VALENCIA. Salvo una gran sorpresa de última hora, el actual rector de la Universitat de València sólo tendrá que enfrentarse a una candidatura, la del catedrático de Astrofísica y director del Observatorio Vicente J. Martínez, para renovar su mandato.
A las 14 horas de este jueves se cierra el plazo para la presentación a las elecciones a rector de la Universitat de València que se celebrarán el próximo 20 de febrero (la campaña se desarrollará del 5 al 19).
A última hora de ayer, sólo esos dos candidatos se habían puesto en contacto con la Junta Electoral para solicitar espacio para realizar una rueda de prensa de presentación.
Estas son algunas de las claves que permiten comprender la elección del máximo responsable de una institución que se enfrenta a retos tales como el recorte presupuestario, la futura Ley de Universidades o el nuevo estatuto del Docente.
1. ¿Sólo dos candidatos? Aunque parezcan pocos comparados con los cuatro de las últimas elecciones, lo cierto es que la candidatura de Vicente J. Martínez rompe una regla no escrita que se cumple desde que Ramón Lapiedra se convirtió en el primer rector de la democracia. La tradición establece que si el rector quiere repetir un segundo mandato, se le deja el camino libre. Así ocurrió con Lapiedra, Pedro Ruiz o Francisco Tomás, que no tuvieron rivales a la hora de optar a la reelección.
2. ¿Hay margen para la 'renovación' generacional? No. Para empezar, sólo pueden presentarse catedráticos en ejercicio, lo que supone en la práctica que pocos posibles candidatos puedan concurrir con menos de cuarenta años (Martínez tiene 51). Quizás la universidad española no es un país para viejos, pero desde luego menos lo es para jóvenes.
Además, el 51% del resultado final depende de la 'aristocracia' académica, el personal docente investigador doctor (los no doctores aportan otro 12,67%). Son los que más tiempo llevan en la institución y que han tenido años para crear un red de apoyos. Los estudiantes aportarán otro 25%. En las elecciones de 2014, el respaldo que dieron a María Antonia García Bernau fueron la clave (o al menos una de ellas) que le permitió acceder a la segunda vuelta, así que sólo pueden resultar decisivos si la elección es muy ajustada. Por último, del personal de administración depende el 10% del resultado final y el personal investigador en formación, sólo el 1,33%.
3. ¿Qué se entiende por 'renovación'? Aunque parezca lo contrario, la Universitat de València rompió la tradición de votar a un rector con la etiqueta de izquierdas con la elección de Esteban Morcillo (Tomás ya se alejó un poco de ese modelo y en su equipo había hasta gente próxima al Opus Dei). A decir de algunos, el exdecano de Medicina es 'de derechas', pero lo cierto es que su perfil es puramente académico (tiene pinta de ‘catedrático de los de antes') y sus ideas políticas se las guarda para él.
Además, la imagen es falsa: dos de sus tres asesores (la escritora Carmen Amoraga y Joan Enric Úbeda) están vinculados al PSPV. La primera como concejal en Picanya y el segundo, un histórico de Campus Jove y ex secretario general de Joves Socialistes de Gandia.
Otro dato a tener en cuenta es que Martínez no sería exactamente la 'renovación'. Es el último de los herederos de Lapiedra, que sigue siendo uno de los referentes de la institución (aunque aún no le ha dado su apoyo público), una 'familia' universitaria a la que han pertenecido Pedro Ruiz o Francisco Tomás. Fue el representante de los estudiantes en aquella época. Años más tarde Pedro Ruiz le nombró director del Observatorio. Eso ni es bueno ni es malo, pero es así. Todo el mundo tiene un pasado.
4. ¿Recuperar una Universitat más reivindicativa? Al anunciar su posible candidatura, Martínez aseguró que «la Universitat necesita recuperar la dignidad y, para ello, habría que tener una alternativa a la actual situación» y que intentaría aglutinar a las tres candidaturas que compitieron contra Morcillo. Aunque este no tiene el carisma de anteriores rectores, su elección supuso un paso más en la normalización política de la institución académica.
El periodo más duro le correspondió a Pedro Ruiz, en una época en que la Generalitat de Eduardo Zaplana y las universidades estaban en guerra abierta. Ruiz y Andrés Pedreño (rector de la Universitat de Alicante) fueron los más beligerantes. Tomás fue reivindicativo, pero las formas fueron otras gracias a que / a causa de que la tensión se fue disipando. Ahora, aunque los problemas persisten (la deuda, la creación de nuevas universidades privadas...) la relación institucional con la Generalitat y la consellera de Educación, María José Català, están normalizadas.
En todo caso, el perfil político no significa no ser reivindicativo, como demostró el primer rector de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Jesús Rodríguez Marín. Pese a su fama de pepero, y con el pecado original de su centro que le arrebató a la Universidad de Alicante la Facultad de Medicina, siempre formó piña con sus homólogos.
5. ¿A las barricadas? Un buen conocedor de la Universitat explica que, pese a todo lo que está ocurriendo en el sector de la educación, "la principal preocupación de la comunidad académica es cobrar las nóminas". Y ya ha habido retrasos. Un rectorado enfrentado a una Generalitat en quiebra técnica no parece la mejor opción para asegurar, por lo menos, que llegue dinero para los gastos corrientes y en los que la Administración está al día. En 2014, la Universitat recibirá 1,04 millones menos que en 2013 (225,8 millones de euros). La situación pide actuar más con la cabeza que con el corazón.
6. ¿Está desgastado Morcillo? Gustará más o menos como rector, pero no se puede decir que haya una gran corriente en la Universitat contraria a su gestión. Sus detractores pueden opinar que no ha sido suficientemente firme en algunas cuestiones, pero tampoco ha creado problemas nuevos. El descenso de las becas, la no convocatoria de plazas para catedráticos, los problemas de financiación... todos tienen su origen en la Generalitat y el Gobierno central, pero no en la Universitat.
Tampoco se puede decir que otras universidades públicas españolas o de la Comunitat hayan salido indemnes (aunque en una institución tan grande como la de Valencia es lógico que la dimensión del problema sea proporcionalmente mayor). En cambio, ha sido firme en su oposición a la creación de nuevas universidades privadas y que ha sido el primer rector en llevar a los tribunales a la Administración para exigir el pago de los costes provocados por las demoras en recibir el dinero que le adeuda la administración.
7. ¿Es posible el cambio? Todo es posible, pero complicado. Martínez aún no ha conseguido la 'bendición' de Lapiedra (que sería un importante apoyo) y, lo más importante, no se presentó a las elecciones al Claustro del pasado mes de noviembre: nadie sabe cuántos apoyos tiene ni en su centro y la incógnita pesa a la hora de lograr resplados. De las candidaturas de las últimas elecciones, el único que aún podría obtener es el de García Benau que todavía no se ha pronunciado. Sin embargo, según explica el excandidato Vicent Soler (decano de Economía), "la carrera electoral empieza un minuto después de presentar la candidatura".
Una vez se hace firme, algunas de las personas que hayan podido ser consultadas podría sumarse (o no a la lista). Hay de plazo hasta el día 24, cuando se presenten los programas y el futuro equipo de gobierno. Sin embargo, el futuro inmediato de la entidad es complicado (los recortes son la cuestión más peliaguda), así que puede resultar comlicado encontrar a personas dispuestas para gobernar la Universitat ahora que llueven piedras.
Una vez se formalicen las candidaturas, la gran incógnita está en las personas que acompañarán a los aspirantes. Se da por sentado que Morcillo podría renovar parte de su equipo. ¿Cuánto? Depende de a quién se pregunte. Es su carta para presentar una 'renovación' en la gestión. Pero la principal incógnita es quién apoya a Martínez, que lleva varias semanas tratando de configurar un equipo. Para tener ciertas garantías de éxito necesita 'pesos pesados' sobre todo en las principales facultades (Económicas, Derecho, Medicina...) y de momento no se sabe nada.
8. ¿Todos tienen las mismas opciones? Sobre el papel, sí. Vicent Soler, que se presentó contra Morcillo en 2010, reconoce que la institución trata a todos por igual, "pero es evidente que un rector, el que sea, parte como favorito porque conoce mejor la institución". El decano de Economía recuerda que "la Universitat es muy grande y con muchas sensibilidades, aquí se imparte desde química cuántica hasta filología griega, hay tres campus que no están conectados -ni en lo físico ni en las sensibilidades,....-, los problemas son muchos y complejos".
La mayor dificultad es "lograr un buen equipo que pueda aunar todo eso y lograr un buen programa". En todo caso, apunta, "ahora los dos tienen ante sí unas semanas apasionantes en las que hay que trabajar 24 horas al día y esperar a que las urnas decidan".
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.