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VALENCIA. En sus algo más de dos años como presidente, Alberto Fabra ha tomado muchas decisiones, algunas tan complicadas y con tanto impacto social como los despidos en las empresas públicas o los recortes presupuestarios, y ha realizado multitud de anuncios sobre decisiones políticas. Pero lo que quizá no esperaba el jefe del Consell es que dos de esas propuestas, aparentemente menores dentro del complejo momento que atraviesa la Generalitat, le provocaran tantos sinsabores. 

Son los casos del traslado a lunes de los festivos y la liberalización de los horarios comerciales. La primera la anunció en Alicante en julio de 2012. En un acto con empresarios anunció su intención de pasar al primer día de la semana la festividad de días tan señalados como San José (día grande de las fiestas falleras) o el 9 d'Octubre, día de la Comunitat Valenciana.  Con esta medida se trataba de evitar puentes festivos de larga duración que provocan la paralización de la economía, según la tesis generalmente aceptada. 

Pero la idea fue rechazada de plano por un lobby tan importante en Valencia como el fallero, y con él, por Rita Barberá, alcaldesa de la ciudad de su mismo partido. Así, el anuncio se diluyó como un azucarillo. Cuando hace unas semanas se presentó el calendario laboral para 2014 se desveló que, un año más, todos los festivos que tienen carácter autonómico se celebrarán en lso días que marca el calendario y no se trasladarán a lunes.

El otro gran anuncio vinculado a la actividad laboral en días festivos la hizo el presidente en el último debate sobre Política General en Les Corts a finales de este pasado mes de septiembre. En su discurso, Fabra adelantó su intención de liberalizar los horarios comerciales en toda la Comunitat Valenciana.

El anuncio cayó como una bomba en el pequeño comercio -todo lo contrario que en las grandes superficies- y provocó una polémica entre las asociaciones de comerciantes y la Generalitat, que tuvo que matizar que la medida no sería general y que quedaría en manos de los ayuntamientos la decisión final de aplicar esa libertad de horarios.

Lo cierto es que la intención del Consell de dar libertad a las tiendas grandes y pequeñas para abrir cuando quieran, como ocurre en la Comunidad de Madrid, ha ido también diluyéndose. Este mismo lunes el Observatorio del Comercio de la Comunitat Valenciana aprobó, como cada año, las fechas en las que se podrán abrir las tiendas en 2014 pese a ser festivo. 

Y lo hizo con las premisas de siempre, las que el pequeño comercio defiende en el organismo: solo se pueden abrir 10 días al año, el mínimo que recoge la ley. En concreto, se ha acordado que puedan abrir los domingos 5 y 12 de enero, 20 de abril -Pascua- y 6 de julio -el primero del período tradicional de rebajas de verano-, el sábado 1 de noviembre -Todos los Santos- y los días 6, 7, 14, 21 y 28 de diciembre.

Con la excepción de las zonas turísticas de las ciudades que sí tienen libertad para abrir siempre, los horarios comerciales serán los de siempre. Y los festivos no serán en lunes. Dos anuncios que se hicieron a bombo y platillo y que la realidad se ha empeñado en emborronar.