MADRID (CARLOS HERGUETA/EP). ¿Para qué necesita un dispositivo "que se viste" como Google Glass un mando a distancia? ¿No se supone que facilita, precisamente, el control? Fueron las primeras preguntas que me hice cuando me llamaron para conocer Remotte Glass, un invento creado por los españoles Juan Carlos Ramiro y Diana López. Una vez visto de cerca, es fácil ver su potencial, puesto que los comandos de voz no se pueden utilizar en cualquier lugar y subir la mano al panel táctil cada dos por tres puede ser una tortura. Además, permite interactuar con un móvil de forma remota para reproducir música, tomar fotos o controlar videojuegos.
EL ENCUENTRO
Hemos podido conocer Remotte Glass en una entrevista celebrada en Madrid, gracias a The App Date, un encuentro para profesionales y apasionados del mundo de las aplicaciones que cuenta con el apoyo de Microsoft. También ha estado presente Philip González, fundador de Instagramers, quien se ha implicado para ayudarles con las labores de marketing.
Hablar con Juan Carlos y Diana sobre Remotte Glass es como hablar con unos padres sobre su hijo y se aleja de los encuentros con grandes multinacionales a los que estamos acostumbrados ahora, con gran experiencia y presupuestos para crear nuevos 'gadgets' y tablas a la hora de hablar con los medios. Todo es más cercano y, por qué no, más bonito. Evoca a la época dorada de Silicon Valley, cuando gigantes como HP o Apple nacían en garajes y que no tuve la suerte de vivir. Remotte Glass, a diferencia del Apple I, se gestó en un dormitorio.
LA IDEA
Remotte Glass nació como nació el condensador de fluzo que hace posible los viajes en el tiempo en Regreso al futuro: en un sueño. Sin embargo, Juan Carlos no necesitó golpearse la cabeza como le ocurrió al doctor Emmett Brown. Un día se despertó a las 5 de la mañana, con el recuerdo onírico fresco. Había imaginado un pequeño mando para controlar Google Glass; en su sueño, leía un libro tumbado en la cama en las gafas de realidad aumentada, sin necesidad de tener que mover constantemente la mano al dispositivo para pasar de página.
Despierto y de madrugada, en su casa de un pequeño pueblo de Cáceres, Juan Carlos tuvo que esperar horas, excitado con la idea, hasta que Diana se despertó. Fue hacia ella con una pinza en la mano y le dijo: "Mira, ¿sabes lo que es esto? Un mando a distancia para controlar Google Glass". La forma de plantearlo resultó tan extraña como la idea en sí misma, puesto que Juan Carlos no había estado pensando en crear algo así; tan solo conocía el dispositivo de Google como lo podía conocer cualquiera que hubiese leído sobre él en los medios.
Así nació el invento de este ingeniero industrial, mezcla de inventor y "manitas". Quería crear un mando para controlar Google Glass con el tamaño y la forma aproximado de una pinza. Y no es su primera gran idea. En 2006, cuando intentaba hacer una estatua de acero corten para el jardín, sufrió mucho hasta conseguir el material que precisaba. Sencillamente, no encontraba dónde comprarlo y Diana y él decidieron comercializarlo a través de Internet. Fue el primer negocio de este tipo que se anunciaba en Google y ahora la empresa que les da de comer.
JUAN CARLOS Y DIANA
Juan Carlos y Diana son cercanos y humildes. Él reconoce que inició aquella aventura con el acero "para ayudar a otros" con el problema que tenía él. Ella concede que Juan Carlos "nunca piensa en el dinero; él solo quiere que las cosas salgan y salgan bien" y bromea: "En el dinero pienso yo". En este punto de la entrevista reparo en que los creadores de Remotte Glass son como los co-fundadores de Apple: Él es Steve Bozniak, "el cerebro" detrás del dispositivo, y ella Steve Jobs, con la visión para ver que podría ser algo que realmente la gente necesite.
Remotte Glass incluso tiene su propio Ronald Wayne, uno de los co-fundadores de la compañía de la manzana que renunció a su participación en el mismo momento de su nacimiento, perdiendo así con el paso de los años miles de millones de dólares. El equivalente aquí es José García Orozco, el programador que les ha ayudado con el 'software', a quien ofrecieron una participación en la empresa. Diana cuenta que en un primer momento quería rechazar dicha participación porque no quería complicaciones fiscales, aunque finalmente aceptó. Puede que el programador se alegre dentro de poco tiempo, si Remotte Glass resulta un éxito comercial.
EL DISPOSITIVO
Juan Carlos tenía algo de experiencia en el desarrollo de aplicaciones, pero poca, ya que únicamente había creado alguna aplicación sencilla para iPad, de modo amateur. Por eso buscó la ayuda de José, no sin antes pinchar en hueso con unos cuantos desarrolladores que no le hicieron "ni caso". La fabricación del dispositivo la encargaron a una empresa externa.
Remotte Glass es un dispositivo muy pequeño y bastante ergonómico, no mucho mayor que una pinza, como bien vislumbró Juan Carlos. Cuenta con un trackpad lineal, que replica el de Google Glass; otro circular, similar al de los primeros iPods; y un botón. Además, lleva sensores incorporados para realizar acciones mediante movimientos.
De esta forma es posible realizar los mismos movimientos que con el panel táctil de las gafas, pero con la mano cómodamente metida en el bolsillo, descansando sobre el colchón si el usuario está tumbado o durante una presentación. Además, facilita el control si estamos en un lugar donde no se puede hablar o si, directamente, nos da vergüenza gritar instrucciones a un cacharro. También sería posible para un ciclista colocarlo junto a una de sus manos para acceder a él de forma cómoda con un dedo sin tener que soltar el manillar. O ayudar a personas con algún tipo de discapacidad motriz en los brazos.
Google, de hecho, ha pensado también en estas cuestiones y Google Glass ya se puede controlar mediante una aplicación en el móvil; y es de prever que se podrá controlar mediante relojes inteligentes en el futuro. Sin embargo, eso requerirá sacar un segundo dispositivo, desbloquearlo y mirar a su pantalla para saber dónde estamos tocando.
Por otro lado, Remotte Play no solo facilita el control de Google Glass; es una plataforma abierta que también controlará teléfonos o tabletas iOS y Android de forma remota, con lo que podría servir para pasar canciones en un reproductor, hacer fotografías con una aplicación de fotografías o incluso controlar un videojuego.
Philip González, creador de la comunidad Instagramers y con una amplia experiencia en Internet, conoció el proyecto de Juan Carlos y Diana "por casualidad", pero nada más conocerles a ellos y a su idea vio el potencial que había detrás. "Cuando supe lo que podían hacer con una estatua para el jardín", recuerda, "pensé: 'Esto sólo puede salir bien'". Este proyecto, cuenta, "tiene todos los ingredientes para salir bien", no solo porque es una "buena idea", sino por "el tipo de personas que son, tan transparantes, tan humildes". Incluso "el sueño le da un toque divino", bromea.
EL FUTURO DE REMOTTE GLASS
Aunque Juan Carlos y Diana no quieren soltar prenda al respecto, me consta que algunas empresas de Silicon Valley se han fijado en su idea. De momento, construir un dispositivo Remotte Glass tiene un coste que se eleva a cientos de euros, pero eso cambiará pronto. Quieren que la mayor cantidad de desarrolladores con Google Glass experimenten con él y que se convierta en el complemento perfecto para el dispositivo de realidad aumentada cuando llegue al mercado.
Por eso han lanzado una campaña en Kickstarter con la buscan fondos para aumentar la producción y difusión. En esta página de 'crowdfunding', los interesados ya pueden hacerse con el dispositivo desde 49 dólares, aunque aceptan donaciones de hasta 10.000.
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