MADRID (EFE). Desde su nacionalización, Bankia se convirtió en la gran esperanza del Gobierno para recuperar buena parte de las ayudas inyectadas al sistema financiero español y la venta hoy de un 7,5 % de la entidad en manos del Estado supone sólo el primer paso para lograr este objetivo.
Hace apenas seis meses, el ministro de Economía, Luis de Guindos, reconoció por primera vez, en una entrevista a Efe, que ya había inversores interesados en Bankia, aunque entonces consideraba que habría que esperar al menos hasta principios de 2015 para iniciar la privatización de la entidad.
Encima de la mesa parecía más urgente la venta de Novagalicia, que finalmente se produjo a finales de 2013, y buscar una salida para CatalunyaCaixa, un problema aún sin resolver.
Si bien, el creciente apetito de los grandes fondos de inversión por España en la segunda mitad del pasado año y la espectacular revalorización de Bankia en bolsa, hizo al Gobierno y al FROB, el fondo de rescate español, plantearse desde principios de 2014 la conveniencia de empezar a vender acciones del banco nacionalizado.
Así, con el asesoramiento primero del banco de inversión Goldman Sachs y luego de Rothschild, el Estado ordenó ayer a UBS, Deutsche Bank y Morgan Stanley que vendieran a grandes inversores un 7,5 % de Bankia, lo que hicieron en cuestión de horas.
Comenzaba así la privatización del grupo, nacionalizado hace 21 meses tras la dimisión de Rodrigo Rato y la llegada de José Ignacio Goirigolzarri y sólo nueve meses después de que Bankia recibiera la ayuda pública de 10.620 millones que requería.
Y es esa cantidad la que tiene más visos de que el Estado pueda recuperar, pues bastará con que al final acabe vendiendo a un precio medio de 1,35 euros la participación del 68,4 % que llegó a tener.
Por el momento, con la venta del 7,5 % cerrada a primera hora de la mañana, el Estado se queda con un 60,9 % de Bankia, el erario recupera más de 1.300 millones y consigue ganar 136 millones, algo jamás visto en ninguna de las entidades rescatadas.
Esto se explica porque, aunque ha vendido las acciones con un descuento del 4,4 % frente al cierre de ayer, las ha colocado a 1,51 euros y las había comprado en 1,35 euros. La revalorización superior al 28 % acumulada desde comienzos de año y del 175 % desde mínimos ha sido clave.
Para De Guindos, el inicio de la venta de Bankia es una señal del cambio de percepción del sistema financiero español, pero además, según los expertos consultados por Efe, es el reconocimiento de la labor del equipo liderado por Goirigolzarri.
Un durísimo plan de reestructuración que supuso el cierre de más de 1.000 sucursales y una reducción de la plantilla en unos 6.000 empleados explican buena parte de la mejora de la eficiencia del grupo, algo que reconoce el mercado, así como la vuelta a beneficios en 2013.
La venta de un primer paquete de acciones de Bankia se enmarca dentro de una estrategia a medio plazo que, según el propio presidente del banco, podría extenderse "dos o tres años", aunque el mercado espera que el Estado siga reduciendo su participación a lo largo de 2014 para bajar su participación hasta poco más del 50 %.
Pero además de Bankia, la matriz del grupo, BFA, participada exclusivamente por el FROB, recibió 11.800 millones, lo que hace que la ayuda total ascienda a 22.424 millones, y es ahí donde surgen las dudas de si el contribuyente acabará recuperando ese ingente volumen de fondos.
A priori parece muy complicado pensar que esto será así, pero hay que tener en cuenta que BFA, además de su participación en Bankia, por la que podrá recibir dividendos, posee aún casi un 5 % de Iberdrola, con un valor de mercado próximo a 1.500 millones; un 3 % de Mapfre, que valdría unos 275 millones; así como carteras significativas de deuda
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