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VALENCIA. Un extrabajador de Orange Market, la base de operaciones de la trama Gürtel en la Comunitat Valenciana, decidió cantar de plano el pasado mes de octubre ante el juez que instruye el caso de corrupción más relevante de todos los que colapsan los tribunales valencianos. Juan Carlos Rincón, ex director de producción de la empresa que dirigía Álvaro Pérez, El Bigotes, se plantó ante la secretaria judicial y aportó documentación suficiente para que el juez decidiera que había que investigar más y hacerlo bajo secreto. 

Tres meses después de aquella declaración el magistrado instructor ha levantado el secreto y ha incorporado a la causa las diligencias practicadas, especialmente en torno al negocio que hizo la trama con la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia en 2006. En ellas se desvela el nombre de Rincón y también otro que, cinco días después, acudió también al juzgado para aportar más documentos que profundizarían en cómo se fraguó el negocio supuestamente ilícito entre RTVV y la constructora Teconsa dentro de la visita del Papa.

Ese segundo nombre es el que rondaba todas las redacciones de Valencia. Se trata de Luis Sabater, exjefe del departamento técnico de Ràdio Televisió Valenciana. Las pruebas aportadas por uno y por otro así como las incautaciones de documentos que hizo la policía judicial en los dos registros que realizó en el Centro de Producción de Programas de Burjassot son nuevo combustible para una de las ramas del caso Gürtel.

"COTINO ERA DIOS" 

Rincón no era un desconocido en el caso. Previamente a su decisión de tirar de la manta ya había comparecido como testigo ante el juez instructor y las partes personadas en el caso. El exempleado de Orange Market, un reputado profesional de la producción de eventos, desveló entonces que El Bigotes mantenía contactos constantes con Ricardo Costa, Víctor Campos, Rambla y el presidente Camps".

Según su declaración, que adelantó hace unos meses el diario El Mundo, Rincón aseguró que "Álvaro Pérez hablaba con todos los consellers y los vicepresidentes [...] esto lo sabía todo el mundo, no se puede ocultar", e incluyó a José Luis Olivas, ex presidente de Bancaja, con quien El Bigotes trataba otros asuntos, y Juan Cotino. "Para preparar la vista del Papa hablar con Cotino era como hablar con Dios".

Pero a aquella declaración le faltaba lo que aportó en octubre: documentos. Y esos fueron los que provocaron que se acordaran más diligencias por parte del juzgado y que se realizasen de forma secreta, es decir, sin el conocimiento de las partes para evitar que se destruyeran posibles pruebas.

Respecto a Sabater, imputado en el caso, al parecer también ha optado por colaborar con la justicia para aclarar su participación en el saqueo de 7,4 milllones de euros de RTVV que acabaron en manos de la trama. Todos menos una mordida de casi medio millón de euros que, supuestamente, cobró el entonces director general de Canal 9, Pedro García, también encausado.

Estas dos declaraciones ante el TSJCV dieron lugar a la intervención de diferente documentación en RTVV y en la Fundación V Encuentro Mundial de las Familias, así como hasta 22 diligencias relativas al acceso de ficheros informáticos del grupo RTVV.

Sobre la incautación de documentación en RTVV, el magistrado señala en el auto que dentro de la investigación se produjo el acuerdo de disolución de la sociedad pública y el nombramiento de la Comisión Liquidadora, lo que originó una "importante conflictividad laboral y social", por lo que la declaración del secreto "permitió mayor facilidad y efectividad" en la práctica de las diligencias.

El caso Gürtel tiene ocho piezas separadas en la Comunitat Valenciana. Una de ellas está lista para ser juzgada, la vinculada al stand de Fitur y que sentará a las exconselleras Milagrosa Martínez y Angélica Such en el banquillo. El resto sigue en instrucción y el juez sigue pidiendo documentación sobre contratos otorgados por toda la Generalitat a la trama. El número de imputados se cuenta por decenas.