VALENCIA. El pasado jueves se celebraron elecciones en la Universitat de València, una cita marca en rojo en el calendario, no solo de los sindicatos estudiantiles, sino también de los partidos políticos. Estos comicios suelen servir como piedra de toque a las diferentes formaciones para conocer cómo respiran los jóvenes universitarios, a la postre futuros votantes y, en muchos casos, cantera de los partidos.
La victoria incuestionable por cuarto año consecutivo del Bloc d'Estudians Agermanats (BEA), cercano a Compromís, que ha alcanzado los 27 claustrales, ha supuesto un duro golpe para Campus Jove, la asociación próxima a Joves Socialistes y, por ende, al PSPV-PSOE, que apenas ha logrado salvar los muebles evitando el adelantamiento de AContracorrent, en la órbita de Esquerra Unida.
El resultado cosechado por Campus Jove ha causado preocupación y cierto malestar en Blanquerías. A falta de año y medio para las elecciones y con la sombra de un posible crecimiento de Compromís y Esquerra Unida por la izquierda del PSPV, la victoria incontestable del BEA y el declive de Campus es una mala noticia para Ximo Puig.
Desde Joves Socialistes, conscientes de la movilización del BEA, auguraban el desastre. De hecho, llegaron a poner sobre la mesa la posibilidad de conformar una nueva asociación estudiantil y centrar todos los recursos humanos de la organización a potenciarla de cara a estos comicios universitarios. Desde el PSPV se frenó la iniciativa y, finalmente, se llegó a un acuerdo con Campus para incluir en las listas a activos universitarios procedentes de Joves Socialistes.
No obstante, esto no ha impedido que los resultados sean pobres. Los 15 claustrales conseguidos por Campus están muy lejos de los 22 que consiguió en 2009, la última vez que venció en las elecciones, cuando el BEA se tenía que conformar con 12 representantes.
Desde años atrás, la relación entre Campus y Joves Socialistes es tensa. El deseo de los primeros en mantener independencia sobre los segundos ha provocado diferentes desencuentros entre ambas organizaciones, con dificultades para la afiliación incluidas. Ahora, con unas elecciones locales y autonómicas en 2015, los comicios universitarios del próximo año -hasta ahora eran anuales, pero a partir del año que viene está previsto que sean cada dos años-, se antojan fundamentales. La pelota está en el tejado de Blanquerías, que debe decidir si apuesta por mantener el funcionamiento actual o por impulsar sin cortapisas la entrada de Joves Socialistes en la universidad.
En este sentido, el único consuelo para el PSPV-PSOE es que no ha tenido que sufrir un buen resultado de la Asociación de Estudiantes Valencianos (AEV), próxima a Nuevas Generaciones del PP, quien también ha caído en representación hasta quedarse en cuatro claustrales.
Como estudiante nunca votaré a las juventudes del PSOE. Si Campus Jove quiere sobrevivir se debe desmarcar del PSOE o sino acabará como UEV. Además hay un gran abanico de sindicatos estudiantiles de izquierdas (BEA, A contracorrent, Front Estudiantil Unificat...)
EL PSPV-PSOE Y EN CONSONANCIA SUS JUVENTUDES SON PRESA DE UNA CONCEPCION INTERVENCIONISTA EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES DE CUALQUIER TIPO PARA SOMETERLOS A UN FERREO CONTROL, LO Q LES LLEVA SIN DUDA AL ABISMO.
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