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VALENCIA. En un lugar del Mediterráneo del que no me quiero acordar. Así podría empezar la próxima novela de Lorenzo Silva (Madrid, 1966), autor de la serie policíaca protagonizada por los investigadores Bevilacqua y Chamorro, posiblemente la mejor desde el Pepe Carvalho de Manuel Vázquez-Montalbán. Las aventuras de ‘Vila' comenzaron en El lejano país de los estanques (Premio Ojo Crítico 1998) y siguieron con libros como El alquimista impaciente (Premio Nadal 2000), La niebla y la doncella, Nadie vale más que otro, La reina sin espejo y La estrategia del agua, para llegar a La marca del meridiano, la novela que le valió el Planeta.

Son obras en las que Silva se aproxima a la realidad cotidiana, en el caso de Bevilacqua y Chamorro de dos guardias civiles, y le han hecho muy popular, especialmente entre los cuerpos de seguridad del Estado. Este miércoles mismo, tras visitar al presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, Silva se fotografiaba con uno de los policías encargados de la custodia del presidente de la corporación, quien le elogiaba por la naturalidad y verosimilitud de sus relatos.

Quizá esa sea la principal virtud del novelista madrileño, su capacidad captar la realidad. Ahora prepara una nueva novela de la que no quiere avanzar la trama, que saldrá publicada en verano y que reconoce que está ‘inspirada' por sucesos de la Comunidad Valenciana. Tras haber ambientado libros de su serie en Mallorca, Canarias, Barcelona... Silva vuelve sus ojos a la costa mediterránea española.

"La novela la ambiento en una localidad costera y no preciso la provincia; no la precisaré en ningún momento", bromeaba. "No voy a contar mucha del argumento, pero tiene que ver con la política de esa ciudad, y tampoco la quiero precisar para que sea completamente abierta y que nadie piense que hago mención a ningún partido, ninguna diputación, ninguna provincia...", añadió.

Pese a esta aproximación a la costa, no cree Silva que la Comunidad Valenciana sea muy diferente del resto de España. "Yo ahora vivo en Cataluña. Antes de vivir allí tenía una visión diferente, pero me he dado cuenta de que en Cataluña hay de todo". Y como ejemplo citó al dirigente de CiU y exalcalde de Lloret de Mar, Xavier Crespo, a quien se acusa de haber estado a sueldo de la mafia rusa. "E iban a nombrarlo jefe de la Policía Autonómica", recuerda. "¿Quieres algo más negro? No es una cosa sólo de Valencia. El país entero está así", apuntó.

Silva, ganador de Premios como el Nadal y el Planeta, participó por la mañana en la presentación del premio de Novela Negra de Alfons el Magnànim. Durante su alocución se refirió a su faceta de editor y alertó sobre que el sector del libro ha caído un 40% en cinco años, algo que achaca, no únicamente a la crisis económica, sino también a la proliferación de la piratería a través de internet. "En Alemania el año pasado el sector del automóvil cayó un 5% mientras que el del libro subió un 3; algo tendrá que ver que si te conectas a una de esas páginas de enlaces tienes un problema al día siguiente", razonó en declaraciones recogidas por Europa Press.

En su opinión, esto sucede porque en otros estados la población "se cree las reglas" mientras que España es un país "con muchas normas que la gente se salta". Ante esta situación, lanzó un mensaje a los lectores, "que deben elegir, como mayores de edad, si quieren una literatura de calidad y bibliodiversidad o solo tres o cuatro bestsellers tipo Grey". "O apostamos por ello o esto se acaba", sentenció.

En la misma línea, consideró que "el negocio se ha vuelto inviable" y apostó que, para quien no disponga de recursos, "la rueda ya está inventada, se llama biblioteca pública", que él mismo utilizó, según dijo, hasta los 20 años "porque no tenía ni un duro". En este punto, animó a que se potencie la "biblioteca digital".

Sobre las posibles salidas a este problema, insistió en que pasa sobre todo por los lectores, por aquellos que "gozan y disfrutan con la literatura" y puso como ejemplo su caso: "Yo vivo de esto porque hay unas miles de personas que, en vez de piratear mis libros, deciden comprarlos. Antes de dedicarme a esto era abogado; si dejan de hacerlo, tendré que volver a ponerme la toga", apostilló.