VALENCIA. Las fiestas navideñas no han aplacado las tensiones existentes entre el presidente valenciano, Alberto Fabra, y su homólogo extremeño, José Antonio Monago, ambos pertenecientes al Partido Popular. Los rifirrafes entre estos presidentes autonómicos se han sucedido en los últimos meses por cuestiones como la flexibilización del déficit y el cambio de sistema de financiación autonómica, dos asuntos en los que sus posiciones han sido completamente diferentes. De hecho, entre algunos dirigentes del PP valenciano existe la creencia de que Monago está autorizado a replicar públicamente a otros barones -Fabra, principalmente- en determinados asuntos.
De estos precedentes, regresó este martes -aunque por un tema bien distinto- el envío de recados a través de los medios de comunicación, en esta ocasión a cuenta del anteproyecto de ley del aborto impulsada por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, una medida cuestionada precisamente por Monago, entre otros dirigentes populares.
El jefe del Consell admitió, en el turno de preguntas de su intervención en el 'Fórum Europa. Tribuna Mediterránea', que podían existir "discrepancias a nivel interno", aunque recalcó que estas cuestiones "se deben debatir allá donde se genera la reflexión interna". Además, recordó que el PP es un partido que debe reflejar "una intención clara de lo que es un proyecto destinado a los ciudadanos con ideas claras, conceptos definidos y, siempre, en función de los principios y valores que representan unas siglas". O lo que es lo mismo, una réplica en toda regla a la postura adoptada por el presidente extremeño en este asunto.
Todavía fue más allá Fabra, al recordar que este miércoles se celebra una reunión del Comité Ejecutivo del PP en Madrid: "Vamos a ver si aquellos que han levantado la voz sobre algunas decisiones, si son capaces de hacerlo allí". "Alguno tiene mucha facilidad para hacer declaraciones fuera de los principios de lealtad, compromiso y defensa de los valores" del PP y "quiere quedar bien con otros que, a lo mejor están apoyando su gobierno" y "no con aquellos que le están votando", recalcó Fabra en una clara alusión a Monago.
MONAGO: "YO LE CEDO A FABRA MI PUESTO EN EL RÁNKING DE POLÍTICOS INFLUYENTES, SI SE TRATA DE ESO..."
Por su parte, el presidente de Extremadura no se andó con paños calientes para replicar a Fabra, preguntándose si él era "el más centrado del PP" y los demás están "confusos" con este asunto. "En los grandes temas tiene que haber grandes consensos y no puede haber divergencia que nos separe... Creo que tenemos que hacer todos un esfuerzo por que eso sea así", subrayó.
"O sea, que yo pido consenso y eso es malo en definitiva, para levantarse uno por la mañana y para criticar al señor Monago", añadió el presidente regional, quien se preguntó también si es que Fabra se había cogido "un suplemento de un periódico nacional y en el ránking de los políticos más influyentes él no estaba por delante del presidente extremeño". "Yo le cedo mi puesto, si se trata de eso...", ironizó, para cerrar su declaración con un último mensaje para el jefe del Consell: "Lo que hay que oír un martes por la mañana, en fin... mañana nos veremos", remachó, en referencia al Comité Ejecutivo del PP que se celebra este miércoles.
LOS ARREONES DE MONAGO...¿ANIMADOS DESDE GÉNOVA Y MONCLOA?
Sin duda, las tensiones verbales entre Monago y Fabra apuntan a que el gobierno extremeño y valenciano no terminarán 'hermanados' la legislatura. Los mensajes a través de los medios de comunicación han sobrevolado la península de lado a lado en los últimos meses de una forma que muchos consideran "calculada".
Tanto con la flexibilización del déficit como con la reivindicación valenciana de la reforma del sistema de financiación, Monago se ha mostrado beligerante y ha disparado a la Comunitat con artillería pesada. Especialmente en este segundo asunto, incluso cargos del PPCV han asegurado a este diario que Monago ha tenido 'luz verde' desde el Ministerio de Hacienda para 'saltar' frente a las urgencias de la reforma en la financiación reivindicadas por Valencia, una protesta que coincide con el deseo de Monago -beneficiado por el actual sistema- y que ha facilitado la postura del Gobierno central de retrasar la apertura de este polémico melón. Una estrategia que no parece probable en lo referente a la ley del aborto, donde parece que ambos políticos han decidido enzarzarse a cuenta de los enfrentamientos que llevan arrastrando durante toda la legislatura.
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