VALENCIA. "No puede ser que [en la operación de venta del Valencia CF] solo salga beneficiado uno. Y Bankia está trabajando en ese sentido". Así de tajante se mostró este lunes el presidente del consejo de administración del Valencia CF, Amadeo Salvo, durante la presentación del nuevo entrenador del club, Juan Antonio Pizzi. En una comparecencia ante los medios de comunicación, Salvo anunció que el Valencia CF y la Fundación VCF, propietaria esta última del 70% de las acciones, han decidido contratar a una consultora para que vigile la subasta que la entidad financiera ha abierto para encontrar al nuevo dueño del equipo valencianista.
Aunque Salvo se reservó públicamente el nombre, la firma elegida para "velar por los intereses del valencianismo", será Deloitte. Se dará así la extraña circunstancia de que dos consultoras, KPMG, que tiene el encargo de buscar comprador, y Deloitte, que deberá vigilar el proceso de venta, estarán a sueldo del club en un proceso en el que la última palabra la tiene Bankia.
La decisión denota el clima de desconfianza que se ha instalado entre las dos partes implicadas -el valencianismo, representado por el club y la Fundación y la entidad financiera- en las últimas semanas. Desde que Bankia decidió que ya no puede esperar más y manifestó su intención de facilitar la llegada de un inversor que asuma la responsabilidad sobre la deuda que acumulan con el club de Mestalla, la relación no ha hecho más que empeorar.
En la avenida de Suecia sospechan que la decisión de Bankia de desencadenar la venta tiene de fondo un acuerdo previo entre la entidad y algún fondo de inversión. La oferta del magnate singapurense Peter Lim, que llega de la mano de Salvo, habría entorpecido los planes iniciales del banco, según recela el entorno del presidente valencianista.
La contratación de Deloitte para vigilar el proceso tiene, por tanto, una significación que va más allá del simple hecho de comprobar que la operación que finalmente se cierre tenga todas las garantías jurídicas. Supone el distanciamiento quizá definitivo entre Bankia y el equipo gestor del Valencia CF, que llegó con el aura del respaldo del banco.
Supone también meter presión a una Bankia decidida a poner fin a una historia de préstamos y avales que se gestó en la esfera política y que ahora tiene una perspectiva muy distinta, con un banco nacionalizado y con ayudas públicas que le obligan a tomar decisiones estrictamente de negocio. Lo que está por ver es cómo reaccionan en el Paseo de la Castellana de Madrid, sede de la entidad financiera, al reto de Salvo.
El VCF siempre ha pagado sus deudas haciendo un gran esfuerzo en la venta de jugadores. la fundación se encargo precisamente de pagar las deudas en un momento... LO MENOS QUE MERECE EL VCF Y SU AFICION ES RESPETO, TRASPARENCIA Y COLABORACION, negociación como en cualquier empresa. ANIMO SALVO SI VAS A DEFENDER LOS INTERESES DEL VCF Y NO LOS TUYOS
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