VALENCIA. El traslado de la Valencia International University (VIU) de la Fundación VIU a una sociedad limitada para poder vendérsela al Grupo Planeta ha hecho que la Fundación en sí pierda todo su sentido, sino fuera porque ésta es poseedora de un 30% de la universidad creada por la Generalitat, y por lo tanto no cabe la posibilidad de extinguirla.
Por este motivo, el patronato de la Fundación, reunido este martes, ha decidido darle una nueva utilidad cambiando sus estatutos para que sea la gestora de los préstamos matrículas que la Generalitat tiene a disposición de los alumnos de las universidades públicas valencianas. Estos préstamos matrícula retrasan el pago de las mismas durante cinco años y por lo tanto, la fundación será la nueva avalista de las familias a las que les sean concedidos.
De hecho, teniendo en cuenta que ha perdido la razón para el que fue concebida, la de albergar a la universidad online de la Generalitat, también se ha optado por cambiarle la denominación para pasar a llamarla Fundación para el Fomento de Estudios Superiores.
Los nuevos estatutos también fijan con fin de la Fundación el desarrollo de actividades de carácter educativo y cultural, como la realización de formación permanente, de postgrado, de potenciación de las artes, etc., además de participar en proyecto educativo de la VIU. También se apunta a otras actividades como el fin de difusión de la promoción investigadora y de la cultura. No obstante, cabe recordar que en estos momentos sólo tres trabajadores permanecen en la Fundación para realizar toda esta labor.
Por otro lado, teniendo en cuenta que ya no necesita presupuesto para gestionar una universidad, éste se ha visto reducido hasta alrededor de los 300.00 euros, un 90% menos que en 2013, unos 2,7 millones menos. También se elimina el cargo del director general, anteriormente ocupado por Juan Manuel Badenas, y a partir de ahora sus funciones será asumidas por la gerencia de la Fundación. Por último, la sede institucional de la Fundación permanecerá en la calle Mayor, 91 de Castellón pero dispondrá de otros lugares de trabajo en Valencia.
Parece que a la nueva Fundación ha ido a parar el gerente de la VIU, un tal Germán Marco, jubilado que ha dejado una estela de gestión horrorosa allí donde ha estado (cuando lo tiraron de la Universitat de València lo celebraron en la Secretaría General y el Vicerrectorado de Economía). Además dejan en la VIU como gerenta o lo que sea a una tal Tona, que fue la administradora con Vicente Burgos de la Fundació Jaume II el Just: sí, la misma; la que dejó un agujero de 1.500 millones de pesetas en unos cuatro años.
Gracioso el último punto: tendrá la sede en Castellón pero mantendrá otros (plural) lugares de trabajo en Valencia. Teniendo en cuenta que son tres trabajadores... Eso se llama teletrabajo.
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