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VALENCIA. Llegó la hora del contraataque. "El mercado inmobiliario valenciano ha tocado fondo", asegura José Ángel Sospedra, nuevo delegado de CB Richard Ellis (CBRE) en la Comunitat Valenciana. A sus 33 años, lleva siete en la casa, donde ha sido director del departamento de valoraciones, al que accedió con 25 años.

Tras un breve paso por la división inmobiliaria de BBVA, Anida, su vuelta a la consultora viene acompañada del encargo de reactivar la plaza levantina, aprovechando las sinergias de la multinacional y el hecho de ser la única supervivientes en Valencia de las grandes rectoras del mercado en los tiempos de la burbuja.

"El objetivo es duplicar tanto la facturación como la plantilla en un plazo de dos a tres años. Después de cinco años de crisis, consideramos que estas previsiones pueden ser una realidad tangible", señala Sospedra. Sin embargo, esto no significa que se vaya a volver a un crecimiento desmedido y desequilibra.

LAS NUEVAS FRONTERAS DEL MERCADO

Las previsiones de la compañía pasan por una reactivación del negocio de activos industriales, el fortalecimiento de los bajos y centros comerciales (retail) y el residencial, aunque concentrado en puntos muy específicos y orientado para un perfil de demanda determinado.

"Prevemos que a medio plazo incremente la demanda de casi todo tipo de productos, aunque parezca raro", asegura Sospedra. Para demostrarlo, advierte que los precios han tocado fondo, lo que no quiere decir que vayan a tener un rebote inmediato. Distinto es el caso de los 'micromercados', que sí experimentarán un crecimientos paulatino.

Uno de esos apartados para los que sí hay demanda son los pisos en el centro de Valencia, para los que hay una demanda sostenida por compradores que sí disponen de medios de financiación bancaria y no sólo con disponibilidad de hacer el pago en efectivo, como ocurría en estos últimos años.

LA CALLE TAMBIÉN RESPONDE

En el negocio de locales comerciales, uno en los que CBRE es uno de los actores dominantes del mercado, también está teniendo una buena marcha, como ejemplifica el nuevo delegado tras el cierre de tres grandes operaciones en centro, entre las que destacan la nueva tienda de Pull&Bear y Michael Kors en la calle Poeta Querol.

En esta actividad, uno de los puntos fuertes de la cadena, según su responsable, es la capacidad de gestionar el ciclo completo desde el arrendamiento hasta la apertura, especialmente de las marca internacionales, al disponer incluso de un área de arquitectura que se encarga de la obra y entrega del local para iniciar la actividad.

Algo parecido ocurre con el mercado de oficinas en la zona centro de Valencia y en la Alameda, donde Sospedra reconoce una reactivación de las demanda por parte de grandes firmas foráneas que tantean Valencia ante los precios que se están registrando en Madrid o Barcelona.

EL MOTOR INDUSTRIAL SE CONECTA

"La reducción de los costes laborales españoles y el menor precio de los alquileres de los locales está favoreciendo el traslado a España de las sedes en el sur de Europa de distintas compañías internacionales", señala. Valencia están entre los destinos por los que más se consulta.

En cuanto a la demanda industrial, la recuperación viene por unos puntos muy concretos, vinculados al puerto de Valencia y a la factoría Ford de Almussafes. Aunque hay mucha oferta en el mercado, la clave está en la escasez en esas áreas.

También mantiene una buena demanda de las valoraciones y tasaciones de activos, una de las actividades que más han crecido en tiempos de crisis. Aunque no se plantearan la venta, muchas firmas han requerido de estos servicios al estar inmersos en procesos de refinanciación.