VALENCIA. Las entidades quieren deshacerse del lastre del ladrillo y ahora se puede. Desde finales de verano, algunas de las principales entidades financieras españolas están vendiendo sus gestoras inmobiliarias a grandes fondos internacionales para reforzar su capacidad comercial y concentrarse en el negocio estrictamente bancario.
El último en hacerlo ha sido el Banco Popular, que ha alcanzado un principio de acuerdo con los fondos Kennedy Wilson y Värde Partners para venderles su comercializadora de activos inmobiliarios Aliseda, con su red y los 300 empleados de la división.
Estos fondos de alto riesgo ya compraron hace unos meses la gestora inmobiliaria de Catalunya Banc, aunque en ese caso no se ha resuelto quién asumirá los 180 empleados que tiene en platilla esta división. En estas operaciones, lo habitual es que la nueva empresa suma el personal y el sistema operativo, pero no los activos de los que dispone la entidad.
QUÉ BUSCAN LOS FONDOS
Al margen del precio de compra de la división, la clave de este negocio está en el respiro que significa para la entidad librarse del ladrillo que acapara y encontrar nuevas vías de comercialización que, teniendo en cuenta la situación actual de la banca española, no pueden atacar.
Por su parte, los fondos se plantean la operación para sacarle rentabilidad a medio plazo, con los márgenes que obtengan de la venta de estos activos. "Hasta hace unos meses esta posibilidad no estaba sobre la mesa, pero la mejora de las expectativas ha hecho que empiecen a llegar ofertas y a cerrarse acuerdo", destacan fuentes bancarias.
En esta estrategia, que no significa perder la capacidad de vender por cuenta propia los activos con los que se cuenta, ya se encuentra inmersa Bankia. La entidad vendió Bankia Habitat al fondo Cerberus, que asumió la operativa y los 457 empleados, con el compromiso de no realizar despidos en los próximos dos años.
SABADELL CAM SE DEJA QUERER
No ha dado ese paso la otra gran entidad que ha asumido buena parte de la oferta inmobiliaria valenciana: Sabadell CAM, que incorporó a su inmobiliaria Solvia los activos de Mediterranean CAM. "Solvia es un activo muy importante para el banco y no hay ninguna gestión en este sentido", aseguran en la entidad, aunque no niegan que "si hay una oferta interesante, se estudiará".
La intención de las entidades, tras la tormenta financiera, es dejarse de actividades subalternas y centrarse en su negocio troncal: ejercer de bancos, no de asuguradoras ni vendedoras de pisos. Por este motivo, la opción de vender las divisiones inmobiliarias ha estado sobre la mesa desde hace tiempo, pero es ahora cuando atrae a los inversores internacionales.
Realmente, la medida es similar al vendedor de un piso que lo ofrece directamente o a través de inmobiliaria. Esta última cobrará en función del cumplimiento del objetivo de vender el inmueble, aunque en este caso las operaciones sean a lo grande.
COMPRAS A LA CARTA
En cada caso, la operación se ha planteado de una manera distinta. Mientras que con Bankia Habitat la entidad sobre ofrece aquellos activos que no han sido transferidos a la Sareb, el banco malo, y se reserva el derecho a vender todo aquello por lo que reciba ofertas, sin tener que trasladar la oferta a Cerberus.
Caixa Bank ha preferido conservar el 49% Servihabitat y vender el resto al fondo TPG. Santander contó con la asesoría de PwC para vender Altamira y ha terminado por aceptar como comprador al fondo Apollo Global Management, tras analizar a Cerberus, Ceterbridge y Lone Star.
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