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CASO COOPERACIÓN

Una exjefa de Solidaridad, cuando vio las facturas aportadas por la Fundación Cyes: "¿Pero esto qué es?"

VALENCIAPLAZA.COM. 07/02/2014 Amparo Ortiz asegura que se percató de que las facturas eran "falsas" y afirma haberlo comunicado

VALENCIA (EP). Amparo Ortiz, exjefa de Servicio de Gestión Administrativa y Asistencia Jurídica de la extinta Conselleria d Solidaridad, ha afirmado en el juicio del 'caso Cooperación' que cuando vio las facturas aportadas por la Fundación Cyes para sustituir las que justificaban la compra de pisos pensó: "¿Pero esto qué es?", ya que se percató de que eran "falsas", y así se lo trasladó --ha dicho-- al exjefe de Área Marc Llinares y a la ex secretaria general Tina Sanjuán.

Ortiz, quien actualmente es asesora en la Abogacía de la Generalitat, se ha pronunciado así en su declaración, en calidad de testigo, en el juicio por la primera pieza del 'caso Cooperación', en la que se investigan presuntas irregularidades en la concesión de ayudas por parte de la extinta conselleria a la Fundación Cyes en el año 2008 por importe de 1,6 millones de euros para dos proyectos en Nicaragua, de los que solo llegaron 43.000 euros a su destino, puesto que el resto se destinó a la compra de inmuebles.

Ortiz, quien ha pasado por las consellerias en las que ha estado el exconseller y diputado No Adscrito en las Corts, Rafael Blasco, ha explicado que comenzó a trabajar en la conselleria a partir de diciembre de 2008, cuando ya se habían concedido las subvenciones a la fundación, y que dependía directamente de Marc Llinares.

La testigo ha indicado que tuvo conocimiento de estas ayudas "cuando llegó el momento de cerrarlo", ya que Llinares le pidió que lo mirase porque era "un tema delicado". Momentos antes --ha agregado-- ya había oído a varios técnicos decir que habían pasado "cosas raras" con estas subvenciones y que hasta se habían comprado pisos con el dinero de cooperación, algo a lo que no le dio importancia hasta que tuvo en sus manos los expedientes.

Cuando los vio, ha dicho que fue a hablar con Llinares y con Sanjuán y les indicó que "no podía ser", que la compra de pisos no era objeto de la subvención y que había que reintegrar el dinero, revocarla. Así, "empezaron los problemas", y ellos le respondieron que fue un "error" de la conselleria, que ya sabían que se iban a comprar los pisos, que sabían que lo habían concedido "mal".

"Intentaron convencerme de que era culpa nuestra, y se me ocurrió la ida de poner los pisos a nombre de los beneficiarios, de la gente de Nicaragua. Era una cosa un poco rara, pero podían así vivir de los ingresos del alquiler de los inmuebles", ha señalado, con lo que se lo propuso a Llinares y a Sanjuán.

Seguidamente, ha comentado que le pidieron que mandara un requerimiento a la fundación con este extremo, y así lo hizo. Luego una técnica, Francine Codina, le comentó que estaba todo subsanado con nuevas facturas que había aportado la fundación "dentro de plazo" y que "estaba todo claro".

"NO PODÍA SER"

Cuando vio estas nuevas facturas, que sustituían las de la compra de pisos, ha indicado que se percató de que "no podía ser". "No me lo creí. Después de haber visto que en los expedientes se habían justificado los gastos con la compra de pisos, era imposible que dos años después aparecieran de repente facturas de un proyecto que no....". Así, advirtió a Llinares y a Sanjuán de las facturas eran "falsas". "Esas facturas eran imposibles", ha insistido.

Esas facturas -ha agregado-- "aparecieron de la noche a la mañana", y tras advertir de esta situación ha comentado que le apartaron de los expedientes. Antes le comentaron que no tenía por qué dudar de las facturas porque si estaban bien formalmente, "tenía que aceptarlas". Y después, cerraron el expediente.

Sobre estos expedientes, ha dicho que la entonces directora general Pilar Collado no sabía nada, y Llinares le pidió que no se lo comentara porque era "un marrón" y era del equipo anterior, con lo que "era mejor no meterla por medio", ha indicado. No obstante, ha expuesto que cuando se enteró de que Collado iba a dejar la conselleria le advirtió en la última semana de que no le "colaran" un expediente "con unos pisos", porque vio la intención de que lo hicieran.

"Era tan evidente que querían que la fundación se quedara con ese dinero de la subvención, aunque no estuviera justificado, que me podía creer cualquier cosa...", ha agregado, y ha apostillado que los técnicos le comentaron que desde que había llegado Blasco a la conselleria, habían cambiado cosas. También ha puntualizado que Llinares tenía "trato directo" con el exconseller. Sobre el mismo, también ha afirmado que no recibió ninguna presión ni referencia en favor de la Fundación Cyes.

Tras abandonar la conselleria, ha explicado que pasó a ser asesora en la Abogacía de la Generalitat en julio de 2010, y cuando el caso saltó a la prensa, le reunieron y le preguntaron si todo aquello era verdad, así que en ese momento les dio su opinión, ha relatado.

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1 comentario

claramunt escribió
07/02/2014 15:02

En el segle passat l'establiment dels cossos de funcionaris havia configurat una administració professional. El PPCV en vint anys ha encadenat l'administració valenciana a la discrecionalitat, als grups familiars i als càrrecs de confiança. El mèrit i la capacitat han estat substituïts per l'arbitrarietat i el favoritisme. el cas Blasco ens permet observar el producte de l'administració venal que han construït i de l'existència de funcionaris que encara mantenen l'esperit d'una administració que sabrà servir els interessos de tots quan els ignominiosos nepotistes deixen d'ocupar-la.

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