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VALENCIA. A Rosa Vidal, la ya ex directora general de RTVV, la convocaron este martes a las seis y media de la tarde en el Palau de la Generalitat. Una hora después le anunciaron que la cadena se cerraba. Que la sentencia del TSJ que revertía el ERE de RTVV les obligaba a ello.

-Yo no estoy de acuerdo -dijo Vidal.
-Pues lo siento -le replicaron.
-Tendré que dimitir.
-Pues adiós.

"No lo han meditado", dicen desde RTVV.  "Es una decisión que no se ha estudiado", especulan desde el sector audiovisual. "Toda la premura, el que lo dijeran así de pronto, no tiene sentido...". Un detalle técnico invita a pensar así. Según explican fuentes del sector, sólo cuatro personas saben en estos momentos apagar la televisión. Sólo cuatro personas pueden pasar a negro, insisten, "y no lo van a hacer ni a la fuerza". Es decir, la televisión pública autonómica valenciana puede seguir emitiendo durante tiempo. Mucho tiempo. El que quieran sus trabajadores. Todo está en manos de la Jefa de Continuidad y su gente.

Desde el Consell no se puede ordenar el cierre. No hay botón rojo. El principal problema ahora mismo para imponer una orden es que no hay a quien dársela. No hay interlocutor en Burjassot tras la dimisión de Rosa Vidal y su equipo. Los mandos intermedios, trabajadores con un plus salarial, piensan también dimitir. No habrá Jefe de Emisiones ni de Continuidad. Después los editores de Informativos. La cadena se ha convertido en una emisora asamblearia, realizada por los trabajadores que disponen del poder de un medio audiovisual para expresar y denunciar la decisión del Consell.
 
DESAFECCIÓN EN EL PP

Trabajan desde el sector audiovisual valenciano con la desafección interna dentro del propio PP, nacional y valenciano. Fue el actor Ferrán Gadea el que lo planteó ayer tarde en la asamblea de los profesionales.  "¿Y por qué no hablamos con la gente del PP que está en contra?". La propuesta quedó en el aire y varios de los presentes asintieron con la cabeza pero casi de seguido alguien invocó "la disciplina de partido". Sería casi imposible que se atrevieran a votar en contra de la decisión de Fabra y José Císcar. O no.

Con los reparos inevitables, desde el sector audiovisual valenciano se cree que esa es una salida: una rebelión de parte de los diputados del PP. "Fabra es un líder débil", recuerdan. Ayer, en la asamblea del sector audiovisual se citó al secretario general del PP en la Comunitat, Serafín Castellano, quien hace apenas ocho días garantizó la pervivencia de RTVV. Castellano reculó este miércoles y se remitió a lo que había dicho el presidente. Le tocó el ‘papelón' de ir a la propia cadena al debate sobre la desaparición de Canal Nou a defender la postura del PP. Un guionista invocó al alcalde de Xàtiva y presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus.
 
LA CADENA ERA VIABLE

En el sector audiovisual valenciano se observa con enorme preocupación la decisión de cerrar RTVV. Será el final de todo, de lo poco que quedaba. "Llevamos dos años así; han cerrado 47 empresas desde entonces", recordaba un representante del sector. El resto asentían. Entre los presentes, el cineasta ganador de dos Goyas Pablo Llorens, el decano Lluis Miquel Campos, directoras como Giovanna Ribes o productores como Ximo Pérez.

Cualquier proyección de futuro daba por seguro que el cierre de RTVV conllevaría la muerte del sector. Afectaría a todos. Escritores, técnicos, actores... Todos. Emigración. Cierre. Y una insistencia: Es falso que la cadena no fuera viable. El mejor ejemplo, ‘L´Alqueria Blanca' que vuelve a emitirse este domingo.

"Los espectadores, ésa es la clave", decía uno. Los profesionales del sector audiovisual valenciano consideran fundamental ganarse el apoyo popular. "Tenemos que intentar convencer, no intimidar", señaló un representante de los trabajadores de RTVV durante la asamblea. De ahí que parte de su estrategia pase por la invocación a la ciudadanía de que la cadena pertenece a todos los valencianos. Acudiendo a los actores famosos. A los rostros conocidos. "Y a los profesionales también", apuntó un productor. "Que nos vean, que sepan que existimos y lo que hacemos".

Los representantes del sector audiovisual valenciano esperan con interés los resultados de audiencia de la programación especial de RTVV de este miércoles. Los del martes no fueron especialmente buenos. A mediodía el informativo de la cadena obtuvo 125.000 espectadores. Por la noche sólo 84.000 espectadores. "Si superan los 200.000 espectadores en algún momento, si tuviera una buena cuota de pantalla, eso supondría que la gente quiere la cadena; eso sería una ayuda para presionar", comentaba Ximo Pérez. ¿Y si no? "Si no sería una mala noticia".

El productor valenciano Ximo Pérez avanzó ayer de madrugada en las redes sociales una idea que circula entre los profesionales del sector audiovisual: El cierre de RTVV es una privatización encubierta. En un post en su muro de Facebook, Pérez explicó que "la idea que se está trasladando (...) es la posible decisión del consell para implantar el modelo de televisión de Castilla León".

Tras el cierre de la cadena pública se pagaría "a una de la televisión privada de la Comunidad Valencia (sic) 10 millones de euros para que se encarguen de producir y emitir tan solo los informativos que quiera Presidencia de la Generalitat". Esa sería una opción que barajaría el ejecutivo de Fabra para recuperar el control de la cadena sin ataduras del pasado y con las manos libres para gestionarla a su imagen y semejanza.  

MIEDO AL NEGRO

La obsesión de los trabajadores y del propio sector audiovisual valenciano es que no se pase a negro. La misma obsesión pesa en el Palau de la Generalitat, pero en sentido contrario. Anoche se especulaba con que después del debate sobre la desaparición de RTVV ocurriría el temido cierre. La presencia de más de cinco furgonetas de la Policía Nacional hizo pensar lo peor a más de uno. "No pueden, no es fácil", explicaba un editor de informativos. Ya no es sólo una cuestión de leyes. Es una cuestión de técnica. Material.

Tras el debate se proyectó ‘Cartas de Sorolla', una producción de RTVV que fue elegida con motivo. Dirigida por José Antonio Escrivá y protagonizada por Pepe Sancho y Rosana Pastor, obtuvo dos premios de la Academia de Televisión de España, mejor película y mejor fotografía para Julio Madurga.

Pero el miedo no se va. Se ha instalado entre el sector y los profesionales. Ahora, en cualquier momento, RTVV puede desaparecer. Usted se acuesta con una televisión y cuando se levante puede apretar el botón y encontrarse la pantalla en negro. "Es el mejor ejemplo de que nadie sabe lo que está haciendo, y menos que nadie el Consell, de que ha sido una medida precipitada". Porque eso es lo más increíble: Nadie sabe cuándo se apagará. Nadie puede dar una fecha. Una hora. Es una agonía. Una muerte en directo.

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