VALENCIA. José Luis Olivas volvió este lunes a Valencia. El que fue presidente de Bancaja, vicepresidente de Bankia y presidente de Banco de Valencia, que lleva el título de Molt Honorable allá donde vaya fruto de su presidencia de la Generalitat, hace tiempo que pasa la mayor parte de su tiempo en Madrid, disfrutando de un cierto anonimato.
Pero de tanto en tanto a Olivas no le queda otra que aparecer en público, aunque sea a su pesar. Y no es en actos oficiales, en los que no se prodiga con la excepción de la celebración del 9 d'Octubre. Su calvario personal está ahora en los juzgados, a los que tiene que acudir periódicamente fruto de los procesos penales que tiene abiertos por los cargos que ha ocupado.
Ya sea por la salida a bolsa de Bankia o por la crisis de Banco de Valencia, Olivas ya ha tenido que declarar en calidad de imputado por los hechos denunciados. Pero este lunes tuvo que atravesar la explanada que da acceso a la Ciudad de la Justicia de Valencia para prestar declaración por otra causa más: la ampliación de capital del Valencia CF.
Una denuncia de unos socios del club ha puesto en tela de juicio la operación que rubricaron a cuatro bandas el Valencia CF, la Fundación VCF, Bancaja y el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) para hacer una ampliación de capital que evitara que el club cayese en manos de una polémica empresa: Inversiones Dalport.
Aquel proceso supuso que Bancaja prestara alrededor de 70 millones a la Fundación VCF para que acudiese a la ampliación de capital. Un dinero del que la entidad no disponía y que, de hecho, aún no ha podido devolver al banco (hoy Bankia) generando la actual situación de venta del club.
La denuncia, por un supuesto delito societario -en pocas palabras, acudir a la ampliación de capital sin dinero-, tiene en Olivas a un supuesto colaborador necesario y por ese motivo el expresidente de Bancaja tiene que prestar declaración en calidad de imputado. Solo estuvo un cuarto de hora (el entonces presidente del club Manuel Llorente estuvo más de una hora) y se limitó a repetir lo que dice en las otras causas: que no tenía poder ejecutivo en Bancaja, pese a ocupar la presidencia del consejo de administración.
Olivas, apartado del foco público, está centrado en una faceta profesional, la de abogado, que no ejercía desde que se licenció. Ahora, con tantos procesos judiciales abiertos, al margen de algún cliente, tiene en si mismo al principal beneficiario de las horas de derecho que cursó en la Universitat de Valencia.
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