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Tres emprendedoras valencianas han puesto en marcha una empresa dedicada a los métodos alternativos de resolución de conflictos para evitar acudir a los tribunales, iniciativa que les valió el Premio Bancaja Jóvenes Emprendedores

VALENCIA. Hace algo más de un año que la ley de tasas judiciales entró en vigor y produjo un efecto 'disuasorio' que ha dejado fuera del sistema a los que menos recursos económicos tienen, según apuntan asociaciones como Jueces para la Democracia. El alto coste que supone para algunas familias, vecinos y empresas entrar en litigios ha abierto una nueva vía de negocio, los métodos alternativos a la resolución de conflictos.

Éste ha sido el nicho de mercado que han decidido explotar tres emprendedoras valencianas que se embarcaron en una nueva empresa dedicada exclusivamente a resolver desacuerdos fuera de la vía judical. Sandra Merchán Fernández, trabajadora social, Teresa Mayordomo, abogada y Cristina López, psicóloga, se conocieron en un curso de mediación por lo que decidieron aunar sus disciplinas para empezar a utilizar estos métodos que permiten evitar los litigios y su alto coste tanto en dinero como en tiempo.

"Aquí tenemos una cultura de denunciar o de no hacer nada, o blanco o negro, pero en medio tenemos una bonita escala de grises" explica Teresa, una de las impulsoras de Alternativa GC. "Intentamos resolver los conflictos atendiendo más a sus necesidades que a sus posiciones" apunta, y es que en el este modelo no hay ni vencedores ni vencidos, sino más bien acuerdos. Las técnicas que utilizan son la mediación y la negociación. "Nos dedicamos sobre todo a la mediación entre familias y vecinos, y a la negociación en el ámbito de las empresas" explica esta emprendedora.

Son muchas las asociaciones de vecinos que se quejan de la dificultad de abordar por la vía judical conflictos en las fincas debido a que en gran parte de las ocasiones las tasas son superiores a lo que realmente se reclama. Por este motivo, la mediación es un remedio que favorece a las partes y es menos costosa. Según explica Teresa, los conflictos más comunes entre vecinos suelen darse con bajos comerciales, pubs, restaurantes, mascotas, impagos o fallas.

En el caso de familias, los conflictos vienen dados por separaciones y divorcios, temas de dependencia familiar que no saben como afrontarlo o también por problemas entre padres e hijos. En el ámbito empresarial se dedican a la renegociación de deudas y morosidad aunque también ayudan a estructurar empresas generacionales, como por ejemplo, el traspaso de padres a hijos. 

Según explica Teresa, los procesos suelen tener una duración de uno a tres meses. "Son más económicos, más rápidos que la vía judicial y el coste emocional y sufrimiento de las personas es mucho menor" apunta. Sobre la efectividad de estos métodos, destaca que en el 90% de los casos se suele llegar a un acuerdo y asegura que siempre trabajan para que sean "realistas". Además, explica que las partes se sienten comprometidas con el acuerdo y cumplen.

El modelo de negocio se trata de cobrar por sesiones en el caso de vecinos y familiares, y a las empresas sólo si consiguen la devolución o el pago de la deuda, lo que les está valiendo poder empezar a trabajar con ellas.  Además, Teresa apunta a que los acuerdos logrados a través de la empresa pueden ser elevados a escritura pública, por lo que no importaría que hubiera un juicio abierto, ya que éste tendrá validez de título ejecutivo.