BARCELONA (Marta Vergoñós Pascual/EFECOM). De hecho, habría que remontarse a finales de los años 70 o a inicios de los 80 para encontrar paros totales de la misma envergadura, como sería el caso de la huelga en la empresa textil Fontanals, ha destacado a Efe el responsable de negociación colectiva de CCOO, Juan Carlos Casanovas.
Los seis centros productivos de Panrico, propiedad del fondo estadounidense Oaktree, se plantaron el pasado 13 de octubre en contra del plan de viabilidad previsto por la compañía, que trataba de evitar el concurso de acreedores a través de despidos y rebajas salariales, y convocaron una huelga indefinida.
Al cabo de unas semanas, la mayoría de los representantes sindicales de las fábricas españolas acordaron con la dirección de la empresa el despido de 745 trabajadores, 154 de ellos en la planta barcelonesa -la más afectada-, y recortes de hasta el 18 % del sueldo para el resto de empleados que completaban una plantilla de más de 2.000 personas.
El comité de empresa de la factoría catalana se opuso a este acuerdo, por lo que se negó a retomar la actividad de la planta y reclamó continuar negociando con Panrico un plan de ajuste menos severo.
La planta barcelonesa ha continuado en solitario la huelga indefinida, pero su determinación ha sido insuficiente para ablandar a la empresa, con lo que el conflicto llegó a Navidad en punto muerto, o si cabe con posiciones más enrocadas ya que en diciembre se ensanchó la brecha entre ambas partes.
Panrico suspendió "sine die" el 17 de diciembre la reunión con los sindicatos y la mediación de la Generalitat, por la actuación de un piquete de huelguistas que intentó boicotear la salida de camiones de distribución desde la planta barcelonesa.
El comité de empresa rechazó la actuación violenta de estos grupos "descontrolados", pero alertó de que la empresa de bollería estaba abasteciendo el territorio catalán con productos de la marca elaborados en otras plantas del Estado, lo que aseguraban que vulnera el derecho de los huelguistas.
Tras poner una demanda al respecto, esta semana la Inspección de Trabajo de la Generalitat les ha dado la razón y ha dictado una resolución donde anuncia la apertura de un expediente sancionador contra la empresa Panrico por vulnerar el derecho de huelga de sus trabajadores.
Constatado el gran alejamiento entre las partes, la Generalitat convocó el pasado viernes una reunión con el comité y Panrico en la que se acordó retomar el contacto y empezar de nuevo las negociaciones con la autoridad laboral como mediadora.
Mientras tanto, los trabajadores sortean las dificultades económicas derivadas de tres meses sin sueldo gracias a una "caja de resistencia" que habilitaron los empleados de la fábrica barcelonesa para atender las necesidades básicas de las familias de los huelguistas.
Esta hucha común, que se nutre con aportaciones solidarias de trabajadores de otras empresas y particulares, ya sufraga la cesta de la compra de más de una quincena de familias.
Los sindicatos confían en que esta nueva etapa de negociaciones sea más fructífera que la anterior y la fábrica de Santa Perpètua de Mogoda pueda volver a fabricar Donuts lo más pronto posible.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.