VALENCIA. El futuro del nuevo hospital del grupo Imed en Valencia sigue en el aire. La empresa propietaria del edificio donde iba a establecerse -dos torres situadas en el término municipal de Burjassot, muy cerca del Palacio de Congresos de Valencia- no ha conseguido financiación para retomar las obras a las que se comprometió en 2010 con el grupo sanitario para adaptar el esqueleto de hormigón existente an un hospital de nueva planta.
En total la inversión prevista para la transformación era de 20 millones de euros. NAU, participada por Bankia y por la familia Ferrando, esperaba contar con el apoyo de su socio financiero. Sin embargo, el proceso de nacionalización de Bankia (que heredó las acciones de Bancaja) y el posterior rescate ha impuesto un límite a la capacidad de la entidad financiera de invertir en el sector inmobiliario.
El acuerdo entre Imed y NAU se firmó en 2010. Las dos partes acordaron que la inmobiliaria adecuaría el edificio y, una vez concluído, lo arrendaría al grupo sanitario por un periodo de 30 años con opción de compra. La empresa valenciana inició las obras pero las acabó paralizando por falta de financiación, según reconoce la compañía en su último informe de actividad correspondiente a las cuentas de 2012.
Sin embargo avanzado febrero nada apunta a que la actividad se vaya a retomar a corto plazo. De hecho, en el informe del mimso año de Imed se especificaba que la intención de la constructora era retomar las obras y acabarlas en 2014, algo que sigue pareciendo una quimera.
Según las fuentes consultadas por ValenciaPlaza.com la situación de NAU está en un punto muerto de difícil salida. La empresa, que tiene en cartera destacados edificios en Valencia (como los centros comerciales Aqua y Arena o las antiguas y abandonadas oficinas de Iberdrola en Isabel la Católica, la Torre Ademuz, con dos hoteles, o el Casino Valencia) así como en localidades de alrededor, además de suelo, estaba pendiente de una refinanciación de su pasivo con la banca.
La presencia de Bankia en el accionariado, del que controla el 49%, supone un inconveniente para cualquier ampliación de capital que pudiera recapitalizar la sociedad. El banco heredero de Bancaja no puede realizar inversiones en un sector del que debe salir. Además, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri está desinvirtiendo en sus participaciones empresariales.
Ese bloqueo implica que las necesidades económicas de NAU, entre ellas los 20 millones necesarios para acabar el hospital y poderlo arrendar a Imed, no se materializan. Según las cuentas de NAU, el acuerdo con el grupo hospitalario suponía que, al margen de actualizaciones, y en el caso de no ejercitarse la opción de compra hasta el año 30, la previsión de ingresos por la renta alcanzaría un total de 181 millones de euros.
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