ROMA (EFE). El Cgil exige al Gobierno, a la patronal Confindustria y a las empresas un freno en los despidos y un aumento de las medidas sociales para parados y jubilados, una reducción de impuestos y la regularización de los inmigrantes que trabajan en el país.
Casi un millón de personas se sumaron a las más de cien manifestaciones convocadas en las grandes ciudades italianas, entre las que destacan la de Florencia, con 40.000 personas, las de Roma y Milán, con 30.000, y la de Nápoles, con 15.000, según datos facilitados por el sindicato.
En Roma, los trabajadores se manifestaron en Piazza Flaminio y caminaron hasta la sede de la televisión pública italiana, la Rai, con pancartas con lemas contra la crisis o contra los recortes promovidos por el Gobierno en los fondos destinados a la educación y a la investigación.
"Recortes igual a errores" fue uno de los lemas que acompañaron la marcha, a la que también se sumaron profesores y estudiantes -con una adhesión del 30 al 50 por ciento- al grito de "no, la crisis no la pagamos".
"Queremos llamar la atención de un Gobierno que se está ocupando de los procesos judiciales del primer ministro cuando el verdadero problema de Italia es el trabajo. Sólo en la región del Lacio van a cerrar 200 empresas y el Gobierno parece desinteresarse completamente", dijo a Efe Linda Ricco, una joven trabajadora.
Frente a la sede de la Rai, los manifestantes alzaron la voz "contra la política de un Gobierno que recorta la cultura, porque está vista como un gasto, no como una inversión", y expresaron la "necesitad de una información que no esté manipulada".
"Queremos bloquear los despidos, intentar hacer todo lo posible para tener una política en cuestión de transportes, de infraestructuras y para que no se cierren fábricas, porque el Gobierno no tiene una política para afrontar la crisis de manera determinante", dijo a Efe un afiliado al Cgil, Rocco Lamparelli.
La huelga paralizó los servicios de transporte público en Roma y Bolonia, con una participación del 55 por ciento y del 75 por ciento, respectivamente, a la que se sumarán los trabajadores del sector convocados al paro por la tarde en las ciudades italianas de Milán, Nápoles y Turín.
Además, unos 150 vuelos fueron cancelados en los aeropuertos adheridos al Cgil, donde se manifestaron pilotos, asistentes de vuelo y personal de tierra.
En el aeropuerto de Fiumicino de Roma fueron suspendidos un total de 74 vuelos, 39 de salida y 35 de llegada, la mayoría de ellos de la compañía aérea italiana Alitalia.
La huelga también afectó al transporte ferroviario, con un paro que comenzó a las 14.00 hora local y se prolongará hasta las 18.00 (13,00 a 17.00 GMT).
El ministro de Trabajo, Maurizio Sacconi, dijo que el Cgil "utiliza un lenguaje dramático" en relación a los temas de empleo y que la protesta "confirma la motivación exquisitamente política y colateral a los partidos de oposición", de cara a las elecciones regionales, que se celebran el próximo 28 de marzo.
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