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VALENCIA. Concluían así una larga noche de Twitter, Facebook, conexiones en directo y llamadas a los móviles, búsqueda de cargadores y miedos. Desde que se supo a las doce menos cinco de la noche que el Consell había ordenado el cierre inmediato de RTVV, como un goteo fueron arribando los trabajadores del ente a los estudios en Burjassot.
Acompañados por dirigentes de la oposición como Enric Morera, el primero en llegar, Juan Soto y Josep Moreno o Marga Sanz, así como el alcalde de Burjassot, los trabajadores de RTVV improvisaron sobre la marcha el informativo más largo de la historia de la cadena pública valenciana.
Dispuestos a resistir pacíficamente, en torno a las cuatro y media los trabajadores iniciaron un tenso diálogo entre el representante de los trabajadores de RTVV Vicent Mifsud y el Comisario Jefe de la Policía Autonómica Valenciana, Miguel Álvaro Rodríguez Fernández.
-Piense en lo que supone cerrar una televisión -le dijo Mifsud
-Ese es un problema que a nosotros se nos escapa.
-Necesita una orden judicial.
-Las órdenes me las pueden dar vía judicial o vía administrativa. No queiro lesionados entre vosotros ni entre la policía.
-Nosotros intentaremos que no se lesione ninguna persona -replicó Mifsud
Desde el comité de empresa se solicitó a los trabajadores mesura ante la tensión creada por los liquidadores. Los propios trabajadores se asombraban de la torpeza del Consell al ordenar el cierre justo antes de la medianoche. Muchos de ellos hacían ver que si ese cierre se hubiera producido sólo media hora más tarde, los policías y liquidadores apenas habrían encontrado resistencia.
Pero cuando entraron aún quedaban media decena de redactores y otra media decena de técnicos. En apenas media hora, tras comunicarse entre ellos por teléfono móvil, fueron incrementándose el número de empleados hasta el punto que coincidieron más trabajadores que en un día normal.
Hubo un primer intento de cortar la emisión, pero los trabajadores lo bloquearon. No hubo un segundo. La intención de los profesionales de la cadena es que la noticia tuviera alcance nacional, que hubiera conexiones en los informativos nacionales de la mañana y eso se logró en torno a las seis treinta y siete cuando TVE hizo una primera conexión.
A las siete menos cuarto los trabajadores podían acceder con normalidad a los centros de producción de Burjassot. A partir de ahí, la intención de los profesionales es resistir cuanto puedan, hasta que llegue una orden judicial que les obligue a abandonar la que consideran su casa. No se resistirán violentamente. La guerra está perdida, pero la primera batalla la han ganado los trabajadores. Y esperan que no sea la última.
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