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BRUSELAS. El eurodiputado socialista Andrés Perelló sigue en la brecha. El verbo punzante y los reflejos de espadachín han sido las armas que le han llevado a ser uno de los parlamentarios valencianos más mediáticos y considerados nacional e internacionalmente.

Vicepresidente de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana y miembro de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria además de la Delegación para las Relaciones con Irak, el exalcalde de Buñol no reniega públicamente del protagonismo como hacen muchos de sus compañeros. "Si tienes un cargo público y no quieres ser protagonista, es que aspiras a que te paguen por no trabajar", comenta. 

¿Demasiado ego?. "Después de tantos años, el mío ya lo tengo subido, curado y atendido. Estoy harto de que el que no pega un palo al agua acuse a otros de protagonismo por dejarse la piel pateando actos, más allá de que se tenga más o menos ego", señala.

De la misma manera, también ironiza sobre la metamorfosis de algunos dirigentes cuando reciben un cargo importante: "De repente les cambia el tono, se les vuelve más grave... así como más importante", subraya, impostando su propia voz con una sonrisa maliciosa para recuperar la seriedad a renglón seguido: "A la política española le sobra decir obviedades y estupideces con solemnidad". 

Tras cinco años en Europa y cientos de desplazamientos a cuestas, admite que consultó a un amigo neurólogo sobre si podía ser grave no saber dónde estaba cuando se despertaba. "Me dijo que no era raro si, como a mi me ocurre, llego a dormir en cinco habitaciones diferentes cada semana".

ESPAÑA Y EUROPA. UNA LEGISLATURA DURA 

-¿Cómo termina España esta legislatura europea?
-En el comentario general la impresión es, para los tecnócratas, que España ha aplicado los recortes que tenía que aplicar o incluso se ha quedado corta, pero para la mayoría de gente que tiene conciencia política España ha involucionado. Con Rodríguez Zapatero, se decía que los españoles éramos el ‘top' en el sistema sanitario, por ejemplo con los transplantes; también en las políticas de igualdad y en las medioambientales. Nos miraban con respeto. Todo aquello que nos calificaba, ahora nos descalifica.

-Algo habrá que concederle a Mariano Rajoy en lo que a alejar el fantasma del rescate se refiere...
-No creo que los españoles estén percibiendo ninguna mejoría. Y si los ciudadanos no la perciben, es que no es real.

-¿Qué se comenta aquí en Bruselas sobre la Comunitat Valenciana?
-Hay eurodiputados que sí se interesan por lo que sucede en determinadas regiones y más de uno nos equipara con Bulgaria y Rumanía, los dos países que más conflictos crean a la UE por reputación: si la Comunitat Valenciana fuera un país, sería el tercero. Se ha llevado una vida de fantasía y fanfarria, gastándonos todo en grandes eventos y en canapés.

-Ha sido una legislatura europea dura. Grecia, Portugal, Italia... con la dimisión del primer ministro Enrico Letta en los últimos días. ¿Qué podemos esperar de la siguiente etapa europea?
-Eso está en manos de la ciudadanía. Para mi es una tragedia que Marine Le Pen lidere las encuestas en Francia para las elecciones. Si los euroescépticos y los fascistas se salen con la suya, la UE, no diré que puede desaparecer, pero sí diré que seguro que en la era del Imperio Romano, el Austro-húngaro o el Otomano también parecía impensable que cayeran. 

-No parece una visión muy optimista. Algún logro tendrán para 'vender' los proeuropeístas...
-La Unión Europea se hizo para buscar la paz, un valor que no se está teniendo en cuenta: se han cumplido 20 años sin una guerra. Se ha ganado un espacio para la estabilidad y también para la solidaridad. ¿Cuál es el problema actual? La crisis, el fin de época que nos ha cogido como al que le coge una tormenta sin poner el techo de la casa. También hay una mala cosecha de políticos: están muy lejos de la etapa de los fundadores, que tenían conciencia de lo que había que hacer. Tenemos que hacer un buen programa electoral, girar el signo de la Unión Europea y poder consolidar así una estructura social.

ACTIVIDAD: DE LA CARNE DE CABALLO A LA SANGRÍA, PASANDO POR LAS TENSIONES CON FARMACÉUTICAS, TABACALERAS O AUTOMOVILÍSTICAS 

-Le sigo en redes sociales y no sé si vive estresado o solo lo parece. Ya conoce el mito de los eurodiputados...
-Conozco todo el trayecto institucional, parlamentario y municipal y este es el ámbito donde se trabaja con mayor intensidad. Los tiempos aquí están muy ajustados, porque este 'monstruo' europeo solo puede gobernarse con una programación estricta. Los medios solo nos sacan cuando un diputado muerde a otro o cuando alguien viaja en primera y lo veo una frivolidad cuando lo que se decide aquí influye en el 70% de la vida de las personas.

-Los españoles, dada la participación por debajo del 50% que se dio en 2009, no parecen estar muy concienciados de esa importancia.
-Pues así es. Desde cómo se van a fabricar los coches a cómo ponen los huevos las gallinas. Por ejemplo, por el bienestar animal, mejoramos sus condiciones y sube el precio de los huevos. La carne que se pone en casa en el cocido, solo se puede poner porque aquí en Europa hemos establecido los conservantes que puede tener. Son ejemplos que tenemos que utilizar para la gente entienda lo que aquí se hace hasta en lo que se refiere a pequeñas cosas.

-Se refiere a una de las comisiones a las que usted pertenece, Medio Ambiente, Sanidad Pública y Seguridad Alimentaria. ¿Por qué es tan importante?
-Hay 20 comisiones en el Parlamento y esta tiene el 43% de la concesión de la Unión Europea. Pasa por ahí la sanidad transfronteriza, el etiquetaje de los alimentos, edulcorantes, los zumos de frutas, el bienestar animal, la directiva de aguas, el bosque mediterráneo, los turrones, medicamentos, las cumbres del cambio climático... hasta los problemas que han surgido con los implantes de silicona.

-Todo para que luego tenga usted que salir a hablar de la sangría...
-Uno de mis grandes logros sin proponérmelo (ironiza). Me ha tocado hacer declaraciones en varios medios internacionales sobre ese asunto. Es una comisión amplísima y aunque no trasciendan muchas cosas en los medios, tiene una gran carga de trabajo y de importancia en los ciudadanos.

-¿Cómo luchan contra los posibles fraudes en seguridad alimentaria o problemas como el surgido en el caso de la carne de caballo?
-Mis enmiendas van dirigidas a que existan mayores inspecciones y por sorpresa, más exigencia en los etiquetajes y que las sanciones no puedan compensar el delito, es decir, que no te salga a cuenta.

-Por los asuntos que aquí abordan, habrá tensiones con grandes proveedores farmacéuticos por ejemplo.
-Sí, con las farmacéuticas, con las automovilísticas, con las tabaqueras, con el sector alimentario..

-¿Se refiere a presiones de algún tipo?
-No. Conmigo por lo menos no. Con los lobbys suelo reunirme una media de 20 minutos y siempre con un asistente delante. En la puerta tengo un cartel que pone: "Escuchamos a todo el mundo pero no aceptamos presiones de nadie". Y está puesto para que lo se vea obligadamente cuando abres la puerta. Algunos son insistentes por así decirlo, pero sin más.

-Usted fue uno de los primeros que se posicionó contra el fracking y continúa en esa tarea. Me han contado que recibió alguna visita por ello.
-Sí. Por entonces vinieron a verme de la empresa estadounidense Halliburton porque se enteraron de que yo me iba a manifestar en contra cuando todavía no había habido declaraciones en este sentido. Vinieron a intentar convencerme, pero no sabían que yo había estado en Pennsylvania y había visto el desastre que se había hecho en alguna zona. Les dije que había estado en el lugar y aceptaron que había habido algún problema pero que ya estaba solucionado. Les comenté que yo iba a defender el ‘no' en toda Europa.

-No le haría mucha gracia a empresas tan potentes que se dedican a ello.
-La verdad es que me quedé con esa sensación de: "¿Tendré que hacer algo más para que esta noche me tiren a un canal o será suficiente con esto?" (bromea).

-Otra de sus tareas ha sido velar, como representante europeo, en procesos electorales en diversas partes del mundo.
-Falta mucho por hacer: que la Unión Europea invierta dinero en fomentar la democracia en el mundo no es ninguna tontería. Una de las cosas que admiro de esta institución, aún con sus defectos, es esta labor. Así que yo digo que hay que ayudar a construirla mejor, a hacer reformas en los tabiques, pero no tiren esta casa que fuera hace mucho frío.

-El secretario general del PSPV, Ximo Puig, estuvo recientemente en una reunión con usted sobre la importación de arroz en la UE y cómo puede afectar a la producción valenciana. ¿Cuál es el peligro?
-La Unión Europea no es autosuficiente en materia de arroz y por eso decide importar, utilizando para ello países que necesitan desarrollarse. Por ejemplo, Camboya, Birmania... Ahora bien, lo que no puede ser es que no haya límite y que el arroz que entre sea más del que producen porque hay gente que podría beneficiarse comprando el arroz a esos países y colándolo sin aranceles. Yo pedí cuentas a la comisión, pedí datos en la reunión con el director de comercio internacional, bastante tensa por cierto, y ahora estamos en la fase de que me demuestren con cifras que controlan lo que pasa con el arroz y las incidencias que puede haber en el mercado. No voy a soltar la presa hasta que me lo demuestren claramente.

-Al margen de las reuniones tensas que pueden existir, ¿en qué cambia la política en Europa de, por ejemplo, la de la Comunitat Valenciana?
Aquí hay ‘enganchadas' personales a menudo. Pero lo bueno es que tú quieres ver a un comisario europeo para un asunto urgente y viene a tu despacho o vas tú al de él en poco tiempo. No es como en Valencia, que para ver a un conseller de ‘chicha y nabo' tienes que esperar a un pleno o te manda a un director general que, con todo mi respeto, podría ser en algún caso secretario de mi escalera. Los consellers tendrían que aprender de los comisarios, que se ‘cuadran' con los eurodiputados. Y parece que a un conseller, que en la escala está muy por debajo, hay que hacerle la ola y mandarle instancias para que reciban a un parlamentario.

LA REAPERTURA DEL METRO 

-Usted que siguió el proceso de cerca en Les Corts, ¿cómo ha vivido la reapertura del caso del metro?
-La apertura con alegría. Pero con dolor de que haya tenido que ser una cámara de televisión la que viniera a decir lo que algunos llevábamos siete años diciendo. Me parece increíble que la gente haya podido estar sentada viendo los barcos de vela y no haya sido capaz de sensibilizarse. Lo he vivido con rabia de que no hubiera salido antes pero también con emoción. Personal y emotivamente es el tema que más me ha afectado de todos los que he llevado como parlamentario porque marca la exigencia ética de un pueblo. Como dije en el programa de Jordi Évole, y lo repito: 'Los valencianos se lo tienen que hacer ver porque no han estado a la altura'. Y aunque algún político me diga que esas críticas no las puedo hacer, yo digo que sí porque o nos decimos cómo nos llamamos o no sabemos quiénes somos.

EL ETERNO RIVAL

-Ley del aborto, ley de seguridad ciudadana... usted se ha mostrado especialmente crítico con estos planteamientos del PP. ¿Cree que a Rajoy le funcionarán estos planteamientos entre su electorado?
-Es muy difícil querer hacer un partido que abarque desde los liberales hasta la extrema derecha. En momentos de oposición, cuando todos estaban en contra de Zapatero podía funcionar, pero cuando hay que tomar decisiones empiezan a confrontarse internamente. Esto al PSOE también nos ha pasado, cuando buscando unos votos en el centro que no existían, hemos dejado libre espacio en la izquierda.

-Y ahí está el partido más a la derecha del PP...
Claro, Vox. Esto lo explica muy bien Vidal Cuadras: él dice que no se ha movido hacia ningún sitio. ‘A mi me habían dicho que el PP era un partido de derechas'.

PRIMARIAS EN EL PSPV Y EN EL PSOE

-¿Cree que un candidato diferente a Pérez Rubalcaba podría permitir el vuelco en una sola legislatura y de paso dar un impulso al PSPV?
No es solo caso de un candidato. Si tu tienes una estupenda orquesta y no tienes director, no vale para nada; y si tienes un estupendo director sin una orquesta, lo mismo. A veces escucho: ‘¡Jóvenes al poder!'. Y yo digo: ¡vale! ¿Para hacer qué?. Los mayores, no todos, tienen más experiencia y pueden aportar cosas. Los jóvenes tienen más vitalidad pero les faltan otras cosas. ¿Por qué no hacemos una simbiosis entre ambos? Un líder guapo, por ejemplo, pongamos que George Clooney fuera político: le gustaría a todas las mujeres y a unos cuantos señores: sería ideal, si dijera qué va a hacer, pero si no, le votarían solo para los oscars.

-¿Piensa que es más el momento de Ximo Puig o de Toni Gaspar para la candidatura a la Generalitat?
Ximo conoce la administración por dentro y por fuera y posee una experiencia que no se puede dilapidar. Toni representa la novedad pero porque no ha estado en ningún sitio por así decirlo. En cualquier caso, insisto, gane quien gane hay que hacer una simbiosis con ambas cosas.

-En cualquier caso, ¿está contento con el proceso de primarias?
Aunque sea imperfecto, sí. Lo hubiera puesto a dos vueltas aunque en este caso no haría falta. De todas formas rompemos barreras: me decían el otro día que en mi pueblo, Buñol, ya había más fichas de simpatizantes entregadas que de militantes. Eso es una forma de participación a la que aspiramos.

-¿Y cuál es el futuro de Andrés Perelló? ¿Le seguiremos viendo como eurodiputado?
-Mi objetivo es ser feliz. Fui elegido para cinco años y seguir más tiempo sería algo extraordinario.