de concentración, como viene pasando de forma recurrente en la misma Comunitat Valenciana.

Este fue el caso en los 80 de Superette y Jobac, de la familia Bacete, que pasaron a integrarse en Mercadona y la cooperativa Consum, que también se hizo a mediados de la pasada década con parte de la red de Sabeco y Caprabo tras el desplome de ambos grupos y su integración también en Eroski y Auchan (Alcampo), respectivamente.

Por su parte, Fornés asegura que la firma no tiene en estos momentos en marcha ningún plan de compra, pero está abierta a estudiar las propuestas que surjan en ese sentido "si pueden aportar valor" a la actual estructura de negocio.

CAMBIO DE HABITOS DE CONSUMO

A pesar de que los 257 millones de euros de facturación de Masymas en 2012 (la última cuenta de resultados cerrada) no llega a una sexta parte de la de Consum, su crecimiento es continuado, lo mismo que su dominio de los territorios en los que su red está más asentada, como es el caso de Alicante.

De hecho, prevé cerrar 2013 con 271 millones de euros en ventas, 120 supermercados y una plantilla de 2.320 empleados y para el actual ejercicio estima un crecimiento en la facturación del 8,8% hasta los 295 millones, la apertura de cinco nuevos centros y elevar el personal a 2.430 trabajadores.

A pesar de la dura competencia de las grandes superficies, como es el caso de Carrefour, la clave para que sean los supermercados los que estén ganado la batalla se explica, según Fornés, porque la actual crisis económica ha afectado a los hábitos de compra de las familias.

Así como hace unos años ganaba la opción de desplazarse "a cargar al hiper", en la actualidad el 56% de los compradores anteponen la proximidad del centro a otros valores ya que se consideran que a mayor distancia, mayor gasto.