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VALENCIA. El presidente de la Generalitat y líder del PPCV, Alberto Fabra, se reúne este lunes con sus homólogos de Baleares y Murcia, José Ramón Bauzá y Ramón Luis Valcárcel, para aunar esfuerzos en la reivindicación de una reforma del sistema de financiación que ponga fin a un reparto el actual que perjudica a estas comunidades autónomas.

El paso adelante dado por el Consell de Fabra, amenaza con reavivar las tensiones entre barones regionales que se han repetido en los últimos meses a cuenta de asuntos como la flexibilización del déficit, la publicación de las balanzas fiscales, las inversiones o la propia antesala de la reforma de financiación.

Una de las incógnitas todavía no desvelada será la postura que adoptan Baleares y Murcia respecto a una de las exigencias más delicadas del Gobierno valenciano, que solicita un mecanismo transitorio (un fondo de unos 1.500 millones) para paliar las carencias del actual sistema a lo largo de 2014, que dificultan a la Generalitat incluso la cobertura de los servicios mínimos públicos en Sanidad y Educación. El Consell espera, como ya señaló el portavoz del Ejecutivo, José Císcar, que estas autonomías se sumen a la solicitud de este fondo dado que los problemas que sufren son similares a los valencianos.

Una reivindicación difícil de conseguir pero necesaria, dado que las previsiones del Ministerio de Hacienda que dirige Cristóbal Montoro, pese a que ha puesto en marcha a través del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) el grupo de trabajo para analizar la problemática del actual sistema, no tiene previsto que el nuevo reparto se active antes de 2015.

Así, el Gobierno valenciano se la vuelve a ‘jugar' en una reivindicación ante Madrid. Aunque fuentes de la Conselleria de Hacienda admiten que la petición de 1.500 millones de euros es una pretensión "de máximos", todo lo que no sea obtener algún tipo de compensación de cara al presente ejercicio será una derrota más del PP de la Comunitat Valenciana ante el Ministerio de Hacienda, un departamento que no se ha caracterizado por excesiva sensibilidad a las peticiones de la Generalitat.

Pese a que el propio vicepresidente del Consell, José Císcar, aseguró que esta exigencia no es "un órdago", la habilitación de un mecanismo de esas características tiene las dificultades intrínsecas del propio Estado autonómico: resulta difícil imaginar al Gobierno central beneficiando a algunas regiones determinadas con un fondo compensatorio sin que otras se levanten a protestar. Se hacen conjeturas sobre posibles maniobras que no consistan en una ayuda directa, sino en otro tipo de operación como la transferencia de algún impuesto a la competencia regional. De momento, todo está en el aire.

LOS PILARES DE LA REIVINDICACIÓN

De esta manera, la Comunitat, Baleares y Murcia coordinarán las propuestas que serán remitidas al Ministerio de Hacienda para la reforma del modelo dado que, según señalan desde la Generalitat, todas parten de un diagnóstico similar, ya que reciben una financiación por debajo de la media de las autonomías. Así, su intención es "diseñar una estrategia conjunta que corrija las desigualdades" que sufren con el actual sistema.

Las bases de esa posición son la ruptura del 'statu quo', que el nuevo modelo cubra los servicios básicos de sanidad, educación y bienestar social en condiciones de igualdad y con independencia del nivel de renta, así como que se acoja a criterios de población. Habrá que ver cómo se articula y si se hace de forma conjunta también la citada petición del mecanismo transitorio.

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